Viaje de Humboldt por Colombia y el Orinoco
Zipaquira

Este es un listado de las ciudades visitadas por Humboldt en el orden como fueron recorridas por el viajero:

:: Orinoco
:: El zapote
:: Cartagena
:: Turbaco
:: Mompox
:: Magdalena
:: Honda
:: Mariquita
:: Guaduas
:: Zipaquira
:: Guatavita
:: Tequendama
:: Fusagasuga
:: Pandi
:: Ibagué
:: Cartago
:: Buga
:: Popayan
:: Purace
:: Almaguer
:: Pasto
Más información

Plantas observadas en la zona
 
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VIAJE A ZIPAQUIRA Y A LA LAGUNA DE GUATAVITA

17 de julio

Capitulatia de Zipaquirá, Restrepo II, 42. Planicie de Bogotá. 

Caldas (Acosta), pág. 885, 427.
Tolima medida desde allí, Caldas, pág. 349.
Biografía de Mutis. Caldas, pág. 161. 

Producto decimal de la Diócesis (?) **de Santa Fé
1.553 - 1.555 en total 109.788 piastras. De 1.801 -
1.805 = 1,400.000 piastras Sem. I. pág. 448.

La fiebre siempre recurrente de Bonpland (consecuencia de la navegación por el río Magdalena) me obligó a permanecer en Santa Fé casi 6 semanas completas, en lugar de 14 días. A pesar de que para mí ese retardo era en si muy incómodo (una visita tan larga podía fácilmente volverse molesta para Mutis, que nos albergaba; ¡y el peligro de no alcanzar la expedición de Bandin para circumnavegar el mundo, no era pequeño!), sin embargo ese retardo me dió por otra parte, la oportunidad de terminar el mapa del río Magdalena a 4 hojas, de calcular mis observaciones astronómicas, de utilizar el excelente tesoro de libros de Mutis, de medir Monserrate y Guadalupe, de trazar líneas meridianas en Santa Fé, de determinar con gran precisión la desviación magnética lo mismo que la latitud del lugar por medio de las estrellas australes y boreales, de estudiar ictiología... en resumen, de abarcar una cantidad de cosas, en las cuales no era posible pensar hasta ahora, por la rapidez de nuestro viaje. 

Finalmente el 17 de Julio de 1801 nos atrevimos a probar si la salud de Bonpland era lo suficientemente fuerte como para arriesgar un viaje. El fin de este viaje era visitar la mina de sal gema de Zipaquirá, la laguna de Guatavita tan nombrada en los mitos indígenas, los manantiales calientes y la parte norte del llano de Bogotá, para completar el plano topográfico de esta llanura. 

