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Tomo IX

Vomitador, garceta del Caquetá

Vomitador, garceta del Caquetá

Gutiérrez de Alba, José María

1873-03-02

Acuarela sobre papel blanco

24,1 x 15,4 cm

Comillas El Sr. Cuéllar con uno de sus hijos y varios coreguajes, se encargó de esta comisión, quedándome yo en la playa trabajando en mis apuntes y dibujando una especie de garza nocturna de muy extrañas formas llamada vulgarmente vomitador, porque lleva en un gran receptáculo, que como el pelícano o alcatraz tiene debajo del pico, una gran cantidad de peces pequeños, con que alimenta su prole, vaciándolos, por decirlo así, como si los fuese vomitando en el ancho y desmesurado pico de sus polluelos. La cabeza de esta ave acuática es relativamente muy voluminosa para su cuerpo, que apenas llega al tamaño del de una gaviota mediana; su pico, que es de la misma forma que el de un pato común, es algo más ancho que la cabeza, que tendrá como tres centímetros y cuatro o cinco de largo; el color de éste es negro verdoso, con los bordes amarillos y ligeramente dentados, y en la parte inferior está provisto, como dijimos antes, de una gran bolsa de piel muy elástica, desprovista de plumas y de un color blanco amarillento, donde va depositando los pececillos de que se apodera.

Su plumaje es en lo general de un blanco azulado en toda la parte superior, y en la inferior de un negro ahumado con dos fajas laterales de color castaño rojizo. Sobre la cabeza lleva un casquete que por detrás acaba en penacho de un negro intenso, como sus ojos, que son muy grandes y vivos; sus patas son proporcionalmente muy largas y delgadas y, como las de muchas zancudas, están desprovistas de plumas hasta la mitad del muslo; el color de éstas es de un gris amarillento y los dedos de sus pies no están unidos por la membrana que suele distinguir a muchas de las aves acuáticas, porque este animal, como la garza, pesca siempre desde la orilla, y no nada jamás en persecución de su presa.
1873-03-02
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