Viaje de Humboldt por Colombia y el Orinoco
Cartago

Este es un listado de las ciudades visitadas por Humboldt en el orden como fueron recorridas por el viajero:

:: Orinoco
:: El zapote
:: Cartagena
:: Turbaco
:: Mompox
:: Magdalena
:: Honda
:: Mariquita
:: Guaduas
:: Zipaquira
:: Guatavita
:: Tequendama
:: Fusagasuga
:: Pandi
:: Ibagué
:: Cartago
:: Buga
:: Popayan
:: Purace
:: Almaguer
:: Pasto
Más información
 


Plantas observadas en la zona


VIÁGE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE

Configuracion del pais. Desigualdades del suelo. Cadenas y grupos de montañas.
Puntas ó alturas de particion. Llanuras ó llanos.
 



Aguadores y lavanderas de Cartago
Dibujo de Riou
 
Iglesia y convento de san francisco
Dibujo de Barclay

 
Vista del Río Cauca cerca de Cartago
Dibujo de Moynet
 


La América meridional es una de estas grandes masas triangulares que forman las tres partes continentales del hemisferio austral del globo. Por su configuracion exterior se parece mucho mas al Africa que á la Nueva Holanda. Estan dispuestas de tal modo las extremidades meridionales de los tres continentes, que, haciendo la travesía del cabo de Buena Esperanza (lat. 35° 55’) al cabo de Hornos (lat. 55° 58’) y doblando la punta sur de la Tierra de Diemen (lat. 43° 58’), se ve prolongarse las tierras tanto mas hácia el polo sur, cuanto mas se avanza hácia al este. De las 571,000 leguas cuadradas marinas que encierran la América meridional, la cuarta parte de ella está cubierta de montañas que estan ó distribuidas en eslabones ó acumuladas por grupos. El resto se compone de llanuras que forman largas bandas no interrumpidas, cubiertas de bosques ó de gramíneas mas unidas que las que se encuentran en Europa, y elevándose progresivamente, á 300 leguas de distancia de las costas, de 30 á 70 toesas de altura sobre el nivel del Océano. La cadena de montañas mas considerable de la América meridional se extiende del sur al norte segun la mayor dimension del continente; no es ella central como en Europa ni está avanzada considerablemente de las costas del mar como el Himalaya y el Hindou-Koh, pero si arrojada hácia la extremidad occidental sobre las costas del Océano Pacífico. Fijando la vista sobre el perfíl que he dado de la configuracion de la América meridional, bajo el paralelo del Chimborazo y del Gran Pará, por medio de las llanuras del Amazona, se ve bajarse las tierras hácia al este en escarpas ó declives, corno un plano inclinado, por una largura de 600 leguas marinas. Si en el antiguo estado de nuestro planeta no se ha elevado jamas el Océano Atlántico, por cualquier causa extraordinaria, á 1,100 pies de altura sobre su nivel actual (altura de 1/3 menos que la de las regiones interiores de España y de la Baviera), las olas han debido estrellarse, en la provincia de Jaen de Bracamoros, contra los arrecifes que adornan la ladera oriental de la cordillera de los Andes. La elevacion de esta punta ó altura es tan poco considerable, comparándola con el continente entero, que la anchura de este, en el cabo de San Roque, es 1,400 veces mayor que la altura media de los Andes. 