Nosotros elegimos el sendero a través del Cerro de Suba y el Paso de la Balsa, sólo transitable en las estaciones secas. El Camino normal a Zipaquirá va a lo largo de la cadena oriental de montañas, sobre el puente de Chía construido por Esquiaqui (90.000 piastras!). Este puente tiene 5 arcos sobre el pequeño río Bogotá de apenas 130 pies de ancho, que los indios denominan Funza en el mito de la inundación universal. En el levantamiento de diques, y en la construcción de puentes en el camino de Santa Fé a Facatativá, donde el río forma grandes pantanos, se emplearon otras 100.000 piastras. Sin preguntarse si no hubiera sido más útil terminar estas obras con menor lujo, y cambiar las miserables balsas en diferentes puntos de la parte norte del llano, por puentes de madera, sin haber solucionado este problema, noto más bien, que el nuevo peaje, sobre el que nadie se queja, no sólo repone rápidamente estas 190.000 piastras, sino que ya ha producido un gran excedente. Según esto, se ve cuán fácil es incluso mejorar caminos a costo del público, construir una carretera de Honda a Santa Fé... El Valle (Llano de de Bogotá) junto con todas las montañas limítrofes, no está constituido por granito, (como dice Mr. le Blond en el articulo, Journal de Physique 1786, pág. 321), sino por arenisca (más antigua) rica en cuarzo con argamasa arcillosa. Su dirección es re­gular, cayendo por lo general de 3 a 4 con 70° hacia el sur oriente, pero a menudo también con dirección 8. En esta arenisca aparecen capas de roca férrica color castaño, de arcilla de esquisto y de tierra arcillosa relativamente pura color blanco grisoso. La roca férrica color castaño forma aquí y allá manantiales fríos (ácido carbónico) que contienen hierro, como en el Cerro de los Tunjos, [de los Tunjos, así llamado por los iconos de oro y sobretodo de arcilla que so encuentran allí], al norte de Cogua hacia el nacimiento del río Barandilla. Aquí se encuentra, en la arcilla de esquisto (como en la formación arenisca alrededor de Honda y Guaduas), hulla, como en Tausa cerca a Canoas (véase pág. 116) y en el Cerro de Suba, donde observé la salida de un excelente azabache. Estas grandes masas de carbón, a 1.370 toesas de altura, en una región en la cual la naturaleza apenas produce arbustos pequeños (Escallonia, Alstonia, Befada, Brathys), parecen bastante extrañas. No indican estas nuevamente, que no todo el carbón del reino mineral pertenece a las plantas, como en el esquisto de arcilla y de alumbre originario, como el carbón extendido en la hornablenda originaria, que una gran parte de la hulla, separándose de ácido carbónico, se ha depositado en mares caóticos, y que el ácido carbónico existía antes de las plantas. ¿O será traída la materia vegetal por las inundaciones desde regiones más profundas ricas en plantas, hasta estas alturas? La arcilla de esquisto es por lo general muy terrosa, poco compacta, se desintegra en polvo en el aire, por eso, a esto que sale, lo llaman en Guaduas urna cineraria, o Ceniceros. Sobre las formaciones mas antiguas de arenisca (idéntica a los fósiles europeos) se superpone un valle, una (compacta) caliza estratificada (piedra calcárea), especialmente en la cadena montañosa oriental alrededor de Chaleche y Guatavita y en la boca occidental del monte, sin petrificaciones, tal como la arenisca, pero lleno de cuevas como las cuevas de Facatativá. Sobre la caliza reposa yeso, en parte foliado (espejuelas), en parte compacto color blanco grisoso. En este yeso aparece la arcilla salífera y la formación de sal gema; ¡Esto en cuanto a la estratificación en general! La arenisca está en todas partes a flor de tierra. La caliza y el yeso no se encuentran siempre totalmente extendidas, sino que so encuentran sólo en puntos de relacionados, posiblemente no como depósitos parciales (regadas aquí y allá, pequeños depósitos como la caliza del valle de Chamonix), sino arrastrados, destruidos por la inundación del Funza en la formación del lago desagüado. Sobre el camino de Honda, Guaduas hacia Facatativá, la formación estratificada de Honda y Guaduas está separada de la del Llano de Bogotá por medio del esquisto arcilloso de Villeta (véase el perfil del camino de Cartagena a Santa Fé). Las formaciones son idénticas. La misma arenisca con roca férrica color castaño y depósitos de arcilla, sólo que en Honda es de grano más grueso, en forma de breccia, llena de piedra de Lídice y esquisto piritoso, y en Bogotá, es de grano tan fino quarzoso y con piedra de Lídice que casi se confunde con el quarzo, el mismo yeso la misma hulla, caliza... ¿No estarán relacionadas entre sí las dos formaciones estratificadas, la del río Magdalena y la del Llano de Bogotá al noreste del Honda sobre el Río Negro, la Palma y el Páramo de Zipaquirá? En Río Negro arriba de Caparrapi, hay yeso a flor de tierra, en la Palma se encuentran roca férrica y hulla, en el río Pinceima manantiales salinos; la formación estratificada del Llano asciende a más de 1.800 toesas cuesta arriba al occidente de Zipaquirá y del Cerro de los Tunjos, junto al Cerro de Guandoque en el Páramo de Zipaquirá. Estas condiciones hacen sospechar una relación.

