El mono que me faltaba que copiar es el que aquí se conoce vulgarmente con el nombre de oso-mono, y con el de guahó entre los coreguajes. Su tamaño es tan pequeño que apenas excede el de un gato común de dos o tres meses de nacido, pero su pelo es tan largo y abundante, que a primera vista parece de un tamaño tres o cuatro veces mayor que el que realmente tiene. Así pasa también con su prolongadísima cola, que es casi el triple de la longitud total de su cuerpo. Lo que el tití tiene de insociable, arisco e indómito, tiene éste por el contrario de dócil y humilde, y hasta se pudiera decir afectuoso. Su color es gris ceniciento; tiene como el tití una estrecha faja de pelos blancos, que partiendo de la frente y rodeando la órbita ocular, se ensancha en los pómulos y desciende en disminución hasta la barba.