Distínguese en la parte montañosa de la América meridional una cadena y tres grupos de montañas, á saber: la cordillera de los Andes que el geognóstico puede seguir sin interrupcion desde el cabo Pilares, en la parte occidental del estrecho de Magellanes, hasta el promontorio de Paria, en frente de la isla de la Trinidad; el grupo aislado de la Sierra Nevada de Santa Marta, el de las montañas del Orinoco ó de la Parima, el de las montañas del Brasil. Como la Sierra de Santa Marta se encuentra casi en el meridiano de las Cordilleras del Perú y de la Nueva Granada, se cae comunmente en el error de mirar las nevadas cimas que perciben los navegantes, pasando la embocadura del Rio de la Magdalena, corno la extremidad boreal de los Andes. Luego probaré que el grupo colosal de la Sierra de Santa Marta está casi enteramente aislado de las montañas de Ocaña y de Pamplona, que pertenecen á la cordillera oriental de la Nueva Granada. Las cálidas llanuras que corre el rio César, y que se extienden hácia el valle de Upar, separan la Sierra Nevada del páramo de Cacota, al sur de Pamplona. El asiento ó cima que divide las aguas, entre el golfo de Maracaibo y el Rio de la Magdalena, se halla en la llanura misma al este de la laguna Zapatoza. Si durante largo tiempo se han equivocado considerando la Sierra de Santa Marta, á causa de sus eternas nieves y de su posicion en longitud, como una continuacion de la cordillera de los Andes, por otra parte se ha desconocido el vínculo de esta misma cordillera con las montañas costeras de las provincias de Cumaná y de Caracas. La cadena del litoral de Venezuela, cuyas diferentes filas forman la montaña de Paria, el istmo de Araya, la Silla de Caracas, y las montañas de granito gneis al norte y al sur del lago Valencia, se junta de nuevo entre Puertocabello, San Felipe y Tocuyo (por el Torito, el picacho de Nirgua, la Palomera y Altar) á los páramos de las Rosas y de Niquitao que forman la extremidad nordeste de la Sierra de Mérida y de la cordillera oriental de los Andes de la Nueva Granada. Basta haber indicado aquí este vínculo tan importante bajo las relaciones geognósticas; pues que como las denominaciones Andes y Cordilleras estan enteramente inusitadas por cadenas de montañas que se prolongan desde la orilla oriental del golfo de Maracaibo hasta el promontorio de Paria, seguirémos designando estas cadenas, dirigidas del oeste al este, bajo los nombres de cadena del litoral, ó cadena costera de Venezuela. 

De los tres grupos aislados de montañas, es decir, de los que no son ramales de las cordilleras de los Andes y de su continuacion hácia el litoral de Venezuela, hay uno al norte y dos al este de los Andes el primero es la Sierra Nevada de Santa Marta, los otros dos son la Sierra de la Parima, entre los 4° y 8° de latitud boreal, y las montañas del Brasil, entre los 15° y 28° de latitud meridional. De esta rara distribucion de las grandes desigualdades del terreno nacen tres llanuras, que, unidas, constituyen una superficie de 420,600 leguas cuadradas ó 4/5 de toda la América meridional, al este de los Andes. Entre la cadena costera de Venezuela y el grupo de la Parima, se extienden las llanuras del Apure y del Bajo Orinoco; entre el grupo de la Parima y el de las montañas dei Brasil, las llanuras del Amazona, del Rio Negro y de la Madeira; entre los grupos del Brasil y la extremidad austral del continente, las llanuras del Rio de la Plata y de la Patagonia. Como el grupo de la Parima, en la Guayana española, y el del Brasil (ó de Minas Geraes y de Goyaz) no se juntan hácia el oeste á la cordillera de los Andes de la Nueva Granada y del Alto Perú, las tres llanuras del Bajo Orinoco, del Amazona y del Rio de la Plata se comunican entre si por estrechos terrestres de una anchura considerable. Estos estrechos son tambien llanuras dirigidas del norte al sur y atravesadas por cimas imperceptibles, pero formando las divortía aquarum. Estas cimas (y este fenómeno notable no ha fijado hasta ahora la atencion de los geógnostos) estas cimas, repito, ó lineas de cumbres estan colocadas entre los 2° y 3° de latitud boreal y los 16° y 18° de latitud austral. El primer asiento forma la division de las aguas que desaguan al nordeste en el bajo Orinoco, al sur y sudeste en el Rio Négro y Amazona, y el segundo asiento divide los afluentes de la orilla derecha del Amazona y del Rio de la Plata. La direccion de estas líneas de cumbres es tal, que si ellas. estuviesen señaladas por cadenas de montañas, unirian el grupo de la Parima con los Andes de Timana (Relac. hist. T. VIII, y las montañas del Brasil con el promontorio de los Andes de Santa Cruz de la Sierra, de Cocha-bamba y del Potosí. No enunciamos una suposicion tan vaga, sino para que se comprehenda mas fácilmente la construccion de esta vasta parte del globo. Esta determinacion de la llanura en la interseccion de dos planos poco inclinados, estos dos asientos cuya existencia no se manifiesta, como en Volhinia, sino por el curso de las aguas, son paralelos á la cadena costera de Venezuela; y ofrecen, por decirlo así, dos sistemas de contra ladera poco desenvueltos, dirigidos del oeste al este, entre el Guaviare y el Caqueta, y entre el Mamore y el Pilcomayo. Es muy digno de notarse tambien que, en el hemisferio meridional, la cordillera de los Andes envia hácia el este un inmenso contrafuerte, el promontorio de la Sierra Nevada de Cocha­bamba, adonde empieza la cima que se prolonga entre los afluentes del Madeira y del Paraguay, hácia el elevado grupo de las montañas del Brasil ó de Minas Geraes. Diríase de una cadena longitudinal (los Andes) á la que tres eslabones transversales (montañas del litoral de Venezuela, montañas del Orinoco ó de la Parima y montañas del Brasil) inclinan á juntarse, sea por un grupo intermediario (entre el lago de Valencia y Tocuyo), ó sea por simples cimas formadas por la interseccion de contraladeras en llanuras. De los tres llanos que comunican por estrechos terrestres, desde los del Bajo Orinoco, del Amazona y del Rio de la Plata ó de Buenos Aires, los dos extremos son dehesas cubiertas de gramíneas, mientras que el llano intermediario, el del Amazona, es un bosque espeso. En cuanto á los dos estrechos que forman bandas dirigidas del norte al sur (del Apure al Caqueta al traves de la provincia de los Llanos, y del origen del Mamore al rio Pilcomayo, al traves de la provincia de los Mojos y Chiquitos), ofrecen llanos desnudos y herbosos como las llanuras de Caracas y de Buenos Aires. 


