Bautizando la naturaleza: El Bejuco de Santa Teresa
Flora1873-06-02Caquetá, ColombiaTomo IX
A corta distancia del punto de nuestra salida nos llamó la atención, cerca de la trocha, un grueso y elevadísimo tronco, por el cual subía en espiral un bejuco o planta sarmentosa, de ocho a diez centímetros de diámetro, del cual pendían, en disposición un tanto simétrica, bellísimas flores que terminaban en un gran borlón de un color vivísimo de escarlata, muy semejantes en el tamaño, color y forma, a la borla doctoral que sirve de adorno al birrete de los graduados en jurisprudencia.
No habiendo visto clasificada esta planta en la obra de ningún botánico antiguo ni moderno, me atreví a bautizarla y le dí el nombre de bejuco de Santa Teresa, por la afición que le he tenido siempre a los escritos profundos de aquella sabia doctora. El bejuco estaba florido en toda la extensión que la vista alcanzaba, y aunque no era visible sino hasta la altura de unos quince metros, donde nacían las primeras ramas del grueso tronco en que se apoyaba, podían contarse, en sólo este espacio, más de cincuenta de dichas flores, divisándose otras muchas más al través del follaje hasta la inmensa altura a que se elevaba la copa del árbol. Me detuve allí lo suficiente para sacar una copia de aquel conjunto tan bello como notable, y concluido el dibujo proseguimos nuestro camino.
Tomo IX
Bejuco de santa Teresa
1873-02-06
Gutiérrez de Alba, José María
Acuarela sobre papel blanco
24,2 x 15,3 cm
No habiendo visto clasificada esta planta en la obra de ningún botánico antiguo ni moderno, me atreví a bautizarla y le dí el nombre de bejuco de Santa Teresa, por la afición que le he tenido siempre a los escritos profundos de aquella sabia doctora.