La Amazonia Perdida: El viaje fotográfico del legendario botánico Richard Evans Schultes
Madre cubeo bañando a su bebé
Madre cubeo bañando a su bebé
Río Apaporis, sin fecha
“Para los indígenas los ríos no son sólo rutas de comunicación y transporte. Son los caminos que sus antepasados recorrieron al comienzo de los tiempos”.
—Richard Evans Schultes, Vine of the Soul
Jirijirimo / Río Apaporis, septiembre de 1943
Jirijirimo
Río Apaporis, septiembre de 1943
“En el largo y extrañamente silencioso túnel encerrado entre acantilados por el que deben pasar las aguas del río Apaporis…, se encuentra, esculpido a lo largo de los siglos por la naturaleza, el rostro de un dios. Jirijirimo es un lugar sagrado para los indígenas taiwanos, que consideran que la escultura fue puesta allí por los dioses para indicarles que todavía estaban a cargo de las aguas y que este pasaje era especialmente sagrado para ellos”.
—Richard Evans Schultes, Vine of the Soul
Resia nimbicola
Resia nimbicola
Ejemplar botánico recolectado por Schultes.

Una escuela de Etnobotánica

María Teresa Murillo

Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia 

¿Qué relación tuvo con Richard Evans Schultes?

Conocí a Richard Evans Schultes en el año 1957 o 1958, cuando él regresaba de una estadía de 12 o 14 años en la selva. Él se  encontraba allí investigando y reconociendo propiedades de muchas plantas que se utilizan como comestibles, medicinas, materiales de construcción y otros múltiples usos.

En ese momento, y debido a su viaje, se encontraba débil y muy delgado, pero altamente satisfecho por el trabajo que había realizado. Regresó por un tiempo a los Estados Unidos y volvió a Colombia pocos meses después para continuar con su labor.

Tomando en cuenta su acento natural, hablaba muy bien el español. Tuvimos largas conversaciones en las cuales pude conocer sus experiencias y su trabajo en las selvas del país, de donde precisamente trajo gran cantidad de muestras que se encuentran en el Herbario Nacional de Colombia. Estas muestras resultan muy interesantes porque son registros de nuevas plantas que no se conocían aquí, y de las cuales él, muy diligentemente, copió los nombres indígenas, como por ejemplo los de las tribus kuripako y puinave, entre otras.

Él siguió visitando diferentes lugares selváticos de Colombia y recolectando muestras de todos los vegetales que encontró. Después de algunos años, dictó para nosotros, los botánicos colombianos, un curso de Botánica Económica, en el que nos enseñó a preparar perfumes, jabones e hilos con diferentes plantas. Años más tarde recibí una beca de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation para ir a la universidad de Harvard, a trabajar en un género de plantas (Blechnum). Una vez allí, tuve la fortuna de volver a encontrar al profesor Schultes, y la gran satisfacción de que me llevara a su casa y me presentara a su esposa y a sus hijos. Puedo decir que mi estadía en Harvard fue muy agradable ya que no estuve sola sino respaldada siempre por un profesor que en ese momento era el director ejecutivo del Museo de Botánica.

Allí me enteré de que él tenía un cariño muy especial por Colombia. Lo demostraba con la ayuda y el afecto que nos prodigó a todos los colombianos que por una u otra razón nos acercamos a él. Es por esto que veo en Richard Evans Schultes, al científico que no sólo nos dio a conocer muchas de nuestras riquezas vegetales sino que también nos dio el calor y la ayuda que no creo que hayamos recibido de otro norteamericano.

¿En su concepto, qué importancia tuvo Schultes para la Etnobotánica de la Amazonia?

Como lo mencioné anteriormente, recibí un curso de Etnobotánica, aquí en Colombia, y luego, en los Estados Unidos en el Museo de Botánica, tuve la dicha de recibir otro curso de Botánica Económica. El profesor Richard Evans Schultes me invitó a permanecer allí un tiempo más con el propósito de que publicara un libro sobre los usos de los helechos, el cual fue publicado por la Universidad Nacional en 1983. En la introducción hago referencia a las facilidades que me brindó el doctor Schultes en la biblioteca y en todas las dependencias del museo para el desarrollo eficaz del libro.

En mi concepto, Richard Evans Schultes dejó para el país y para todo el mundo el conocimiento y la importancia no sólo de las plantas de la Amazonia y de Colombia, sino una escuela que se ha forjado a lo largo de la historia en el estudio de la Etnobotánica. Gracias a ello existen y seguirán existiendo seguidores de sus investigaciones y personas que se beneficiaron de su entrañable cariño y de su amor por la gente y por el uso de las plantas.