No pudiendo detenerse por más tiempo en Mariquita el Dr. Samper y su Sra., regresaron a Honda durante la tarde, mientras nosotros, después de copiar las ruinas de Sto. Domingo y Sta. Lucía, que son muy notables, nos disponíamos a visitar algunas de las minas que se hallan en explotación en la cordillera próxima. Para realizar mejor nuestro propósito, tuvimos la fortuna de que aquella noche se hospedara en nuestra misma posada el director de una de ellas, llamado Mr. William Cooke, joven inglés, de un carácter más franco que suele serlo el de la mayor parte de los de su nación, el cual tuvo la bondad de invitarnos a que pasásemos con él al día siguiente a hacer la visita de la mina, ofreciéndose después a acompañarnos a cualquiera de los otros establecimientos que se hallan en la misma cordillera.