Vida de Humboldt
Extractos de sus diarios

Índice

- Fin del viaje de Cuba hacía la Colombia de hoy
- Puerto de Cartagena
- Estadía en Cartagena y Turbaco
- Viaje a Turbaco
- Volcanes de aire de Turbaco
- Viaje por el río de la Magdalena (hasta Mompox)
- Sobre los Bogas y Remeros
- Llegada a Mompox
- De Mompox a Honda
- Experiencias sobre la respiración del Cocodrilo
- Comercio en el Río Magdalena
- Mapa del río de la Magdalena
- Arribo a Honda
- De Honda a Santa Fe
- Arribo a Santa Fe
- Descubrimiento de la Quina cerca de Santa Fe
- Cerveza de Quina
- Educación en Santa Fe
- Ciudad de Santa Fe
- Viaje al Cerro de Guadalupe cerca de Santa Fe
- Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe
- Materiales para conformar el plano topográfico de la Sabana de Bogotá
- Viaje por el Meta desde Carichana hasta Santa Fe
- Viaje a Zipaquirá y a la Laguna de Guatavita
- Viaje al Salto del Tequendama
- Viaje de Santa Fe a Popayán
- Estadía en Pandi y camino a Ibagué
- Ibagué
- Medición del Tolima
- Volcán de Puracé
- Materiales para hacer el plano de Popayán
- Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julumito
- Viaje de Popayán a Almaguer
- Chocó
- Entrada a Santa Fe
- Viaje por la cordillera de los Andes
- Santa Ana
- Sobre el barniz de Pasto
- Volcán de Pasto
- Vegetación Ideas
- Viaje de Pasto a Quito

 

Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe

Ver el viaje a Guadalupe. Monserrate no se había medido. Una parte de los habitantes creía que era más alto que Guadalupe, la otra parte aseguraba lo contrario, el señor Mutis era de estos últimos. Yo subí para despejar esas dudas y para repetir algunos experimentos (sobre todo el del agua hirviendo).. La mañana era magnífica, apenas se veía una nube, cosa rara en Santa Fé, donde el aire enrarecido y frío (por falta de disolvente y de afinidad) no puede contener sino poca agua disuelta, por lo cual el menor enfriamiento precipita el agua de un aire que retiene muy poca. Por eso cuando el aire está sereno, en 23° del cianómetro, baja el higrómetro de Deluc hasta 29 – 30° de sequedad. Por esta razón, veinte veces al día, las precipitaciones causadas por el juego de la electricidad y los vientos... forman pequeñas lluvias (brumas), que los habitantes de Santa Fé llaman páramo, paramito. Estas precipitaciones de agua son tan rápidas que a menudo cuando por la noche comienzo a nivelar el horizonte artificial bajo la bóveda estrellada, ni una nube... y mientras tengo la vista fija en el horizonte el páramo llega. Levanto la cabeza y ya no veo ni una estrella. Además del frío y del enrarecimiento del aire de Santa Fé (el termómetro se sostiene entre 8° y 18° a la sombra, raras veces 20º, se ha visto en el campo, cerca de Facatativá, en 0° donde se ha observado agua congelada en los vasos, nunca nieve; el término medio en Santa Fé, teniendo en cuenta la temperatura mas común con respecto al tiempo, es de 12° - 13° división hecha a 28 pulgadas del barómetro), la situación de la ciudad, al pie de una elevada cadena de montañas, y la proximidad de la catarata del río Bogotá, el Salto de Tequendama, contribuyen con mucho a la extrema humedad del aire de esta capital. El punto donde está situado el salto (que forma un ángulo de 77° con el polo sur magnético, hacia el oeste) se distingue claramente sobre el horizonte por las espesas nubes que lo cubren constantemente, igual que los bajos fondos, como la Vibora, se distinguen a lo lejos en el mar. Los vapores que se elevan de la catarata forman nubes que son atraídas por la cordillera al este, siguen por Soacha, Bosa y Usme, para descargarse sobre Santa Fé, en donde los vientos fríos que soplan constantemente de los Boquerones (aberturas de la Cordillera, causadas por temblores de tierra) las enfrían y descomponen. Si en la excursión a Guadalupe nos incomodaban el viento, el frío y la bruma, en ésta era todo Sol y claridad. Digo expresamente Sol y claridad pues aunque el termómetro marcaba 17°R, al Sol, no puedo atribuir al calor esta embriaguez que se siente en las montañas elevadas cuando se está por largo tiempo expuesto al Sol. Yo puedo juzgar más que nadie ya que por la índole de mi constitución puedo permanecer 4-5 horas sin sombrero, expuesto al Sol de Cartagena, de la Guaira y de Cumaná, sobre una tenaza en donde el termómetro marcaba por reflejo 30°R, (el día del eclipse del Sol en Cumaná permanecí desde las 6h de la mañana hasta las 4h de la tarde sin interrupción) sin sentir el menor dolor de cabeza. Y con esta resistencia, el Sol de las altas montañas, hablo de las que tienen más de 1000 to. me marea, me produce una sensación muy desagradable, actúa sobre mis nervios cómo el Opio y otros narcóticos. ¿Será este un efecto particular de la luz, elemento diferente del calórico (como lo prueban los nuevos descubrimientos ópticos de Herschel) de la cual ignoramos completamente las propiedades químicas? No hay duda de que a 1700 toesas de altura, la intensidad de la luz debe ser muy diferente de la que so recibe al nivel del mar, en donde la densidad del aire debilita su fuerza. La capilla de Monserrate está situada al norte de Guadalupe, separada de ésta por un valle estrecho por donde corre el riachuelo San Francisco. Se trata de una hendidura más que de un valle, Felskluft. Los indios buscan allí el chusque, un Agrostis ramis verticillatis, cuyas varas son acumuladas como lo que se nos vende como bambú en París. Este chusque se usa mucho en la construcción de casas, en los techos, para entrelazar... No hay año en que no ocurra una desgracia en estas montañas, sea porque los indios caen a un precipicio, sea porque se desprenden rocas que los aplastan o que la bruma y el frío los matan (emparamarlos). El camino de Monserrate es más penoso que el de Guadalupe a causa de los cantos rodados que lo cubren, pero más abierto. Al bajar me caí varias veces en forma dolorosa. Por esta causa estaba más fatigado. Me había propuesto determinar la latitud de Santa Fé con un error de 8 - 10”; buscaba corregir los errores que resultan de la falta de paralelismo del espejo del Sextante, tomando altura de estrellas muy elevadas al Norte y al Sur. Trataba de comparar las latitudes obtenidas por Vega y Deneb con Fomalhaut. Los errores se compensan en esto caso como en el Cuarto de Círculo, y el resultado debe coincidir con el que se obtiene observando estrellas a alturas medianas, como a Centauri, a de la Grulla, el ojo de Pan. La noche era tan bella que me acosté alas 2 ½ y a las 5 ½ h (el 15 de agosto) me despertaron para subir a la montaña. Yo iba con uno de los pintores del señor Mutis, Matiz (de Guaduas), muy preciso en el dibujo de la anatomía de las plantas, y con un indio, Juan Esteban, que busca hierbas para la Expedición Botánica, y que merecería más se le dedicara una planta, que el ignorante y presuntuoso señor Estovez de la Habana. Nos demoramos 1 ½ h subiendo. El horizonte estaba tan despejado que hasta las 10 horas se distinguieron claramente todas las cimas cubiertas de nieve. Desde el Páramo del Ruíz hasta el Tolima.

¡Qué majestuoso aspecto!, qué masas enormes vistas a 30 leguas de distancia. Hacia el norte se ve una montaña colosal en forma de mesa, que se cree es el Páramo del Ruiz, más al sur tres pequeños conos y luego la inmensa pirámide truncada del Tolima que yo he medido, p. 67.

Se distinguen hendiduras en la nieve, los límites de la nieve, que dividen estas cimas en dos regiones: una negra y cubierta de vegetación y la otra de un blanco brillante... tomé con el mayor cuidado, con el Grafómetro, los ángulos de estos Páramos así como de 22 puntos en el llano de Bogotá, que me servirán para hacer un mapa interesante. La montaña de Monserrate es más pobre en vegetales, más árida, más caliente (entra más adelante en el Llano y más expuesta al Sol austral) que Guadalupe.

