Viaje de Humboldt por Colombia y el Orinoco
Mompox

Este es un listado de las ciudades visitadas por Humboldt en el orden como fueron recorridas por el viajero:

:: Orinoco
:: El zapote
:: Cartagena
:: Turbaco
:: Mompox
:: Magdalena
:: Honda
:: Mariquita
:: Guaduas
:: Zipaquira
:: Guatavita
:: Tequendama
:: Fusagasuga
:: Pandi
:: Ibagué
:: Cartago
:: Buga
:: Popayan
:: Purace
:: Almaguer
:: Pasto
Más información
 

Mompox en el Magdalena
Mark Edward Walhouse

Plantas observadas en la zona
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VIAJE POR EL RÍO DE LA MAGDALENA
[HASTA MOMPOX]

Después de una larga permanencia en Turbaco, inmensamente rica en observaciones sobre plantas, anatomía animal y química del aire, iniciamos finalmente nuestro viaje a Quito el 19 de Abril de 1801, a las 11 de la noche. Nuestros acompañantes hasta Santa Fé fueron el médico Don Luis de Rieux con su simpático hijo, de Carcasona; una joven mulata, que debía servir de querida al padre, y un comerciante muy instruido de Popayán, Don Mariano Montenegro, con su pequeño sobrino, el hijo del infortunado (Nariño). De Rieux, quien fuera médico de cabecera del Obispo Góngora, había sido acusado de traidor a la patria y después de sacarlo por la noche de su casa fue arrastrado desde Honda hasta Cartagena cargado de cadenas. 

No pudiéndosele probar nada, lo dejaron consumirse durante 1 año en la cárcel de la Inquisición; luego fue enviado a Cádiz, con una camisa, sin haberle permitido escribir ni una línea a madre e hijo. Mientras tanto los jueces dilapidaron 40.000 piastras de su fortuna. Su esposa y su madre murieron de pena. El hijo quiso seguir al padre, pero fue apresado por los ingleses y enviado a la Habana... 

El padre huyó de la prisión de Cádiz cuando vio que nadie se ocupaba de su proceso. Huyó a Tánger, de allí se dirigió a Madrid, y después de 2 años de peticiones, por intercesión del embajador Francés Toupet (?) no sólo fue absuelto, sino que recibió una pensión de 2.000 piastras para enviar quina a Cádiz y plantar canela y otoba. Con que sentimientos entrará un hombre, en estas condiciones, (y el era profundamente sensible), a un país donde, por miedo y codicia, se juega tan infamemente con la felicidad de los hombres. Una muda tristeza se había impreso en su rostro. Nosotros salimos de Turbaco por la noche. El camino va mucho tiempo a través de la selva, no sólo hasta Barranca sino hasta Honda. También toda esta región es selva espesa, en la que los ríos han cavado su lecho. Allí donde los hombres alzaron sus viviendas, la selva llega casi hasta las casas. Nadie conocía el camino estrecho e irregular que serpeaba por la espesa selva. El fosforescente (Pyrophorus electricus), cocuyo, nos servia frecuentemente de guía. Las altas copas de los árboles estaban engalanadas con mil luces azulosas. Esto nos recordaba las soleadas del Casiquiare. Al romper el día estábamos en Arjona. Un inmenso bosque de bambúes, igual al que hay entre Ternera y Arjona. Raro que en ningún lugar, excepto aquí, hayamos visto estos bosques de Bambusa arundinacea que tan espléndidos y ligeros se tienden al cielo (tan supremamente indio y bello). En la parte noreste de Suramérica, en la Provincia de Cumaná y en Caracas, y aún en Rionegro, sólo se ven pies aislados de caña de Bambú. Un cuarto de milla arriba de Mahates embarcamos en el Dique, un brazo del Magdalena que fluye al mar desde Barranca Nueva por Mahates hacia el estero de Pasacaballos. Como la desembocadura del Magdalena se ha obstruido en forma tal con arena que, a duras penas, puede entrar bien una canoa pequeña, y además, como la posición oriental de esta desembocadura respecto de Cartagena (contra la brisa), es muy incómoda, el dique es sumamente importante para el comercio entre Cartagena y Santa Fé. Pero este dique está más de 7 meses al año sin agua, y la caída desde Barranca hasta Mahates es muy grande. Naturalmente, porque el río busca al mar en un trayecto que es más de la mitad más corto en comparación con la gran desembocadura en Barranquilla. Este corre en medio de un terreno pesado que se desvolcana fácilmente y el mismo río llena de arena el canal... La mano del hombre no ha contribuido absolutamente en nada, todo es, hasta ahora, obra de la naturaleza. Por fin se han hecho planes de ensanchar el canal en forma duradera a un costo de 80.000 piastras... Pero el Consulado no tiene dinero, porque Cartagena, a causa de mil vejaciones y restricciones, no tiene comercio (la aduana aporta poco, ya que más de 1/3 de todas las provisiones llegan de contrabando al Virreinato desde Jamaica, por Santa Marta y Mompós. Los comerciantes quieren aportar entre todos, el dinero, pero la Gobernación debería entonces asegurarles algún derecho por carga. Así que el bello plan quedará sin ser ejecutado, como todo. Esta ejecución supondría también conocimientos hidráulicos no comunes. Se debería invitar a los excelentes matemáticos y constructores prácticos Don Francisco y Félix le Maur de la Habana, para la ejecución. En las provincias españolas no hay nadie en quien se pueda tener mas confianza, y ellos podrían realizar aquí, lo que, para el no menos importante canal de Batabanó en la isla de Cuba, será aún durante largo tiempo un bello sueño. Cuando el río grande tiene un nivel bajo, con poca agua, el dique está seco, cuando el río grande crece, se precipita con tal violencia en el dique que excava su ribera y llena el lecho de arena. Aquí serian indispensables esclusas para mantener agua y desviar la superflua. La desembocadura del dique en Barranca está también bajo un ángulo demasiado obtuso y demasiado estrecho. 

