Imagen del viaje de Colón grabada por Theodor de Bry.

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Imagen del viaje de Colón grabada por Theodor de Bry. En la imagen se puede ver el buque de Colón rodeado de seres maravillosos, entre ellos unas sirenas. Esta representación de los viajes de Colón, junto con las otras elaboradas por este importante editor, tuvo una gran difusión entre el público europeo y nos permite aproximarnos a la manera como se entendió y se visualizó este viaje en su momento y entre los siglos XVI y XVII. Allí se puede ver cómo los viajes a tierras lejanas estaban asociados con una naturaleza fantástica y maravillosa. Tomado de: DE BRY, Theodore, América, p. 153

 

Manatí, Francisco Hernández.

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Manatí, Francisco Hernández, Rerum medicarum Novae Hispanae thesaurus, edición de 1651.

 

Imagen del viaje de Colón grabada por Theodor de Bry.

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Representación del Cinocéfalo, Juan de Mandavila, Libro de las Maravillas del Mundo, Madrid : Visor, 1984

 

Manatí, Francisco Hernández.

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Representación del Cíclope, en Juan de Mandavila, Libro de las Maravillas del Mundo, Madrid : Visor, 1984.

Historia Natural y política: conocimientos y representaciones de la naturaleza americana

— MAURICIO NIETO

EL NUEVO MUNDO Y LOS CLÁSICOS

La visión que tuvieron colón y los primeros exploradores del Nuevo Mundo está determinada por las tradiciones antiguas y medievales en Historia Natural. El referente más importante para los naturalistas del siglo XVI es la Historia Natural de Plinio Segundo, la cual sirvió de modelo y como principal marco de referencia.

Otras referencias clave para Colón son los textos Imago mundi, de Pedro de Ailly, Libro de las maravillas, de Marco Polo y Libro de las maravillas del mundo, de John Mandeville, autores clásicos que evocaban las aventuras de viajes y los encuentros con seres desconocidos. En dichos tratados antiguos encontramos descripciones no sólo de criaturas familiares para los europeos, sino de cíclopes, sirenas, amazonas y hombres con cabeza de perro, entre otras criaturas extrañas. No sólo para Colón, sino también para la gran mayoría de sus contemporáneos, estos“seres fantásticos” eran tan reales como otros animales exóticos, tales como el rinoceronte o la jirafa. Así, este tipo de referencias son comunes en su diario:
“El día passado, cuando el Almirante iva al río del Oro, dixo que vido tres serenas que salieron bien alto de la mar, pero no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara...”1.
Esta última observación muestra hasta qué punto la tradición y las expectativas del observador determinan lo que éste puede “ver”. Colón encuentra un nuevo tipo de animalmarino (probablemente un manatí) y, antes de considerar la posibilidad de estar enfrentándose a algo desconocido y extraño, “ve” una sirena, aunque no tan bella como había imaginado.
“Entendió también que lexos de allí avía hombres de un ojo y otros con hoçicos de perros que comían los hombres, y que en tomando uno lo degollavan y le bevían la sangre y la cortavan su natura”2.
Sin embargo, el Nuevo Mundo también desafía la autoridad de los clásicos y es el inicio de una ruptura central en el nacimiento de la ciencia moderna. Los naturalistas y exploradores ibéricos, comprometidos con un ambicioso proyecto comercial y político de conquista del mundo y enfrentados con una geografía y una naturaleza desconocida para Europa, se vieron obligados a dejar de lado y examinar críticamente los textos clásicos, e incluso las Sagradas Escrituras, y construir una nueva forma de entender la naturaleza cuya legitimidad se sustentaba más en la experiencia personal y directa de la naturaleza que en la autoridad de autores y textos clásicos.

 

 

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1. Cristóbal Colón, Diario de.., 9 de noviembre de 1493.

2. Cristóbal Colón, Diario de.., 4 de noviembre de 1492.