Los amigos y los enemigos de la llegada

Históricamente Colombia nunca ha sido un gran receptor de población inmigrante. Antes de 1930 la inmigración nunca superó el 0,30 o el 0,35% del total de la población del país y estas cifras no variaron de manera importante después de la segunda guerra mundial, cuando no aumentó de manera significativa el número de inmigrantes llegados al país.1 Aunque en determinados momentos se presentaron diversos proyectos para impulsar la inmigración, el país realmente no desarrolló un programa claro, coherente y a largo plazo para la captación de inmigrantes y esto puede observarse en las cifras de población extranjera de acuerdo con los censos realizados entre 1900 y 1993.

La idea de buscar el mejoramiento de la raza y su blanqueamiento hicieron mella en algunos intelectuales, políticos, legisladores y periodistas colombianos que a viva voz proclamaban este objetivo para la formulación de políticas oficiales de inmigración y propusieron el siguiente modelo de cómo debía ser el colombiano "regenerado".

Raza blanca; talla y peso un poco superiores al término medio entre nosotros; dolicocéfalo; de proporciones corporales armónicas; que en él domine un ángulo facial de ochenta y dos grados aproximadamente, de facciones proporcionadas para neutralizar nuestra tendencia al prognatismo y el excesivo desarrollo de los huesos malares; temperamento sanguíneo nervioso, que es precisamente apto para habitar las alturas y las localidades tórridas, de reconocidas dotes prácticas; metódico para las diferentes actividades; apto en trabajos manuales; de gran desarrollo en su poder voluntario; poco emotivo; poco refinado; de viejos hábitos de trabajo; templado en sus arranques por una larga disciplina de gobierno y de moral; raza en que el hogar y la institución de la familia conserve una organización sólida y respetada; apta y fuerte para la agricultura; sobria, económica y sufrida y constante en sus empresas. 2 (link documento inmigración UNO)

--------------------------------------------------

En la prensa nacional se conocieron grandes disputas sobre quiénes debían y no debían ser recibidos y en la forma de ser tratados de acuerdo a su raza. En 1927 el periódico El Espectador publica un artículo bastante ilustrativo:

Se ha iniciado una activa campaña contra las colonias turca y siria, establecidas en la ciudad (Ibagué). En las esquinas se han fijado carteles que dicen:

¡Alerta ibaguereños!!! Defendámonos de la invasión siria que amenaza estrangular nuestro comercio. Debemos dar prueba de patriotismo no facilitándoles locales, ni comprándoles sus mercancías. Es deber de la Cámara de Comercio de Ibagué, apoyada por los ciudadanos, ponerse de pies a imitación de las de Bogotá, Medellín, Manizales, Barranquilla, etc., para lograr del gobierno nacional, las medidas conducentes a evitar la ruina inminente del comercio, que queda a merced de forajidos sin escrúpulo y que ningún bien le traen al país. (Link documento inmigración DOS)


-----------------------------------------------------

En el periódico Vanguardia Liberal, del 3 de septiembre de 1935, Arturo Vallejo anotaba lo siguiente:

En todos nuestros pueblos y en todas nuestras ciudades, vemos a diario el espectáculo suministrado por unos sujetos rubicundos, ofreciendo baratijas, corbatas, telas, etc. al mismo tiempo que otros así mismo extranjeros, detrás del mostrador, invitan al transeúnte a entrar en su almacén, en donde más barato encontrarán los lienzos, liencillos y demás ropa necesaria a un cualquiera de nuestro pueblo, arruinando así al comerciante colombiano que no puede competir con ellos, toda vez que el nivel de vida de estos extraños, es muy inferior al de cualquiera de nuestros connacionales.

De paso cabe observar que en casi todas nuestras poblaciones de tierra caliente, los sirios se valen de baratijas y de telas vistosas para corromper a las muchachas de las capas sociales empobrecidas, resolviendo ellos así sin ningún costo sus necesidades sexuales y creando para lo futuro interrogantes en cuanto a la investigación de la paternidad.3


-----------------------------------------------------

Un texto que muestra la desconfianza que generaban los "turcos" es el siguiente donde un piropo se convierte en una situación policiaca:

Un requebrador de oficio

En la carrera del hospital desde que aclara el día, se sienta un sirio de la vecindad en la puerta de su residencia y a cuanta mujer moza pasa por su vera le dirige piropos amatorios.
-Mirra bunita yo bienso mucho en ti: si me quierre va a regalar traje bunito.-
Unas escuchan en silencio y otras montan en cólera y lo insultan. Recomendamos a la policía un paseito por estos contornos.4


-----------------------------------------------------------

La opinión más virulenta fue publicada en periódico El Periscopio de la ciudad de Barranquilla, el 10 de noviembre de 1931, en la primera página:

LAS TARAS MORALES Y ATAVICAS A TODOS LOS TURCOS

Por raza y por temperamento son proclives al contrabando los turcos Jacobo e Isaac Levy.

Las causas prohibitivas para la inmigración turca en todos los países civilizados.