En el inmenso espacio de terreno al este de los Andes, que comprehende mas de 480,000 leguas marinas cuadradas, de las que 92,000 son de pais montañoso, no hay grupo alguno que se eleve hasta la region de las nieves perpétuas, ni aun que tenga la altura de 1,400 toesas. Esta declinacion de las montañas en la region oriental del nuevo continente se extiende hasta 60° de latitud boreal, mientras que en la parte occidental, sobre la prolongacion de la cordillera de los Andes, las mas altas puntas se elevan en Méjico (lat. 18° 59’) á 2,770 toesas, las Montañas Peñascosas (lat. 37° á 40°) á 1,900 toesas. El grupo aislado de los Aleganis que corresponde, por su posicion oriental y por su direccion, al grupo del Brasil no se eleva á mas de 1,040 toesas (1)Las gran des cumbres, que exceden la altura del Monte Blanco, no pertenecen pues sino á la cadena longitudinal que ribetea el Océano Pacífico, desde los 55° sur hasta los 68° norte, es decir, la cordillera de los Andes. El solo grupo aislado que compite con las cumbres nevadas de los Andes equinocciales y que tiene cerca de 3,000 toesas, es la Sierra de Santa Marta que no está colocada al este de las Cordilleras, sino entre la prolongacion de dos de sus ramales, cuales son Mérida y Veragua. Las Cordilleras que adornan el Mar de las Antillas, en la parte que designamos con el nombre de cadena litoral de Venezuela, no llegan á esta altura extraordinaria (2,400 toesas) que tienen en su prolongacion hácia Chita y Mérida. Considerando aisladamente los grupos del este, los del litoral de Venezuela , de la Parima y del Brasil, se les ve disminuir del norte al sur. Las mas altas cimas de cada grupo son la Silla de Caracas (1,350 toesas), el pico de Duida (1,300 toesas), el Itacolumi y el ltambe (2) (900 toesas). Pero, como he observado ya en otro parage (3), seria un error juzgar de la altura de una cadena de montañas únicamente segun la altura de las cimas mas elevadas. El pico de Himalaya (4) el mas exactamente medido, es 676 toesas mas alto que el Chimborazo, este 900 toesas mas alto que el Monte Blanco, y este 663 toesas mas alto que el pico de Nethu (5).

No dan estas diferencias las relaciones de la altura media del Himalaya, de los Andes, de los Alpes y de los Pirineos, es decir, la altura de la espalda de las montañas, sobre la cual se elevan picos, agujas ó cúpulas redondas. En la parte de esta espalda se practican los pasos que proporcionan una medida precisa del minimum de altura que tienen las grandes cadenas. Comparado el conjunto de mis medidas con las de Moorcroft, Webb y Hodgson, de Saussure y de Ramond, evaluo la altura media de la cima del Himalaya, entre los meridianos de 75° y 77°, á 2.450 toesas; de los Andes (6) (en el Perú, en Quito y en la Nueva Granada), á 1,850 toesas; de la Cima de los Alpes y de los Pirineos á 1,150 toesas.

La diferencia de la altura media de las Cordilleras (entre los paralelos de 5° norte y 2° sur) y de los Alpes de la Suiza es por consiguiente de 200 toesas mas pequeña que la de sus mas altas cumbres, y comparando los pasos de los Alpes, se ve que la elevacion  media de su cumbre es casi la misma, aunque el pico Nethu tenga 600 toesas menos que el Monte Blanco y el Monte Rosa. Al contrario, entre el Himalaya (7) y los Andes (considerando estas cadenas en los limites que acabo de indicar), las diferencias entre la altura media de las cimas y la de las cumbres mas elevadas conservan casi las mismas relaciones. 

