Puente colgante de bejucos en el Tolima
Curiosidades indígenas de Colombia
Gutiérrez de Alba, José María
1871
Acuarela sobre papel azul
13,8 x 23,8 cm
El puente a que nos referimos estaba apoyado por una parte en las ramas de un gran árbol, que se levantaba a la orilla derecha del río, y por la otra en algunos troncos clavados en el suelo; su longitud sería de unos treinta metros; los bejucos, que servían de alambre, eran tres en cada lado, se hallaban retorcidos formando una especie de cuerda, y el diámetro de cada uno de ellos no pasaba de cuatro centímetros. De éstos se hallaban pendientes otros bejucos más delgados, y a distancia de quince a veinte centímetros unos de otros, sosteniendo en su extremidad inferior unas varas horizontales, en las cuales se apoyaba el piso del puente, formado de grandes guaduas o bambúes abiertos, y sin más sujeción que algunas vueltas de bejuco delgado con que se enlazaban a las varas. La anchura total del puente apenas pasaría de sesenta centímetros, y oscilaba de tal manera, al solo paso de una persona, que era necesario ir asidos constantemente a los grandes bejucos suspensorios, que servían a la vez de pasamanos, para no vacilar y caer con las frecuentes sacudidas.