¿Cómo se vestían?

Los hombres usaban pantalón de dril, camisa gruesa, sombrero de hoja de caña o “aguadeño” de hoja de iraca, pañuelo al cuello (pañuelo rabo de gallo) y, en los pies, quimbas, alpargatas o cotizas, aunque casi todos caminaban descalzos o con “la pata al suelo”. En la cintura se colgaban un machete o peinilla y no les faltaba el carriel cruzado sobre su torso. Las mujeres vestían con una blusa sencilla, falda larga de fondo entero, mantilla sobre los hombros y sombrero, calzaban sus pies con chanclas y recogían su pelo largo en moñas o trenzas.

Caminos y arriería

Las familias de colonos solían despejar los caminos mientras iban avanzando. Con la ayuda de machetes y azadones abrían senderos por donde podían pasar los caballos con sus jinetes mientras que las personas enfermas o ancianas utilizaban el servicio del carguero. También construían puentes parecidos a los que armaban los indígenas para poder avanzar. De hecho, lo más importante para los colonos era la construcción de caminos a lo largo de la cordillera Central para poder atravesar la selva y para que otros campesinos y aventureros pudieran continuar la marcha.
La construcción de caminos y senderos facilitó la llamada Colonización Antioqueña y las migraciones de familias campesinas. Para unir los pueblos entre sí los colonos construyeron caminos de herradura que eran recorridos por los arrieros y sus recuas de mulas y bueyes en las cuales transportaban herramientas de trabajo, ropa, artículos de primera necesidad y café.

La construcción de puentes

A medida que el proceso de colonización avanzaba, los colonos trazaron los caminos y construyeron puentes para cruzar los principales ríos. Por lo general, estos puentes estaban techados con paja o teja de barro para que allí los viajeros se pudieran proteger de las inclemencias del clima, descansar de las fatigas del viaje, consumir el refrigerio o conversar con otros viajeros.

La arriería

Cuando la colonización se había extendido por buena parte de la región y habían prosperado las fincas y los caminos, surgió la infraestructura para el comercio de arriería según la conveniencia económica, los aspectos de tipo geográfico y la composición de la carga transportada. Los arrieros, con sus recuas de mulas y bueyes, comerciaban con las mercancías de los pueblos y los productos de las fincas y transcurrido un tiempo, a lo largo de los caminos, fueron brotando las posadas y las fondas para que estos y otros viajeros pudieran descansar.
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