Cranes de Pentlénd, otro pueblo o poblado de Chulpas junto a Titicaca. 

Comercio. Monsieur Don Ignacio de Pombo, uno de los hombres más instruidos y amables de América, me escribió en Febrero de 1803, que la importación de Cartagena en géneros y frutos de Europa llega a 3 millones de pesos, de lo cual se pagan 2 y ½ millones de plata contante que producen las 2 casas de moneda de Santa Fé y Popayán, y ½ millón (nada más) en productos del país tales como Cacao, Quina, Cueros, Brasilete y Dinde. 

Ganges. A 500 millas inglesas de distancia al mar por el cauce, tiene aún 80 pies ingleses de profundidad. La corriente principal de 400 yardas hasta 5/4 millas inglesas de ancho, normalmente 3/4 millas inglesas de ancho. Celeridad media 3 millas inglesas por hora, en tiempo de lluvia de 5 a 6 millas inglesas por hora. Pendiente de 4 pulgadas por 1 milla inglesa en el llano (en el Mapa de la India, de Arrowsmith, 1804). 

Caída. Se supone la longitud del río Magdalena desde Honda hasta la boca con sinuosidades, de 130 leguas marinas 371,020 toesas y Honda 135 toesas, el río tiene una caída de ot, 36 por 1.OOOt. Baja la pendiente mis rápido que el Canal del Mediodía.

Allí donde cruzamos el dique hacen nadar los caballos. El equipaje va en una pequeña canoa que pasa 10 o 12 veces. Demora ¿Por qué no un trasbordador y con cuerdas? Mahates, un pueblito con una plaga terrible. A partir de aquí no más brisa estando el mar tan cerca. Un aíre sofocante, lo mismo que en el río Magdalena en el que tampoco golpea jamás una ola. Pasamos un día miserable en tierra, durmiendo sobre el abrigo. Yo seccioné un cerebro de guacamaya. Las mulas llegaron por la noche. Al cruzar el dique me habían destrozado el barómetro que con tanto trabajo había llenado en Turbaco. Nada resiste tales viajes terrestres! Así pues no habrá medición de la pendiente del río hasta Honda!. 