Nuestra herborización era menos fructífera. Es extraordinario, por ejemplo, el que no hayamos encontrado ni una planta de Befaria y de Alstonia muy, poco de Rothmannia, de Melastoma, de Aster, mientras que en Guadalupe, que forma parte de la misma cordillera, separado de Monserrate por un valle de apenas 300 toesas de ancho, se encuentran en cantidad. Por el contrario, encontramos muchas gramineas, el Jarava Ichu (?), Flor. Per. (Pappophorum Schreb.) que tiene constantemente tres estambres, el Satyrum bitesticulatum Mut, su bella Ternstromia americana cuya flor, como una rosa blanca, tiene un olor delicioso... todo el suelo está cubierto de Polei (Origanum tan pequeño como ½ pulgada); su olor lo anuncia cuando se lo aplasta con los pies... Cuando entré a España, en enero de 1799, y subí al Monserrat en Cataluña, contando con embarcarme en Cartagena para reunirme por la vida de Argel con el ejército de Egipto, quién me hubiera hecho creer entonces que en 1801 estaría yo en otro Monserrate, a 2000 leguas de distancia, admirando la Cordillera de los Andes... Héme aquí, a 4 ½° de latitud, reuniéndome en Guayaquil con la Expedición de Baudin; Monge y Bethollet están ya de vuelta en París, y mi amigo, el virtuoso Dessaix no existe ya, muerto combatiendo por su patria... Estas ideas me agitaron mucho.

Qué acontecimientos imprevistos...

Toda la montaña de Monserrate contiene arenisca con pequeños granitos de cuarzo de un blanco amarillento, arenisca de grano fino con argamasa arcillosa. No produce efervescencia con los ácidos, lo que prueba su gran antigüedad. Reposa sobre el esquisto micáceo y las pizarras de Villeta y sirve de baso a la piedra calcarea y el yeso. Irregularmente estratificado, a menudo hor. 1 - 2, cae a 70° al sureste. Contiene estratos de arcilla muy fina, mineral de hierro obscuro, no hay conchas (por lo que parece).

Puede uno equivocarse creyendo que toda esta arenisca de granos finos e iguales es cuarzo o Pierre de Corne. p. 71.

Continuación del viaje a Monserrate, cerca de Santa Fé.

El señor Le Blond, en la miserable Memoria que publicó en el Journal de Physique, 1786, p. 321 (tenía el oficio de partero en Santa Fé y Quito), dice que estas montañas son de granito, que la capital está a 4° de latitud y 304 de longitud, que la llanura de Bogotá será a 1600 toesas de altura, que el pescado Capitán, nuevo género de los Apodes (Véanse mis descripciones y dibujos de animales) en un Gadus, que hay negros americanos entre el cabo Pasado y el cabo San Francisco cerca de Guayaquil, que el Frailejón es un Dictamnus, y otras falsedades por el estilo... Si el señor Le Blond hubiera cultivado las ciencias y buscado y recogido material en América, aún en Santa Fé hubiera podido aprender a leer la altura del barómetro, el señor Mutis le habría dicho que la caída del Tequendama es medible y ha sido medida desde hace largo tiempo...

Altura. El señor Mutis se encargó de hacer observaciones comparativas con el barómetro, el higrómetro y el termómetro. En Monserrate, cerca de la iglesia, a las 11 de la mañana, el barómetro (reducido al del Observatorio de París) marcó 232,4 líneas, mientras en Santa Fé (Casa de la Expedición Botánica), en el mismo momento, marcaba 248,9 líneas; el termómetro en Monserrate 10 grados R., en Santa Fé 15°R., lo que da para Monserrate, según el método simple, 297,8 toesas de altura sobre Santa Fé; por la fórmula de Tralles, corregida por tompératura, 290,4 toesas sobre Santa Fé y 1660,4 toesas sobre el nivel del mar. Por consiguiente, Guadalupe es 46,5 toesas más elevado que Monserrate. Guadalupe tiene casi la misma altura que el Etna (63 toesas más bajo), Monserrate casi la misma altura que el San Gotardo (10 toesas más alto). Júzguese la enorme altura de las montañas de América observando que Guadalupe y Monserrate son 2 capillas situadas sobre montículos al pie de una cordillera, montículos que los devotos han creído accesibles y, sin embargo, la altura de estas capillas es comparable a la de las más elevadas cimas de las cordilleras de Europa.

