ENTREVISTA

Cali, de Ambulatorio a Lugar a dudas - Entrevista retrospectiva de María Wills

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MW: Volviendo al contexto que te ha rodeado al crear, ¿cómo has visto el decaimiento de Cali a raíz del narcotráfico que se agudizó en la década de los años noventa? ¿Esto influyó en tu trabajo de la época?

OM: El final de los años ochenta y comienzos de los noventa son los de la llamada guerra de los carteles, de los fuertes enfrentamientos de las mafias del narcotráfico en ciudades como Cali y Medellín. De esa época es la obra Ambulatorio. Una gran aerofotografía de Cali hecha con fines planimétricos, adherida a un vidrio de

seguridad estallado en partículas regulares que parecieran corresponder, en escala, a cada edificación de la ciudad. La imagen fotográfica pierde aquí su definición, se convierte en una gran imagen turbia, pero a la vez en una gran superficie para ser percibida y sentida al caminarla. He hablado mucho acerca de esos fragmentos de vidrio que por tiempos permanecen incrustados en un lugar donde ha pasado el hecho violento.

MW: La relación de tu obra con la ciudad, su historia, sus calles, sus espacios, sus climas es clave. Pero, teniendo en cuenta el decaimiento de la ciudad, ¿nunca pensaste en irte de Cali?

OM: Esa es una pregunta que me hago constantemente. Pero me quedé buscando la respuesta, creo que hay una relación neurótica, de amor-odio, parecida al clima tan duro y tan agradable que se da en un mismo día en Cali. Por supuesto, todos quisiéramos ver la ciudad mejor, pero no hay cambios, o a lo mejor son tan lentos que no los percibimos. Esta ciudad ha sufrido la ineptitud o la deshonestidad de sus dirigentes, o las dos cosas a la vez, la han robado una y miles de veces. Uno se ilusiona con cambios que nunca llegan.

MW: ¿Podríamos decir que cuando concebiste Lugar a dudas pensaste un poco en tratar de revivir la época de los setenta en la que hubo toda esa efervescencia colectiva tan positiva para la creación? Seguro hay una dosis de nostalgia allí…

OM: No de nostalgia, puede que en un principio hubiese algo más emotivo, sin embargo, no fue solo esto, ahora lo vemos como una apuesta pequeña en tamaño desde mi punto de vista, pero apasionante en su interior. Por supuesto, re-valorando cosas del pasado y aprendiendo de las que no funcionaron antes.

No obstante, ahora lo veo muy distinto, lo veo como una propuesta de estructura para un espacio que puede establecer relaciones y vínculos más cercanos a las que establecen las grandes instituciones; ensayamos otras vías de interactuar con el público, con nuestros compañeros artistas, hacemos pequeñas negociaciones con la ciudad, unas acciones que pueden estar dentro de lo que llamamos micropolíticas, acciones que se proponen activar una escena local.

Para Lugar a dudas es muy importante la conexión con el público y un contacto más activo con los artistas. De estas fuentes surgen las preguntas que nos planteamos todos los lunes en las reuniones. Lugar a dudas es una experiencia en desarrollo, no parte de ninguna estrategia preestablecida, es real. Y está funcionando en este sitio y con las circunstancias actuales, no sé cuál sea su futuro, pero lo planificamos para que viva unos años más.

MW: Es aplicar el arte en el día a día. Es como buscar mejorar ese entorno pesimista de la ciudad con un espacio fresco, abierto y que plantea una política más real y menos utópica que la que marcó a Ciudad Solar en su segunda etapa en la que había algunos integrantes muy comprometidos con el comunismo.