Palma gallarda
Gutiérrez de Alba, José María
1873
Acuarela sobre papel
21,6 x 18,2 cm
Después de abandonar el cauce del arroyo que íbamos siguiendo, empezamos a subir una cuesta muy empinada, para trepar a la cumbre de una colina, hasta la cual descienden ramales de ambas cordilleras, como si quisiesen darse allí el penúltimo abrazo, antes de volverse a separar para quedar confundidas definitivamente en los remotos páramos que a lo lejos se divisaban. Allí la vegetación cambió de súbito, y numerosas palmeras de elegantísima forma levantaban su ligero penacho, encerrado en un verde estuche, y columpiándose sobre su delgado y flexible tallo, que rivalizaba en altura con los árboles más corpulentos.
Copié a la ligera una de estas bellísimas palmas, cuyo nombre común no pudimos averiguar y la llamamos palma gallarda.