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entrevista con el artista

¿Está Colombia preparada para el Net Art?

Considero que preguntar si Colombia está preparada para un tipo de arte X se deriva de la idea de la espacialidad y su compartimentación, que sostiene nuestro conocimiento. Estar preparado significa haber accedido a las condiciones necesarias para enfrentarse a una presencia determinada, a un cuerpo, con un espacio específico, que en el caso del arte sería, entre otros, preguntarse por el espacio museológico. Pareciera que al pisar el espacio del arte, éste nos dejara habitarle y recorrerle bajo la estructura que proponen sus regímenes discursivos/ regímenes espaciales. Pero entonces, ¿Que se me exige? ¿Qué tipo de experiencia se me permite? ¿Debo prepararme para el Net Art?

Con esto en mente, la pregunta que yo sugeriría es: ¿A qué tipo de espacio debe entrar el usuario/ espectador/visitante/ en el caso del Net Art? ¿Y qué condiciones le exige, si es que le exige alguna, este otro espacio al usuario/ espectador/visitante? ¿Y cómo es o sería la relación entre espacios? ¿Cuáles son los regímenes discursivos que permiten hacer tal pregunta? ¿Podíamos preguntar qué tipo de recorridos, transferencias, movimientos, escalas, relaciones, accesos y restricciones me propone este tipo de arte?

La pregunta también cruza una experiencia tecnológica. ¿Qué tipo de relaciones establecemos con el computador? ¿Cuánto acceso tenemos a este tipo de tecnología? ¿El acceso es personal y privado? ¿Social y semi-público? Y si existe acceso, ¿Qué recorridos se realizan? ¿Nuestros usos son en términos de eficiencia, o hemos reformulado otros sentidos? En esta última pregunta el Net Art podría entrar como uno de esos otros sentidos. Sin embargo, de antemano se asumiría que en Colombia nuestro uso de Internet esta orientado a un uso utilitario y a su eficacia medida en términos corporativos. La pregunta no se puede aislar y compartimentar en una especie de nuevo espacio museográfico; debe plantearse desde sus aproximaciones locales, desde el café Internet o desde la biblioteca pública.

 
¿Internet como espacio público en Colombia?

En diciembre de 2004, oí a Peter Lamborn Wilso n decir que la resistencia se había reducido a noches en vela frente del computador. Esto lo afirmaba al presentar el movimiento de secesión del estado de Vermont - Second Vermont Republic - de Los Estados Unidos, y dentro de esta posibilidad de autogobierno se proponía, como siguiente paso, además de su difusión en Internet, la realización de campos de verano donde se reunirían activamente las organizaciones y personas proponentes y sus simpatizantes, al igual que otros movimientos secesionistas.

La afirmación de Lamborn Wilson o Hakim Bay, referente a la reducción del espacio de libre comunicación a Internet, y la propuesta de un campo de verano, la traigo a esta pregunta presentando de antemano la idea de la reducción de lo público. Considerar a Internet como espacio público sugiere un resurgimiento de lo público en lo virtual. No obstante, esto requiere mucho más que su mera existencia. En otras palabras, Internet no es sinónimo de lo público. Internet, sus accesos, sus modos de trabajo y herramientas y comunicación, han sido colonizados durante los últimos diez años de manera masiva. Internet, como un lugar público, necesita ser reclamado a través de estrategias de software libre, servidores de libre uso, licencias copyleft , entre otras.

Retomando la segunda parte de la afirmación de Lamborn Wilson, ésta hace referencia a la necesidad de encuentro, negociaciones múltiples, bifurcaciones de lo virtual que puedan afectar y convocar, más allá de sus modos y nodos de enlace. Un campo de verano, como estrategia independentista, sonaba absolutamente discordante y hasta gracioso. Sin embargo, lo virtual debe trascender a lo físico, más allá de visiones utópicas o distópicas de virtualización. Es cierto, necesitamos con urgencia del espacio público y Internet se presenta como una posibilidad de recuperación, pero está aislada y no es suficiente .

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