Desde muy pequeño noté las desventajas y los problemas que imponen sobre nosotros el mundo físico. Comer, respirar y dormir son todos actos mecánicos y repetitivos que, a pesar de su simpleza, gobiernan la forma en que nuestro mundo esta distribuido y organizado, y su propósito no es otro que el de mantener nuestro cuerpo físico funcionando. Los factores fuera del control humano como la localización geográfica, la cultura del ambiente local, la apariencia física, los prejuicios, tanto propios como ajenos han representado para mí (y creo que no estoy solo en esto) un obstáculo difícil de sortear, casi imposible, hasta la aparición de los medios electrónicos.

Gracias al desarrollo de la tecnología y la información, las personas pueden llegar a ser valoradas y conocidas por sus cualidades no tangibles. Pueden, además ser mundialmente escuchadas, si tienen algo importante que decir. Esto gracias al constante rompimiento de los esquemas tradicionales del fetiche necio hacia el objeto físico. El ejercicio de escribir rutinas y programas de computador abre la mente, por un lado a calificar y juzgar el mundo real y al hecho de que si existe una realidad totalmente válida y real fuera del mundo físico que aún existiendo dentro de las reglas de éste, logra romperlas. Por otro lado surgen las siguientes preguntas: ¿Qué conlleva a la remoción de estas reglas? ¿Qué pasaría si no hubiera necesidad de comer para vivir? ¿Cómo sería nuestra vida si no estuviéramos limitados a existir en lugares donde nuestros cuerpos puedan sobrevivir? ¿Qué pasaría si no tuviéramos que dormir o siquiera ocupar un volumen físico? ¿Que pasaría si no hubiera que morir?

Las nuevas tecnologías han creado una brecha entre el cuerpo y la mente, pero eso no es algo malo. Todo lo contrario: la evolución, más allá de las necesidades y limitaciones de nuestro mundo físico y la existencia racional independiente de nuestras formas y necesidades físicas fijas, debería ser una meta en el desarrollo de la raza humana. El siguiente paso en la evolución, y que espero mi existencia física me permita vivir lo suficiente antes de su eventual colapso, para verlo y poder aprovecharlo.