20 de Abril. A las 3 de la mañana salida de Mahates. Siempre selva. No más la formación reciente de piedra calcárea llena de madréporas, que se encuentra cerca de Cartagena, la Popa, río Sinú, Turbaco... por todas partes. A partir de Mahates aparece piedra arenisca con argamasa arcillosa debajo de esta nueva piedra calcárea. St. de 3 a 4 con 70° apuntando muy regularmente hacia el Noroeste. Hasta ahora esta arenisca nos ha seguido hasta Tenerife y más al Sur. La mayoría de las veces es de grano fino y, como tal, contiene piedra refractaria y nódulos de piedra férrica de color castaño (idéntico a las formaciones areniscas de Donfort cerca a Bayreuth) Estas piedras refractarias están a la orilla del río, frecuentemente como cornisas (o balcones) que sobresalen 2 o 3 pies, porque la floja arenisca circundante está erosionada. Así, por ejemplo en Zambrano sobre la ribera occidental. La arenisca contiene, además, esferas de arenisca de grano algo más fino, con fragmentos escamosos separados, esferas de 2 o 3 pies de diámetro en las cuales so reconocen de 12 a 13 capas análogas a las esferas de arenisca que observé con el señor Freiesleben en Lausana. Tales esferas sobresalen (cuando la floja arenisca circundante se erosiona), puesto que no son redondas sino esferoides y alargadas del suelo como pequeñas velas. Un singular panorama en el desembarcadero de Barranca Vieja. Con la arenisca de grano fino alterna, con menor frecuencia, una breccia de grano grueso, llena de morillo de cuarzo y piedra de Lídice. 

En los alrededores de Tunja hacen un queso excelente parecido al holandés. Allí hay tantas ovejas y lana, que sin ser elaborada es desperdiciada en almohadas, que de allí podría lograrse un no despreciable artículo de exportación.


Desde Mahates hasta Barranca Nueva todo es un bosque lleno de bellas mimosas, Cavanillesia, palma amarga, Pothos, troncos singularmente monstruosos de Bombax y Cavanillesia, una forma deliciosa y pintoresca de formas vegetales majestuosas. A mitad de camino, un nuevo pueblito infeliz. Chozas de caña de bambú habitadas por zambos. En ningún lugar del mundo americano hay tantos zambos como aquí, porque las mujeres indígenas, hastiadas de los fríos indios, buscan voluptuosamente a los negros, y porque aquí (venidos del Chocó) muchos negros han comprado su liberación de la búsqueda de oro. 

En Barranca Nueva al dique se separa del río Magdalena. El dique estaba sin agua, porque su fondo es muy elevado. En el río Sinú encontré un carpintero pomeranio de Wollin, y aquí, un soldado de Silesia, alemanes bondadosos, pero ambos habían olvidado su idioma. En Barranca Nueva encontramos el champán que habíamos hecho venir desde Mompós. El panorama del río es grandioso y majestuoso, aún cuando desde allí la mirada solo abarca un brazo del mismo. Pero esto no puede asombrar a nadie que esté acostumbrado a la grandeza del Orinoco, del Guaviare y del Guainía. En general, en estas hojas pareceré con frecuencia injusto con el río Magdalena (R.M.) porque mi imaginación aún está llena de los grandes cuadros del mundo del Orinoco. Uno debería dejar siempre para el final lo más grandioso.

