Fiestas y costumbres1872-05-30Villa de Leyva, Boyacá, ColombiaTomo VII
Hoy, como día de Corpus, ha tenido lugar en Leiva la procesión de ordenanza. Desde muy temprano se agitaba en la plaza la población entera; los muchachos corrían alegres de un lado a otro, ya disfrazados de una manera extravagante, ya disponiéndose a tomar una parte más o menos activa en la ridícula y absurda mascarada que acompaña a la fiesta religiosa, y que no es sino un recuerdo de nuestras antiguas costumbres castellanas. En efecto, hasta bien entrado este siglo, acostumbraban también en España y en las poblaciones de mayor ilustración, a presentar como contrastes de las virtudes enaltecidas por la moral cristiana, algunos vicios simbolizados en figuras más o menos grotescas, que si en un principio eran consideradas por los fieles bajo el verdadero punto de vista en que la iglesia los presentaba, andando el tiempo no quedó de aquellas representaciones simbólicas sino la parte puramente objetiva, para servir de diversión a la gente ignorante, y de triste y dolorosa impresión al cristiano sincero, que no quisiera ver mezclado a la majestad del culto católico ninguno de esos actos ridículos, que tanto se oponen al espíritu del Evangelio, y que tienden a hacer de la religión del Crucificado una especie de idolatría.
Tomo VII
Salida de la procesión del Corpus en la Villa de Leiva
1872-05-30
Anónimo
Fotografía sobre papel
6,3 x 10,2 cm
A eso de las dos de la tarde, y cuando ya en el centro de la plaza se había formado un bosque artificial, representación del Paraíso, morada primitiva del hombre, donde dos muchachos de sexo diferente figuraban a Adán y Eva, y los vecinos del lugar se apresuraban a conducir, vivos o muertos, cuantos animales podían haber a las manos, en unión de algunos frutos de sus cosechas, la procesión salió del templo para dar la vuelta a la plaza, acompañando a aquella hombres, mujeres y niños, con velas encendidas, a pesar de la luz del sol, ardiente y deslumbradora. Seguía a la procesión, formada sólo del concurso y del sacerdote con la Eucaristía debajo del palio, una música más ruidosa que armónica y precedíala la absurda mascarada de que hemos hablado anteriormente, entre cuyas figuras extravagantes sobresalía la del muchacho indio, que imitando en su disfraz a sus salvajes antecesores, y con una vejiga inflada y pendiente de un palo, golpeaba sin cesar a los que se hallaban a un lado y otro, produciendo escenas tan grotescas y ridículas, una algazara tan brutal, y palabras y actos tan impropios de aquellas circunstancias, que era imposible que dejasen de inspirar a toda persona grave, por tibia que fuera su fe, cuando menos una lástima desdeñosa hacia los que así comprenden, practican y dejan practicar los actos más serios del culto de una religión tan sencilla como sublime.
sobresalía la del muchacho indio, que imitando en su disfraz a sus salvajes antecesores, y con una vejiga inflada y pendiente de un palo, golpeaba sin cesar a los que se hallaban a un lado y otro
Por lo que el acto tenía de original, tomé un apunte del muchacho indio; y aprovechando la ocasión de encontrarse en el lugar un fotógrafo, le hice tomar también una vista de la plaza con la procesión y sus principales accidentes.