Descendientes de una raza inferior, los judíos Isaac y Jacobo Levy, raza pletórica de vicios y de taras atávicas, lograron quizás bajo la ayuda de un tinterillo, obtener del gobierno de Colombia, carta de naturaleza, son pues como se dice en el argot patriotero, nuestros hermanos. Para poder entrar a los Estados Unidos y a la mayor parte de los países europeos de civilización avanzada, con los cuales necesitan comerciar en forma inescrupulosa y en evidente prejuicio para el fisco nacional, requiérese indispensablemente la nacionalización. Este era un requisito sine qua non para que no fracasara la bochornosa industria del contrabando.
link documento inmigración TRES

No todo fueron ataques

En 1917 aparece un primer artículo en el periódico El Tiempo, escrito por un sirio en el que hace una defensa de la colonia en Colombia:

La colonia siria en Colombia

Denigrar a la colonia siria en Colombia ha venido a convertirse en algo como manía de gentes desocupadas o malévolas. Sobre los sirios, o sobre los turcos, como nos apellidan, se vierte con frecuencia toda clase de improperios y calumniosos cargos.

Si en algunos lugares los sirios predominamos en el comercio y en otros somos unidades de importancia no hay motivos para insultarnos y calumniarnos por ello. Donde triunfamos obtenemos la victoria en competencia franca y honrada y reto a que se demuestre lo contrario. Vencemos porque somos más capaces que nuestros competidores ocasionales, porque la fortuna nos favorece, nunca porque echemos manos de medios ilícitos. Tampoco es cierto que todos los sirios que aquí hay hayan venido aquí en la miseria y encontrado la prosperidad. Algunos han venido pobres y obtenido una posición holgada a fuerza de trabajo, muchos han venido con capitales respetables a impulsar la vida comercial del país.
Link documento inmigración CUATRO

--------------------------------------------

En 1921 el periódico El Tiempo sienta una posición clara en su página editorial

Una justa defensa de la colonia Siria

Todo en las campañas que se hace contra los sirios es falso, hasta el nombre de turcos que se les da. Demuestra esto la ignorancia de los detractores de los sirios.

Los turcos han sido en todo tiempo los mayores enemigos de los sirios a quienes han hecho víctimas de un martirio que dura ya muchos siglos y que ha merecido la reprobación universal.

La Siria es una tierra legendaria y de civilización milenaria. Está separada de la Anatolia, o sea de la Turquía asiática propiamente dicha, por Armenia, y se halla poblada por una de las razas más nobles y bellas de la tierra. Los más hermosos ejemplares humanos han salido de esa faja de tierra admirable que va de Alepo a Jerusalén. Jesucristo es el compatriota de éstos sirios a quienes algunos atacan sin conocerlos.

Algunos órganos de publicidad de esta ciudad, inspirados tal vez por algunos miembros de menor cuantía de nuestro comercio que no han sabido resistir, como los sirios, a la grave crisis actual, se han dado en los últimos tiempos a la tarea de agredir a la colonia siria, en una forma absolutamente inaceptable y que por los términos usados y los cargos, bastaría para que no se les hiciera cargo alguno.
Link documento inmigración CINCO


1 Emilio Yunis Turbay, ¿Por qué somos así?, op. cit., p. 92
2 El Espectador, Medellín, El enorme problema. 3 de mayo de 1920, p. 3.
3 Vanguardia Liberal, Bucaramanga, El problema de la inmigración. 3 de septiembre de 1935, p. 3 y 6
4 La Nación, Barranquilla. 1919, 05/30, p. 5



Población extranjera en los censos de población en Colombia 1900 - 1993

A lo largo de un siglo 1880 – 1980, en los diferentes censos de población que se realizaron se puede observar que la cifra de la población extranjera no superó el 1%. En el censo de 1912, la población extranjera en el país no representaba el 0,2%; en 1918 el porcentaje era del 0,34, en 1933 de 0,3, en 1938 de 0,64 y en 1951, 1964 y 1973 se mantuvo en el 0,4%. Entre 1960 y 1963 el total de inmigrantes a Colombia fue de 0,01%.

En la legislación correspondiente se mostraba también el miedo que se tenía en ese momento a la llegada de poblaciones que podrían convertirse en un problema para el país.

---------------------------------------------------

Algunas personas con legislación especial:

Decreto 1060 de junio 7 de 1933 "toda mujer sola que desee venir al país y que no tenga marido, padres o hermanos domiciliados en Colombia, y no venga en viaje de turismo, debe pedir permiso para su entrada al Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual resolverá lo conveniente y lo comunicará al cónsul respectivo."

--------------------------------------------------

Colombia no estaba abierta a la llegada de extranjeros asiáticos, árabes o gitanos y deseaba la llegada de alemanes o europeos que ayudaran en la regeneración de lo que algunos intelectuales denominaban como la degeneración de la raza.

Temámonos a nosotros mismos. Veamos en nosotros los defectos de nuestra raza peninsular agravados con mezclas que la pueden hacer inferior aún. Recordemos que España gusta de seguir el plano de la menor resistencia, exégesis, panegírico, comentario, notorio hasta en capacidades enciclopédicas de la prodigiosa altitud de un Menéndez Pelayo. No tiene paciente el cerebro para las síntesis supremas a la manera de Kant, de Newton, de Goethe, de Comte, porque ni en ciencias ni en filosofía sostiene un esfuerzo de gestación lenta. El frío del norte no la recoge a pensar, su sol la saca a prisa por la ventana de la imaginación de la fantasía, del canto. El místico español como el oriental, se anonada en Dios, en vez de interrogarlo cómo el nórdico, como el ruso y el hebreo: Su poeta se entrega a la naturaleza, en vez de fecundarla con su genio. Huyamos de este rumbo: Edifiquemos en la meditación y el sacrificio avenados, teológicos, tenaces.5




5El Tiempo, Bogotá, Luis López de Mesa. Política inmigratoria. 25 de enero de 1930, p. 1.