Nuestro champán tenía 23,5 metros de largo y 2 metros de ancho en el centro, ambos extremos terminan en punta. El piso es exactamente rectangular, una forma muy incómoda pero ciertamente necesaria para la estabilidad. El centro del champán (3/5 del mismo) es curvado, cubierto con un elevado toldo a 6 pies de altura, de palmera tupida. En el extremo posterior libre, so hace fuego, y allí, mudos y con expresión de misteriosa importancia están el timonel y delante de él el piloto. El timonel dirige con el remo, a una orden de piloto. En la parte delantera libre (parte descubierta) trabajan 6 hombres, arriba sobre el toldo 4, todos a la palanca con varas bifurcadas en el extremo, de 12 a 18 pies de largo. La forma en que estos bogas trabajan es muy uniforme. Mientras que una mitad (3 en la parte de abajo, por ejemplo) avanza hacia el toldo con la palanca apoyada contra el pecho, los otros tres caminan en dirección opuesta con los brazos levantados, (sosteniendo la palanca horizontalmente por encima de la cabeza de los que trabajan), hacia el extremo del champán. Cuando una mitad alcanza esto extremo, mientras la otra llega a b, en ese momento aquellos ponen la palanca en el agua en tanto que los de b, agitan la palanca en lo alto y el champán en este eterno vaivén nunca puede ganar tiempo para deslizarse corriente abajo. De este modo se alternan los bogas sobre el toldo, y puestos que éste forma un piso curvado, cubierto de hojas secas de palma, no es nada extraño que de arriba caiga algún hombre abajo. Junto con el de amurador de cubierta no existe indiscutiblemente ningún trabajo de mayor esfuerzo muscular que el de los remeros del río Magdalena. Los champanes van muy cargados (los grandes llevan 100 a 110 fardos do 10 arrobas, el nuestro 80 fardos) y el piso tiene una forma muy incómoda; sólo su estrechez en los extremos son favorables. El río tiene una corriente impetuosa, la mayoría de las veces similar o más fuerte que la de Casiquiare, no porque tenga más agua que el Orinoco, sino porque éste se halla dividido por islas y por muchos brazos; tiene trechos de 1.000 varas de ancho, que tienen apenas 3 píes de profundidad; la corriente está sólo reducida a un trayecto estrecho de agua navegables de 6 a 700 varas de ancho, y en éste podrían navegar buques de guerra... El es tan sumamente ancho y en general más tranquilo en una parte de su lecho, porque fluye en medio de una llanura abierta, paralela a la ribera (ver mis Memorias sobre la construcción del Globo) y a la cadena de cataratas. En cambio el río Magdalena es un torrente, un raudal, que ha labrado su lecho profundo en ángulo recto respecto a la cordillera. Tiene un lecho más estrecho y por lo tanto más rico en agua. Los champanes suben la corriente por lo regular 1 – 1 ½ pies de la ribera, apoyando la palanca en las raíces y troncos de árboles, pues más lejos de la ribera, con 10 pies de profundidad, es casi imposible encontrar fondo. El río Magdalena tiene pocas revueltas, casi ningún brazo, muy pocas islas, así que faltan todos estos factores, que originan, (especialmente los ángulos salientes), una contracorriente cerca a la ribera. A pocas pulgadas de la ribera se observa también aquí el curioso fenómeno de la contracorriente, pues yo lancé madera al agua y pude ver cómo flotaba cerca a la ribera, hasta 30 pies de distancia corriente arriba algunas veces, hasta que alejada de la orilla seguía la corriente regular. Pero en general, el río Magdalena tiene una corriente sumamente fuerte, aun cerca de la orilla por donde van los champanes, que es poco diferente, (pues aquí todo es agua navegable), de la del centro! Considerada aisladamente, la corriente no es exagerada. Yo la medí por medio de bases en la ribera (ver observaciones astronómicas abajo), y por medio de cuerpos que pasaban flotando a nuestro lado cuando el champán estaba quieto, ya que conocía su posición. En Barranca Vieja encontré una corriente de 1,8 metros por segundo. Más abajo de Zambrano la velocidad era aún exactamente la misma. Puesto que todos los cuerpos flotaban en 30-33 segundos de 23,5 metros de longitud de nuestro champán.

Bosquejo de mano de Humboldt

Rio Magdalena, de donde el nombre Yuma... otras veces río de Santa Marta; Cuca, 51, 52, pág. 63 confundido con Cauca, pág. 64. Lerma.

Quina. A Europa han sido importantes 60.000 arrobas en tiempos de paz, a través de los puertos españoles, en Europa es a 50-60 piastras cada arroba (además también por Inglaterra entra Quina de las Islas Occidentales qué cantidad?) En Honda, a los empresarios que mandan talar y descortezar Quina de los bosques de Mariquita y Santa Fé, les cuesta la arroba de 2 a 3 piastras, y ellos venden la misma a los comerciantes de Mompós y Cartagena por 10 piastras. El rey permite talar Quina en las cantidades que se quiera en el reino de Nueva Granada a cualquier persona naturalizada. Nueva Granada aporta anualmente 200.000 libras de Cinchona indígena. Pombo; Viaje a Lima, pág. 69.

La palanca tiene de 12 a 15 pies de largo y en el extremo inferior tiene amarrada una horqueta, de 8 ó 9 pies de largo. Esta se rompe con frecuencia; por eso hay siempre provisión de ellas en el champán. La gente cree que el hierro es demasiado pesado! Un vehículo más grande, con piso no plano sino curvado (como la Piragua) es llamado bote; estos llevan 200 cargas. La amplitud del río en Barranca Vieja es de 901 metros. De acuerdo a eso, calculo en Barranca Nueva una amplitud de 700, y entre San Agustín de Plagas y Santa Martica unos 1.200 metros sin islas¡


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