Piedra pintada de Yomasa
Gutiérrez de Alba, José María
1872
Acuarela sobre papel blanco
16 x 24,7 cm
Atravesamos el Tunjuelo por un vado cubierto de grandes piedras rodadas, por entre las cuales se desliza murmurando la corriente, y trepando luego a una colina bastante empinada, llegamos al pie de un gran trozo de roca, descarnado por las lluvias y de una forma irregular, en una de cuyas faces, que mira al Oriente, encontramos una porción de dibujos, hechos por los indígenas, con la tinta roja e indeleble por ellos tan usada, y sirviéndose de los dedos como pincel, según era su costumbre.