(Anotaciones al margen izquierdo de la pág. 108:) Nueva Granada. Una de las partes mejor cultivadas. San Gil, Vélez y Socorro, la última Villa menos antigua que las otras dos, declarada capital de la provincia en 1775. Socorro no fue fundada sino en 1711 y no tuvo el título de Villa sino después de 1771; tiene 7000 habitantes, clima bastante cálido. Semanario I, pág. 485.

Obispos católicos en toda América: 40; en toda Europa; 650; en la España Europea sola, con Portugal, 70. Semanario, I. pág. 444.

¿Es el páramo de Chingaza realmente granito? ¿O la roca arenisca se eleva tan alto? En ninguna parte en los alrededores de Santa Fé se encuentra granito, ¡pero también es cierto que los nos vienen de la montaña desde apenas una legua de distancia! _______________

(Anotación al margen derecho de la página 109:)

al sur de Santa Fé, en Tunjuelos, al norte de Zipaquirá en Checua y elevándose 1.600 toesas sobre la sierra nororiental del Cerro de los Tunjos en Cucunubá.

Sierra de Santa Marta visible en 60 le­guas. Feuillée. III, p. 128.

Cuando nos subimos a la balsa (algunos atados de junco de apenas 4 pies de largo) para pasar el Bogotá, perdimos los caballos. Uno se detiene para amarrarlos unidos pues se ahogan fácilmente, y así se escapan cada vez. Por eso las balsas (barcas transbordadores de junco) son tan incómodas en Suramérica. Después de 2 horas de espera continuamos el viaje sobre Chía y Cajicá con los caballos que habían sido recuperados. Llegamos a Zipaquirá apenas a las 10 de la noche muy cansados y hambrientos pues no habíamos comido al mediodía. Nos bajamos en la casa de Tovaro, donde una muchacha de 17 años administra sola la hospedería. Ella estaba en ese momento en la casa del párroco donde se reunía toda la ciudad para ver las marionetas. La pobre muchacha se desprendió de sus amigos y no se asustó poco al tener que atender tarde en la noche a 3 hombres. Zipaquirá es un lugar importante que ahora ha pedido el derecho a ser Villa con 5.000 habitantes. El sitio es grande y bien construido. La fuente está adornada con un pequeño abate enano de roca arenisca, figurado muy a la forma india. 

