Culebra coral encontrada en nuestro tambo
Montaña del Caquetá
Gutiérrez de Alba, José María
1873-02-07
Acuarela sobre papel blanco
15 x 24,2 cm
A eso de las tres de la tarde encontramos los restos de una ranchería de quineros, donde nos resolvimos a pernoctar, considerándolo como un indicio de que el agua no estaba muy lejos. En efecto, los peones, que a nuestra llegada salieron a buscarla, regresaron pronto con una buena provisión para hacer la comida, y volvieron por otra, para pasar el resto de la noche. Mientras se disponía el tambo en que nos habíamos de alojar, uno de los peones estuvo a punto de ser mordido por un reptil de los más ponzoñosos: era una culebra coral, que no por lo pequeño de sus dimensiones, era menos temible que cualquiera otro de los reptiles venenosos que tanto abundan en estas montuosas soledades. Matósela con precaución, dejándola luego colgada de un árbol, para copiarla en la mañana siguiente, al concluir los dibujos empezados ya de las plantas a que en mi relación me refiero.