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Uchuarina: La hormiga letal

Fauna 1873-02-28 Río Caquetá, Caquetá, Colombia Tomo IX
Hallamos por último, después de buscar largo rato, un solo ejemplar de otra hormiga, todavía más grande, pintada de amarillo y rojo, denominada uchuarina, de la cual suelen valerse los indios para envenenar impunemente, como aquí se cometen to[dos] los crímenes, a cualquier persona a quien profesan aversión, y lo verifican con tal disimulo, que es imposible poderles probar el hecho, ni acusarlos de envenenadores. He aquí el método empleado, según se nos refirió por varias personas que conocen muy a fondo las costumbres de los indígenas: toman varias de estas hormigas; las dividen por la mitad y ponen a cocer la parte posterior o abdómen en un poco de agua. Con esta cocción sube a la superficie una sustancia grasienta y muy venenosa que el insecto contiene, la cual separan y conservan en pequeños receptáculos como un arma segura para ejecutar sus más crueles venganzas.

Con solo tomar una corta porción, la muerte es inevitable, y ésta se produce al cabo de dos o tres días entre cruelísimos dolores.

Al encontrarse en cualquiera de sus fiestas la persona aborrecida, como el elemento principal de todas sus diversiones es la embriaguez, el indio vengativo aprovecha la ocasión llevando untada la uña del dedo pulgar de la mano derecha con el activísimo veneno de la uchuarina, que es de un éxito seguro, y tiene además la ventaja de que obra con la lentitud suficiente para apartar del agresor todo género de sospecha. Para ejercitar su venganza toma una totuma o calabazo lleno de chicha; va repartiendo de ella a todos los concurrentes; bebe él mismo algunos tragos, y cuando toca su vez a la víctima que quiere inmolar, introduce disimuladamente la uña envenenada en el licor, al tiempo de ofrecérselo. Con solo tomar una corta porción, la muerte es inevitable, y ésta se produce al cabo de dos o tres días entre cruelísimos dolores.
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