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Sor María de Santa Teresa

Anónimo

Ca. 1843

Retratos

Desde el siglo XVIII el género del retrato cobró gran importancia entre la sociedad neogranadina. Los retratos institucionales fueron importantes para la cultura colonial. En colegios, rectorados, comunidades religiosas, familias de abolengo, palacios virreinales y hasta en parroquias, se acumulaban retratos de personajes que regían los destinos de la comunidad.

Flores

En los textos religiosos coloniales, los conventos coloniales fueron a asimilados con la referencia barroca del jardín florido, donde las monjas, que morían en fama de santidad, alimentaban ese jardín: esta es la razón por la cual se le ponía nombres de flores a aquellas mujeres que representaban heroicamente a su sociedad y así fueron conocidas: santa Rosa de Lima; la Azucena de Quito o el Lirio de Bogotá.

Cartelas

La religiosa dominica está de pie, lleva un breviario en la mano derecha y con la otra señala la vista parcial de un librero que alberga distintas obras publicadas o manuscritas de la época virreinal, en especial, las crónicas de su convento. Son muchas las virtudes que se destacan de esta religiosa que “terminó su preciosa vida con la muerte de los justos el 21 de Junio de 1843 a los 76 años 5 meses y 11 días”. “La dotó el Señor de rara prudencia, caridad tan general que se extendió hasta las familias de fuera, inalterable paciencia y mansedumbre, humildad y dulzura con que se robó todas las voluntades, no solo de sus hijas sino de todas las que la conocían”.

Conventos

En este retrato la religiosa dominica está de pie, lleva un breviario en la mano derecha y con la otra señala la vista parcial de un librero que alberga distintas obras publicadas o manuscritas de la época virreinal, en especial, las crónicas del convento dominico de Santa Inés de Montepulciano.

Sor María de Santa Teresa