Medios y modos de viaje1872-01-18Suaza, Huila, ColombiaTomo VIII
Como en un pueblo de tan cortos recursos era imposible adquirir en pocos días la cantidad de víveres indispensable para una expedición tan prolongada, y que se había de componer por lo menos de una veintena de personas, nos fue preciso ir reuniendo poco a poco los artículos más necesarios, acomodándolos del mejor modo posible, con las precauciones debidas para que no se deteriorasen.
La carne para nuestra ración diaria y la de los peones, era preciso llevarla en tasajo, preparada con mucha sal y enteramente seca, para que la humedad no pudiese dañarla. El pan, que debía ser de dos clases distintas, esto es, de trigo para nosotros, y de maíz para nuestros sirvientes, había que prepararlo también de una manera particular muy conocida en el país, para que pudiese durar largo tiempo.
El plátano, que era otro de los artículos indispensables, no se podía llevar crudo por su excesivo volumen y peso, y era necesario freír una gran cantidad de rodajas muy delgaditas, según se suele hacer con las patatas, para llevar de este modo en una cantidad menor mayor suma de alimento. No era poco lo que nos detenía también la elaboración del chocolate, artículo de primera necesidad en el país para toda clase de personas, y muy especialmente para el trabajador campesino, acostumbrado desde que nace a hacer su exclusivo desayuno de una especie de agua de cacao y dos o tres plátanos verdes asados entre el rescoldo. Por último, empleando un considerable número de mujeres, pagadas a doble precio que lo ordinario, en la preparación de todos estos artículos, al cabo de ocho días, tuvimos ya dispuesto casi todo lo necesario.
El plátano, que era otro de los artículos indispensables, no se podía llevar crudo por su excesivo volumen y peso, y era necesario freír una gran cantidad de rodajas muy delgaditas, según se suele hacer con las patatas, para llevar de este modo en una cantidad menor mayor suma de alimento.