Navegación en balsa. Nuestro embarcadero en Amoyá
Gutiérrez de Alba, José María
1871
Acuarela sobre papel gris
14,7 x 23,5 cm
Dos eran las balsas que se hallaban dispuestas para conducirnos: componíase cada una de ellas de cuarenta a cincuenta troncos de una madera ligerísima llamada balso, fuertemente amarrados con bejucos. Cada una de ellas tendría unos ocho metros de longitud por uno y medio de ancho, y de sesenta a ochenta centímetros de espesor, por término medio. En el centro de ambas levantábase en arco un toldo, tosca pero sólidamente fabricado, con hojas de palmera y de espesor suficiente para libertarnos de los ardores del sol, y aun de la más copiosa lluvia.