Narcisos secos, 1994

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Ambulatorio

Serigrafia, grafito sobre acrílico
Colección Museo de Bellas Artes de Houston

Narcisos (1995) fue una serie clave en esta búsqueda por desmaterializar el soporte de la imagen fotográfica. Muñoz desarrolla una técnica inédita y probablemente sin parangón alguno en la historia del arte anterior o posterior: imprime sobre agua. Las primeras imágenes en la historia de la fotografía nacían en el agua, en el baño químico que fijaba las sales de plata en diferentes gradaciones de intensidad provocadas por la acción de la luz. El soporte fue una necesidad incidental, se requería de alguna superficie que pudiera recibir la imagen, y si bien el soporte más usado debido a sus características físicas y a su bajo costo terminó siendo el papel, muchos otros materiales fueron utilizados, como el vidrio, el latón o la porcelana. El artista se ha referido a las tres etapas del proceso de Narcisos como alegóricas al paso del individuo por la vida: la creación, en el momento en el que el carbón toca la superficie del agua; los cambios que se dan durante la evaporación; y la muerte en el momento en el que el polvo finalmente descansa, seco en el fondo del contenedor. El resultado, que el artista llama Narcisos secos, es a la vez la imagen final y la muerte del proceso: los despojos de una fotografía que tuvo una vida después de haber sido fijada para la posteridad. En ese sentido, los Narcisos secos son el testimonio de una doble muerte de la imagen.