Por la tarde nos trajo el negro como un objeto curioso un gran racimo de uvas llamadas caimaronas, producto de un árbol que por allí es muy abundante y que es una fruta de agradable sabor y muy azucarada. Sus granos son enteramente esféricos, de un color morado oscuro en su parte exterior y del tamaño de un huevo de paloma; su pulpa es de un color verdoso algo transparente, y contiene en el centro una semilla en forma de almendra, de cáscara dura y leñosa y de color blanquecino, con estrías longitudinales. El árbol crece hasta la altura de diez o doce metros, tiene las hojas muy anchas y digitadas, con el reverso blanquecino y velloso, que contrasta con el verde limpio y brillante de su cara superior. Copié el racimo con algunas de sus hojas, reduciendo el dibujo a la sexta u octava parte de su tamaño.