La mañana siguiente estuvimos ocupados en visitar la mina de sal gema y en medir el ángulo con el grafómetro. El estrato de sal gema aparece aquí y en todas partes descubierto a flor de tierra, lo mismo que en Hallein, Hallstadt, Berchtesgaden, Ausser... Se extiende en yeso de hojas pequeñas color blanco grisoso. En la mina de Rute se ve claramente este yeso como cubierta, sobre la sal gema. Esta constituye un estrato secundario en el yeso que está superpuesto sobre la arenisca quar­zosa y cubierto con caliza compacta. La sal gema tiene todas las condiciones que yo observé en Europa en Salzburgoso en Tirol, en la marca de Stiria, o en Polonia, en parte es granulosa en hojas y por cierto de hoja pequeña, de color gris humo y blanco-grisosa, poco aglomerada con ardilla salífera, y en parte ( y esta forma grietas aisladas rayadas en forma de filones) de hoja grande, color blanco nieve, de gran transparencia, probablemente un brote de salmuera natural más pura, más rápida y posterior que penetró en las grietas (se tienen masas de 14 a 18 pulgadas de altura de esta sal gema de forma de hielo), la sal gema de hoja pequeña, blanco-grisosa, casi gris humo está aglomerada con ardua salifera de tal forma que esta última está mezclada en pedazos cuadrados de forma de breccia, o porfídicos, finalmente, y estos son los sitios más pobres, la sal gema forma, en parte, riñones y residuos acanalados en la arcilla salífera. Esta arcilla salífera tiene las mismas características orográficas que acompañan a la sal gema en todas las partes del mundo, las que he descrito ampliamente en mis papeles geognósicos y cuyas condiciones determiné, el primero. Está aglomerada en tal forma con carbono que se destiñe, y Elhuyar descubrió allí betún. Este descompone (como lo observé) el aire atmosférico en Sur-América lo mismo que en Alemania. Es igual aquí y en Hallein, pero aquí está aglomerado en mayores cantidades con cristales de persulfuro de hierro, en una cantidad tal que bajo otras condiciones podría servir perfectamente como esquisto de vitriol para la fabricación de vitriolo de hierro. A pesar de esta mezcla de persulfuro de hierro, no se encuentra aquí sal gema de color, (roja o azul). En la arcilla salífera (que es negro-grisácea) aparece aquí un fenómeno singular que no he observado en ninguna mina de sal gema, esferas, en parte esferoides, de 18 a 20 pulgadas de diámetro y de peso específico elevado. Cuando se abren, la parte exterior está conformada por lo general de una capa de sólo ½ pulgada de espesor de persulfuro de hierro áspero, y más hacia el interior de roca férrica de espato, granulosa y en forma de hoja. En el centro se encuentra siempre una cavidad glandular de 3 a 4 pulgadas de longitud que está cubierta con lentejas de roca férrica de espato cristalizada de color gris­amarilloso. ¡Extraña aglomeración de esferas en una masa blanda de arcilla salífera! Se afirma que no han hallado nunca carbón o petrificaciones.., en Zipaquirá o cerca de la sal gema. Pero cuán poca atención se presta aquí a tales cosas. Además de los yesos granulosos y foliados que aquí son llamados caliza, y que forman estratos comunicados sobre la sal gema, se encuentran aquí núcleos de cristales yesosos incrustados en arcilla salífera, masas monstruosas de 3 a 4 toesas de espesor, que están constituidas por puras lentejas de yeso. En este núcleo, las grietas están revestidas de glándulas de carbonato cálcico (es decir, seguramente de origen muy reciente).

(Anotación el margen izquierdo de la pág. 110:) Nótese, no obstante, lo idénticas que son las condiciones geognósicas en todas las regiones del mundo. En Zipaquirá, lo mismo que en muchos puntos de Europa, encuentra uno reunidos: roca arenisca, yeso, sal gema, ardilla salífera con persulfuro de hierro, caliza, hulla, manantiales calientes... ¡Todo señala alteraciones simultáneas en el globo terrestre!

En Zipaquirá no se conoce en absoluto la extensión del estrato de sal gema. A juzgar por la arcilla salífera que se asoma, y por la forma exterior de la montaña, yo creo que la totalidad de la pendiente de la montaña más baja, al pie de la cual queda Zipaquirá y que limita al sur con el Cerro de Chipa, al norte con Río Negro, y al occidente con una cañada que no tiene agua dulce, sobre la cual pasa el camino que va a Pacho y a la Palma, una pendiente que se eleva unas 130 toesas sobre el Llano de Bogotá y una superficie que asciende a unas 500.000 toesas cuadradas, (Creo) que toda esta pendiente es sal gema. Alrededor de esta pendiente, en el Cerro de Chipa, al norte de Río Negro, se alza por todas partes... arenisca rica en quarzo, la salmuera de la sal gema, que por lo mismo corta a ésta. El estrato de sal gema está descubierto, lavado en muchos puntos, y sobre el yeso un elevado depósito de mantillo. Así es en Rute, Chilco y Guasal. 

