Fiestas y costumbres1871-01-06Tocaima, Cundinamarca, ColombiaTomo V
A poca distancia del pueblo encontramos otro valle amenísimo, bastante poblado de rancherías; y cerca de un arroyo que tiene por nombre Quebrada Colorada, por ir sus aguas teñidas de color rojizo, encontramos dos tanques de añil y un grupo de chozas que constituyen una aldehuela llamada Guailama, donde celebraban la fiesta de los Reyes con un baile originalísimo, al compás de tres instrumentos más ruidosos que armónicos. Movidos por la curiosidad, nos acercamos a una de las cabañas, donde estaba la fiesta; y sin desmontarnos, pudimos observar sus principales detalles.
En un rincón estaban sentados los tres músicos, uno de los cuales tocaba un enorme tambor formado de un tronco hueco, otro rasgueaba un tiple, especie de guitarra de diminutas proporciones, y el tercero una carraca hecha de un palo de chonta, cascado longitudinalmente,exprofeso y ligeramente acanalado en toda su extensión, a lo ancho. Sobre esta superficie sinuosa pasaba a compás el filo de un hueso duro y plano, que me pareció ser el omóplato de un pequeño cuadrúpedo, y este rozamiento producía un ruido ronco y desapacible, que apenas podían modificar los retumbantes golpes del tambor y oscurecían casi completamente el son monótono del tiple.
celebraban la fiesta de los Reyes con un baile originalísimo, al compás de tres instrumentos más ruidosos que armónicos.
En el centro de la pieza, no muy grande ni desahogada, bailaban parejas en que había algunos hombres disfrazados de mujer con adornos de lentejuelas, cintas de abigarrados colores y gargantillas de cuentas de vidrio. En el traje varonil abundaban también las cintas; y aunque el vestido de los dos sexos se componía sólo de camisa y pantalón, o camisa y enaguas, el calor era tal, que los bailarines estaban bañados de un sudor copioso, que corría en abundancia por sus rostros enrojecidos; y, sin embargo, no interrumpían el baile sino para hacer libaciones de aguardiente o de guarapo.