Aplicando un raciocinio análogo á los tres grupos de montañas que hemos hecho conocer, al este de los Andes, hallamos la altura media de la cadena del litoral de Venezuela de 750 toesas, la de la Sierra Parima de 500 toesas, y la del grupo brasileño de 400 toesas; de donde se sigue que las montañas de la region oriental de América del Sur, son, entre los trópicos, á la elevacion media de los Andes como 1 á 3. Hé aquí el resúrnen de algunos datos numéricos, cuya comparacion ofrece ideas mas precisas sobre la estructura (8) de las montañas en general. 



Nombres de las cadenas de las montañas

Himalaya (entre lat. bor. 30° 18' y 31° 53', y longit. 75° 23' y 77° 38') 

4,026 t 2,450 t  1 : 1,6

Cordillara de los Andes (entre lat. 5° bor. y 2° austr.)

3,350 1,850 1 : 1,8

Alpes de la Suiza (Vease la nota precedente)

2,450 1,150 1 : 2,1

Pirineos

1,787 1,150 1 : 1,5

Cadena del litoral de Venezuela

1,350 750 1 : 1,8

Grupos de las montañas de Parima

1,300 500 1 : 2,6

Grupo de las montañas del Brasil 

900 400 1 : 2,3


Si se distingue entre las montañas las que se elevan esporadicamente y forman pequeños sistemas aislados (grupos de las Canarias, de las Azores, de las islas Sandwich, de los Montes Dorados, de los Lugáneos) , y las que hacen parte de una cadena continua (Himalaya. Alpes, Andes), se nota que á pesar de la prodigiosa (9)
elevacion de las cumbres de algunos sistemas aislados, los puntos culminantes del globo entero pertenecen sin embargo á las cadenas continuas, á las cordilleras del Asia central y de la América del sur.

En la parte de los Andes que conozco mejor, entre los 8° de latitud sur y los 21° de latitud norte, todas las cimas colosales son de traquite. Puede casi admitirse como regla general que, cada vez que, en esta region de los trópicos, la masa de las montañas se eleva sobre el límite de las nieves perpétuas (2,300 - 2,470 toesas), las rocas vulgarmente llamadas primitivas (por ejemplo, el granitogneis ó el rnicaesquita) desaparecen, y las cumbres son de traquite ó pórfido trapeano. No conozco sino algunas raras excepciones á esta ley en las Cordilleras de Quito donde los nevados del Condorasto y del Cuvillan, colocados en frente del Chimborazo traquítico, estan compuestos de micaesquita, y contienen vetas de plata sulfurada. Lo mismo sucede en los grupos de montañas esparcidas que se elevan repentinamente en medio de las llanuras, en donde las cumbres mas altas (Mowna Roa, pico de Terenife, Etna, pico de los Azores) no ofrecen sino rocas volcánicas modernas. Sin embargo no conviene extender esta ley á todos los continentes , y admitir en general que, bajo cada zona, los mayores levantamientos han producido cúpulas de traquite; el granitogneis y el micaesquita constituyen, en el grupo casi aislado de la Sierra Nevada de Granada , el pico dc Mulhacen (10), corno en las cadenas continuas de los Alpes, de los Pirineos, y verosímilmente tambien del Himalaya (11), constituyen las cumbres de las crestas. Quizá estos fenómenos, discordantes en apariencia, son los efectos de una misma causa: acaso los granitos, los gneis y todas estas pretendidas montañas primitivas neptunianas son debidas á fuerzas volcánicas así como los traquites, pero á fuerzas, cuya accion se asemeja menos á las de los volcanes todavía encendidos de nuestros dias, y que vomitan lavas que entran inmediatamente, en el momento de la erupcion, en contacto con el aire atmosférico. No me pertenece discutir aquí esta grande cuestion teórica.

Despues de haber examinado la estructura general de la América meridional, segun consideraciones de la geognosia comparada, voy á hacer conocer separadamente los diferentes sistemas de montañas y de llanuras, cuyas mutuas relaciones tienen una influencia tan poderosa sobre el estado de la industria y del comercio de los pueblos del nuevo continente. No daré sino una vista general de los sistemas colocados fuera de los límites de la region que hace el objeto especial de esta memoria. Como la geología está esencialmente fundada en el estudio de las relaciones de juxtaposicion y sitio, no he podido tratar aisladamente de las cadenas del litoral y de la Parima, sin hablar de los otros sistemas colocados al sur y al oeste de Venezuela.