Si es probable que este estrato de sal gema de Zipaquirá no se extienda más allá, como lo acabo de describir, es tanto más probable que la naturaleza repita en las cercanías esta formación de sal gema. Así es como ocurre en la alta Alemania y en Polonia. Se puede (ver mis manuscritos geognósicos que dejé olvidados) probar por las condiciones locales, que a pesar de la cercanía de Wieliczca, ésta no está relacionada con Bosnia. Hasta ahora se ha encontrado (fuera de Zipaquirá) sal gema en Nemocón, y San Juan (este último entre Chaleche y Sesquilé) y en el Llano de Casanare, en Chamesa (en Jurisdicción de Santiago de Atalayas), es decir, en 4 puntos. Se observa que Nemocón y San Juan no están en la misma cadena de montañas que Zipaquirá, sino que en el extremo norte del Llano de Bogotá, se extienden paralelamente tres cadenas montañosas y que en cada una de las mismas está situado uno de los tres estratos de sal gema nombrados en primer lugar. Si los manantiales salinos denuncian también la cercanía de estratos de sal gema desconocidos, entonces obsérvese como la montaña de la que baja la salmuera, continúa desde Pinceima hasta los Llanos de Casanare en una línea en forma de corredor, diagonalmente por el valle de Bogotá de Occidente a Oriente, aproximadamente con dirección 4. 

El hecho parece fundarse en algo más que en una coincidencia. No aventuro una aclaración geognósica pues la sal gema no forma corredores, ni tampoco estratos comunicados ampliamente extendidos. Señalo los puntos donde hay manantiales con*, aquellos en los que se ha descubierto sal gema con así pues comenzando por occidente: 

Pinceima * (en Rio negro), Zipaquirá o, Nemocón o. Tausa*, Mina de San Juan o cerca de Sesquilé, Gachetá *, Medina *, Chita * en el Llano de Casanare, Chamesa o eodem loco (y cerca de Chamesa) el Recetor *. 

Al norte y aislado de esa línea rica en sal, queda al manantial salino de Pizarra (en el Otro Mundo, junto a Muzo). 

En Europa (véase mi manuscrito sobre la sal y las ideas de Claissen) la sal gema situada en los lugares más altos es la más pobre. Aquí en Sur-América, la excelente mina de Rute de Zipaquirá y la mina de San Juan de Sesquilé más rica aún, demuestran que la sal gema situada en lugares altos (aquí tiene 1.370 toesas sobre el nivel del mar) puede ser muy, pero muy rica. La sal gema de Zipaquirá contiene en promedio 92 p.C. de sal, pero en Rute, donde desgraciadamente la sal gema (sal vijua en agua dulce) está disuelta, se necesitan exactamente, para la producción de 500 arrobas de sal (sal común) con una pérdida de 1/5 por la cocción 650 arrobas de sal gema. Y la sal gema mas pura, menos aglomerada con arcilla salífera, permanece en lo profundo. En Zipaquirá no se ha efectuado ninguna explotación minera sino una excavación primitiva a flor de tierra. Los españoles. quienes al fin y al cabo no han hecho nada más ni otra cosa que lo que aprendieron de los indios, hasta la mitad del siglo 18, cocían simplemente el agua de los manantiales, solo a partir de esta época so comenzó a concentrar la salmuera pues la población aumentó y se necesitaba más sal. La mina de Rute se asemeja a una cantera estropeada. La sal gema es derrumbada (se comienza el derrumbe por el nor-este) rumbo sur-oeste desde Río Negro (que divide la sal gema) hasta Guasal y Chilca, propiamente en dirección 4. Ya uno tiene ante sí una pared vertical de 60 a 80 toesas en la que la sal gema (sobre la salmuera descubierta) tiene apenas de 6 a 8 toesas. Sobre la sal gema reposa mantillo mezclado con arcilla salífera, el cual aventaja a ambos fuertemente. A causa de este desmoronamiento y desplome del techo, en ciertos puntos no se puede trabajar durante la época más lluviosa. Cuando llega la sequía, durante muchas semanas sólo hay que descombrar para volver a descubrir la sal gema sepultada. Uno no so atreve a ir a lo profundo (no obstante que sabe por experiencia que allí esta la sal gema más pura), porque allí teme uno mucho más el desplome (desvolcanarse, derrumbes). 