Fuerza del Sol. Experiencia hecha con el cuidado ordinario, termómetro de vidrio, sin escala de metal, fuera del reflejo de los muros, sobre césped. El termómetro a la sombra, sin viento, a mediodía verdadero, 13,3 R; el sol (cielo de un bello azul sin nubes a 24° del Cianómetro de Saussure), 17°,9; por consiguiente la fuerza del Sol, extraordinariamente grande, 5°, 6. La temperatura de la única fuente que hay arriba, agua del milagro, era de 12v, 4 R. La hubiera creído más fría; el agua sale de la roca y tome la medida inmediatamente después de la salida. ¿Será esta la temperatura del Globo a 1660 toesas de altura y 4° 36’ de latitud? Lo cierto es que he observado cuidadosamente en Santa Ana en la que la temperatura interna del Globo, a 700 toesas sobre el nivel del mar y a los 5° 7’ de latitud, es de 17°, 2 R. En la Cueva del Guácharo, a 424 toesas de elevación y 10° 11’ de latitud, el Globo tiene de 14°, 8 a 15°, 2. Estas observaciones son muy interesantes. V. La Métherie: Theorie de la Terre. Lástima que haya tan pocas ocasiones de hacer buenas observaciones, sobre la temperatura del interior del Globo. Hay que ser muy prudente al escoger el lugar. V. mi obra sobre la meteorología subterránea.

El higrómetro de Deluc (de lámina) mancó en Monserrate toda la mañana, desde las 9h hasta la 1h, 33°, 5. (El instrumento corregido para los puntos 0 y 100, pero no por temperatura, que era de 10°, 5). En Santa Fé (marcando el termómetro 15°R.) el higrómetro de Saussure, de cabello, marcó toda la mañana 68°, que corresponden a 33° de Deluc. En consecuencia, reduciendo las humedades a la misma temperatura según las reglas dadas por Saussure, Essay d’Hygrométrie, 1787, p. 87 y 181, y a la misma presión barométrica, se verá que el aire de la montaña era mas seco que el de Santa Fé. Mongez observó el higrómetro de Saussure marcar 64° en el pico de Teyde.

La experiencia del agua hirviendo se realizó con el mayor cuidado, con un instrumento que imitaba al de Saussure (el calentador del Paul), el cual quebré por desgracia, y con un excelente termómetro de Nairne y Blunt. En el aparato el metal del vaso no toca la escala o el termómetro, porque el metal podría aumentar el grado de calor. Estoy seguro de que las diferencias observadas en el grado de ebullición del agua, repitiendo la experiencia en el mismo lugar, con la misma agua en vasos diferentes, provienen del calor que adquieren las paredes del vaso que más o menos alejadas del termómetro alteran su marcha. Lo mismo sucede con los vasos de evaporación, tema que traté con mucha delicadeza Cumaná, de lo cual me enorgullezco. Por este motivo se actúa bien al operar siempre con el mismo instrumento, para tener experiencias comparables. Pues desde que se trate de resultados muy finos, al décimo grado, los resultados son verdaderos en relación con las circunstancias dentro de las cuales se ha operado. Es lo mismo que con la altura barométrica y la declinación magnética, en las cuales no se tiene nunca una verdad absoluta sino solamente en relación con tal o cual tubo, o con tal o cual aguja. Por falta de agua destilada comencé a operar con agua lluvia y vi que la diferencia que hay entre el grado de ebullición del agua de lluvia y de frente de Santa Fé escapa a nuestros sentidos; es inferior a 0°, 2, que distingo en mi instrumento. En todas mis experiencias en Santa Fé observé hervir el agua a 198°,6 Fahr. En Monserrate hierve a 194°,3 Fahr. Hay pues 4°,3 de diferencia. Comparando los grados del termómetro de que me serví en Guadalupe con los del de Nairne, vi que hay perfecta armonía entre las 2 experiencias. Lamanon y Mongez (Journal de Physique, 1786, p. 152) vieron en el Pico de Teide, en la fuente helada donde el barómetro marcaba 19 pulgadas 1 línea hervir el agua a 71° R = 191°,7. La diferencia de 0°,8 de Réaumur entre mi observación y la de Mongez proviene en pequeña parte de la mayor altura en la que se encontraba Mongez (a 229 li, yo a 232,4 li) y en gran parte, sin duda, de la división defectuosa de los termómetros, de la facilidad de equivocarse en medio grado en un termómetro de Réaumur de pequeña graduación, quizá de que Mongez y Lamanon no hicieron hervir lo suficiente su agua. Yo mismo he experimentado en el Pico de Teide la dificultad de mantener un gran fuego, a causa del enrarecimiento del aire y del continuo viento; el señor Tralles ha observado que hay a veces hasta 1 1/8 grados de Réaumur de diferencia entre el calor de dos aguas que parecen hirvientes. Se observa subir el termómetro en un agua que parece perfectamente hirviente y, en igualdad de circunstancias, la probabilidad de la verdad está del lado de aquel que vio un mayor grado de calor en el agua hirviendo.

[Adición posterior:]
Mis distancias muy pequeñas