ETTE
"Cuando los chimilas llegaron a esta tierra montañosa, no encontraron agua para tomar.
Buscaron y buscaron, pero entonces no había río ni cañada. Sufrieron mucho.
Entonces, por la noche, la Gran Cacica se fue sola a un pozo. Entonces dijo: ―¡Venga, agua! ―y dejó caer un poco de saliva en el pozo. Así lo hizo con todos los pozos, y entonces regresó y se puso a dormir. Por la mañana, los hombres fueron a los pozos y los encontraron llenos de agua buena y dulce. ¡Aquí está el agua! dijo la Gran Cacica. Así es que los chimila tienen buen agua".