Cafuche o cerdo de monte
Gutiérrez de Alba, José María
1873-02-27
Acuarela sobre papel blanco
15,3 x 24,2 cm
De pronto oyóse a lo lejos un aullido general de toda la jauría; los indios que marchaban delante se detuvieron, exclamando en el dialecto coreguaje: ¡chaí! ¡chaí!, que quiere decir ¡el tigre! ¡el tigre!; y en seguida emprendimos todos la carrera, para evitar si era posible que el jaguar matase alguno de los sabuesos. Diez minutos emplearíamos a lo sumo en llegar a donde los perros ladraban; hallámoslos a todos rodeados del tronco enorme de un caucho, que tenía muchas raíces adventivas, o mejor dicho, un grupo de troncos, que por yuxtaposición se habían ido soldando unos con otros naturalmente, hasta el punto de formar uno solo como estriado y de unos dos metros de diámetro. Al ver la actitud de los perros, conocieron los indios que se habían equivocado en sus cálculos, y que no era un tigre, sino un cafuche, el que se ocultaba bajo las raíces de aquel grupo de troncos; porque el primero de estos animales, al verse perseguido, busca siempre como amparo las ramas de algún árbol corpulento, a las cuales trepa sin dificultad con ayuda de sus ágiles y vigorosos miembros y de las largas uñas de que se halla armado como todos los felinos.