Continuación del viaje a Zipaquirá y el lago de Guatavita. Ver página 112. 

Puesto que se trabaja contra una colina ascendente, cada año aumenta la cantidad de mantillo que reposa sobre la sal gema y cada año la situación de la mina se vuelve más peligrosa (1). La gente se dedica a aquellos puntos en los que teme menos el desmoronamiento, y así estropea la mina. Cuánto más barata y más económica seria la explotación con pasos subterráneos, puesto que se construirían desde el mismo lugar (desde Zipaquirá) con galerías. La sal gema misma no necesitaría ningún o poco apuntalamiento, tan pura es en las profundidades inferiores... 

En la mina de Rute (y la única que se trabaja) trabajan diariamente 12 picadores con barretas. El trabajo se les da a destajo. Cada uno tiene que entregar diariamente 60 arrobas de sal gema. A causa de los días festivos y de los obstáculos por los derrumbes, la mina produce anualmente máximo unas 102.000 arrobas de sal gema, una cantidad pequeña teniendo en cuenta la riqueza del estrato. 

En Zipaquirá hay dos manantiales salinos, pero no son ni de excelente cantidad ni calidad.

La fuente de Guasal tiene de 12 a 13 p.C., la San Pedro de 8 a 9, pero ambas de contenido muy desigual, más ricas en la. sequía, pero en cantidad más reducida, en total se necesita, para la actual fabricación anual, unos 3/5 y más de agua dulce. Si la explotación minera se hiciera bajo tierra, se podrían, como en Berchtesgaden, Hallein y Aussee, colocar presas por las que so introduciría agua dulce para enriquecerla: Disolver un estrato salino tan rico y obtenido costosa y penosamente con agua dulce, sal gema transportada sobre mulas desde la mina hasta Obra del Rey... que disparate. Se debería extraer de la mina casi sólo la sal gema más pura y venderla como tal, pues es buena para animales y hombres. No faltan compradores para ésta a pesar del sabor amargo por el Muriate y el sulfato de magnesio mezclados - ¡pero la Gobernación prohibe su uso, porque la sal gema es venenosa! ¡produce bocio!

**antiguamente el rey vendía 1 arroba de sal gema para ganadería a 2 reales.

Otra parte de la sal gema excavada debía ser destinada al enriquecimiento de la salmuera proveniente de los diques - pero en total, escavar mucha menos sal gema que ahora, apenas tanta como sea necesaria para el hendimiento del dique. En lugar de que la mina tenga que entregar 102.000 arrobas de las 160.000 arrobas producidas ahora anualmente, en las cuales hay 90.000 arrobas de verdadera sal (2) (las otras faltantes dan la salmuera) - con el trabajo de dique se necesitaría excavar seguramente apenas 50 a 60.000 arrobas de sal gema, porque las aguas dulces introducidas disolverían de las paredes lo que falta.

Actualmente se ha hecho un hundimiento, más por casualidad que por técnica (pues a Rute no se le puede llamar mina), un pozo de una toesa de profundidad, al descubierto, de gran impureza, lleno de lodo... del cual se usa el agua dulce enriquecida. El agua restante de la superficie es desviada con mucho esfuerzo, en lugar de convertirla en agua salina artificial. ¿Cuántos muchos otros manantiales serían descubiertos en una montaña rica en agua, si se montara un socavón en la montaña de sal y se traslada a las grietas? 

