Ni por el número de sus habitantes, que apenas llegará a 3.000, ni por sus productos naturales, ni por su situación geográfica hubiera llegado este pueblo a ser conocido en el mundo, fuera del estrecho círculo de los que a él se encuentran más cercanos, si la circunstancia especial de producirse en sus alrededores en gran abundancia y de una clase muy superior la palma nacuma, de que se fabrican los sombreros llamados de jipijapa, tan generalmente estimados, no lo hubiese hecho el centro de una industria extremadamente lucrativa, que ha sido y es una fuente de considerables riquezas para éste y otros pueblos comarcanos; de que hablaré después, al consignar algunos detalles relativos al mismo asunto.