A. Sistemas de montañas. 

ACORDILLERAS DE LOS ANDES. 

De todas las cadenas del globo, esta es la mas continua, la mas larga, la mas constante en su direccion del sur al norte y al norte noroeste. Se aproxima desigualmente (de 22° y 33°) á los polos norte y sur. Su desenvolvimiento es de 2,800 á 3,000 leguas (de 20 al grado), largura que iguala la distancia del cabo Finisterre, en Galicia, al cabo Nordeste (Tschuktschoi—Noss) del Asia. Poco menos de la mitad de esta cadena pertenece á la América meridional de la que sigue, para decirlo así, las costas occidentales. Al norte de los istmos de Cupica y de Panamá, despues de una enorme declinacion, torna la apariencia de una cresta casi central, formando el dique peñascoso que reune el grande continente de la América septentrional al continente del sur. Las bajas tierras al este de los Andes de Goatemala y de la Nueva España parecen haber sido tragadas por las aguas, y forman hoy dia el suelo del Mar de las Antillas. Como mas allá del paralelo de la Florida, el continente se ensancha de nuevo hácia el este, las Cordilleras de Durango y del Nuevo Mejico, así como las Montañas Peñascosas que son la continuacion de estas Cordilleras, parecen de nuevo tambien arrojadas hácia el oeste, es decir, hácia las costas del Océano Pacífico, quedando sin embargo ocho ó diez veces mas lejos de ellas que en el hemisferio austral. El escollo ó islote granítico de Diego Ramirez, al sur del cabo de lomos, y las montañas que terminan (12) á la embocadura del Rio de Mackensie ( lat. 69°, long. 13º 1/2 ), mas de 12° al oeste de las Montañas de Grunstein (13) conocidas bajo la denominacion de Copper Mountains, y recientemente visitadas por el capitan Franklin, pueden mirarse como las dos extremidades de los Andes.

El pico colosal del San Elias y el del Beautems (Mount-Fairwea­ther), del Nuevo Norfolk, no pertenecen, para hablar claro, á la prolongacion septentrional de la cordillera de los Andes, pero si á una cordillera paralela (á los Álpes Marítimos de la costa noroeste) que se prolonga hácia la península de la California, y que está ligada por cimas transversales y un terreno montuoso entre los 45° y 53° de latitud, á los Andes del Nuevo Méjico (Rocki Mountains). En la América meridional (y es á esta parte del nuevo continente que está particularmente restricto mi cuadro geognóstico), la anchura media de la cordillera de los Andes es de 18 á 22 leguas (14).

No es sino en los nudos ó grupos de montañas, y en donde la cordillera se engruesa por contrafuertes y se divide en muchos eslabones casi paralelos, que se juntan por intervalos (por ejemplo, al sur del lago de Titicaca ) que tienen mas de 100 y 120 leguas de anchura en una direccion perpendicular á su eje. Los Andes de la América meridional bordan, hácia el oeste, las llanuras del Orinoco, del Amazona y del Rio de la Plata, semejantes á un muro peñascoso (cresta de neta) que hubiera sido elevado al traves de una quebraja de 1,300 leguas de largo, y dirigida del sur al norte. Esta parte levantada (si es permitido servirse de una expresion fundada sobre una hipótesis geognóstica) tiene 58,900 leguas cuadradas de superficie entre el paralelo del cabo Pilar y del Choco septentrional. Para hacerse una idea de la variedad de rocas que este espacio puede ofrecer á las observaciones del viajante, es preciso acordarse que los Pirineos, segun las valuaciones de M. de Charpentier no ocupan mas de 768 leguas cuadradas marinas. (15)

El nombre de Andes, en idioma quichua (idioma del Inca), que carece de los consonantes d, f y g, Antís ó Ante paréceme derivar de la voz peruana anta que significa cobre y metal en general. Se dice aun antachacra, mina de cobre; antacuri, cobre mezclado con oro; puca anta, cobre ó metal rojo. Así como el grupo de los Montes Altai (16), en los dialectos turcos, ha tomado la denominacion de la palabra altor ó altín (oro), las Cordilleras han debido llamarse comarcas de cobre ó Anti-Suyu á causa de la abundancia del metal que los Peruanos emplean para sus ustensilios. El inca Garcilaso, hijo de una princesa peruana, que escribió con una grata simplicidad la historia de su pais natal en los primeros años de la conquista, no da etimología alguna del nombre de los Andes. Se limita á oponer Anti Suyu ó la region de las cimas cubiertas de nieves eternas (ritiscea) á las llanuras ó Yuncas, es decir, á la region baja del Perú.