Las obras para la cocción están situadas en Rute cerca de la mina, en Chilca y en Guasal, todas 3 sobre la montaña (muy desfavorable porque hay que subir cargada la madera) y abajo en la ciudad, la nueva y muy bien construida Obra del Rey, las albercas de batición en las cuales se disuelve la sal goma, son muy, pero muy impuras, no tiene diques, la misma naturaleza no deja actuar, entonces se echa sal gema muy impura aglomerada con arcilla salífera, en la mezcla de agua dulce y agua salina. Los esclavos revuelven con palas la mezcla, activando la disolución, la disolución es negra y llena de lodo. Porque no se filtra, como en Reichenhall, la salmuera enriquecida a través de lienzos, a la salida o simplemente en colectores de lodo zarandéandola de un lado a otro sobre pailas inclinadas (?)... 

En lugar de poner todas las albercas de batición arriba sobre la montaña donde hay sal gema y agua dulce y en lugar de dejar correr hacia abajo la salmuera enriquecida, hasta las pailas inferiores (Obra del Rey), esta Obra tiene sus albercas de batición (albercas de batición, tanques) abajo en la ciudad, se hace correr agua dulce por tuberías de la montaña hacia abajo y se pagan 7 reales por 100 arrobas de sal gema que son bajadas de la mina con mulas, un despilfarro de unas 800 piastras... ¡Qué picardía! Aún hoy la cocción se hace exactamente así como los Conquistadores la aprendieron de los indios Muiscas, y como la describe Piedrahíta, Historia del Nuevo Reino, página 134 (año 1676). No se cuece en pailas sino en cántaros de barro o cuencos, de los cuales se llama cazos a los pequeños y Cazuelas a los grandes. Los primeros cuestan ¼ la pieza, los últimos ½ real, en los primeros [caben] por lo general 2 arrobas, en los últimos 4. Los indios de Gachancipá y Tocancipá tienen un privilegio fundado en la tradición (en la antigua constitución india cada población tenía, como en el antiguo Egipto, un trabajo en el cual no se mezclaba ninguna otra). Estos Cazos y Cazuelas (Piedrahíta los llama Múcuras y Moyas) (son) de una arcilla excelente que se forma en los depósitos de arenisca al pie de la montaña de Tocáncipá. Puesto que estos indios son flojos y negligentes como todos los indios medio instruidos, la salina carece permanentemente de cazos y cazuelas, y el público de sal cocida (a pesar de la rica mina). Ellos han mezclado en tal forma también el contenido, que un cazo contiene ahora apenas 5/4 de arroba de sal, una cazuela apenas 3. H. Vega, el actual inspector de la salina, un hombre de muy buenos conocimientos económicos, poro sin ningún conocimiento técnico(3), ha propuesto, para que al público no le falte la sal, que él mismo haga las Vasijas de barro, pues en el mismo Zipaquirá hay arcilla igualmente excelente. Pero los indios consiguieron que el Gobierno respondiera negativamente. Es bastante extraño el que se haga depender una fabricación tan grande de los caprichos de dos poblaciones indígenas. Se deben fabricar las pailas y darle a los indios participación en la salina...

Bosquejo de mano de Humboldt

La cocción ha sido pensada por los indios de una manera lo suficientemente artística y graciosa. Se levanta un paralelogramo a,b,c,d, de mampostería. 

Sobre ad. las mujeres (pues aquí como en Europa las mujeres tienen especial habilidad para la cocción de sal) engrudan una bóveda de arcilla y Cazos. Una tinaja soporta a la otra y los espacios intermedios son rellenados con arcilla. Se tienen cazos pequeños de apenas 4 pulgadas de abertura que se colocan en las esquinas y donde haya lugar, para utilizar fuego. El horno tiene normalmente unos 15 o 16 pies de longitud y 5 pies de ancho. La bóveda de los cazos se ve muy delicada. El fuego quema en bc. sobre el suelo a unos 4 o 4 ½ pies de distancia de los cazos. Junto a los hornos apenas 2 pies más profunda que la superficie de los cazos se eleva la mampostería, y aquí recostados en fila contra las paredes hay sacos de cuero tensionados en marcos de madera en los cuales está contenida la salmuera apta para cocción. 


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