Al llegar al borde meridional de la cuchilla, teníamos ya a nuestra derecha la hoya inconmensurable del más caudaloso de los ríos, el opulento Amazonas, que antes de perderse en el Atlántico, cuenta por centenares sus tributarios de la una y de la otra orilla. Si una densa niebla no hubiera venido a velarnos el extenso panorama que desde allí podía descubrirse, hubiéramos visto con ayuda de nuestro anteojo las cuencas del Caquetá, del Putumayo, del Napo y de otros muchos ríos de los que más contribuyen con sus aguas a formar la gigantesca arteria que cruza la América del Sur, desde los confines del Ecuador y del antiguo territorio de los Incas, hasta los límites septentrionales del dilatado Imperio Brasileño.

Tomo IX

Paso de la montaña bajo un túnel vegetal y sobre un abismo, el día de mi cumpleaños

1873-02-01

Gutiérrez de Alba, José María

Acuarela sobre papel gris

23,2 x 15,2 cm

Desde allí empezamos a descender por una cuesta tanto más penosa, cuanto que a su extremada inclinación reunía la circunstancia de no haber otro sendero que las raíces y troncos, en la forma descrita anteriormente, sobre los cuales teníamos que saltar, haciendo un violentísimo ejercicio por espacio de más de tres horas. Era el día de mi cumpleaños, y no lo he pasado peor en toda mi vida. A cada paso había un peligro de muerte; los resbalones eran continuos a causa de la abundante lluvia, y nosotros, cubiertos con nuestras capas de paja y con el abismo a nuestros pies, atravesábamos aquella intrincada selva, esperando por momentos que alguno cayera al fondo para no parecer jamás.