Medios y modos de viaje1871-01-06Tocaima, Cundinamarca, ColombiaTomo V
El sol se hallaba próximo al ocaso, cuando llegamos a una pequeña ranchería llamada el Piamonte, donde pedimos posada. No habiendo más que una estrecha pieza y un cobertizo abierto a los cuatro vientos, colocáronse en él las cargas; soltáronse a pacer las mulas, e improvisamos una comida con nuestros escasos recursos y un poco de carne hecha tasajo, que nos vendieron en otro rancho próximo a razón de seis varas por un real del país, equivalente a dos de nuestra moneda. Este modo originalísimo de vender la carne por varas, llamó mucho mi atención; no así la de mis compañeros, acostumbrados a tan extraño sistema.
Para vender la carne de este modo, la cortan en tiras muy delgadas y estrechas, la salan y ponen a secar al sol, único modo de conservarla. Dispuesta así, la dividen en porciones de tres y seis varas de longitud para la venta, y así el viajero la puede conducir con facilidad por un país en donde a veces se pasan muchas jornadas sin encontrar alimento alguno. Es verdad que el tasajo es una sustancia dura y desagradable, principalmente para el paladar de un europeo; pero con él, un plátano verde asado entre el rescoldo y un trago de agua no se corre el riesgo de morir de sed ni de hambre.
Este modo originalísimo de vender la carne por varas, llamó mucho mi atención; no así la de mis compañeros, acostumbrados a tan extraño sistema.