Viaje de Humboldt por Colombia y el Orinoco
Turbaco

Este es un listado de las ciudades visitadas por Humboldt en el orden como fueron recorridas por el viajero:

:: Orinoco
:: El zapote
:: Cartagena
:: Turbaco
:: Mompox
:: Magdalena
:: Honda
:: Mariquita
:: Guaduas
:: Zipaquira
:: Guatavita
:: Tequendama
:: Fusagasuga
:: Pandi
:: Ibagué
:: Cartago
:: Buga
:: Popayan
:: Purace
:: Almaguer
:: Pasto
Más información

Plantas observadas en la zona
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LUGARES DE COLOMBIA TOMADOS DE LA PARTE PRIMERA:
SITIOS, MESETAS DE MEJICO Y MONTAÑAS DE LA AMERICA MERIDIONAL.



V.  VOLCANES DE AIRE DE TURBACO.

Los Europeos no aclimatados se refugian en el interior de las tierras, en la aldea de Turbaco, para evitar los rigürosos calores y enfermedades que reinan durante el verano en Cartagena de Indias y en las áridas costas de Barú y Tierra Bomba. Turbaco se halla situada sobre una colina, á la entrada de un majestuoso bosque que se extiende hácia el Sud y bácia el Este, hasta el canal de Mahates y Rio de la Magdalena. La mayoría de las casas estan construidas con bambúes y cubiertas de hojas de palmera; límpidas fuentes corren en distintas direcciones, naciendo de una roca caliza que contiene algunos restos de corales petrificados, y sombrea este sitio el lustroso follaje del Anacardium carcoli, árbol colosal al que atribuyen los indigenas la propiedad de atraer desde muy lejos los vapores esparcidos por la atmósfera. Disfrutan en Turbaco de una frescura deliciosa, sobre todo á la noche, en razon de su altura sobre el nivel del Oceano que es de 300 metros. Cuando en el mes de abril de 1801, nos preparábamos á un largo viaje para Santa Fé de Bogotá y la meseta de Quito, despues de una penosa travesía de la isla de Cuba á Cartagena de Indias, pernoctamos en aquel lugar tan agradable.

Los indios de Turbaco que nos acompañaban en nuestras herborizaciones hablaban á menudo de un terreno pantanoso situado en medio de un bosque de palmeras, y llamado por los criollos Folcancígos. Contabannos que, segun tradicion religiosamente conservada entre ellos, el fuego que en este terreno ardia otras veces quedó extinguido por las frecuentes aspersiones de agua bendita que derramó allí un cura de aldea conocido por su gran piedad; trocóse por este medio en volcan de agua el que lo habia sido de fuego. Por razon de nuestra larga estancia en las colonias españolas, ya conocíamos los maravillosos cuentos con que los indígenas se complacen en fijar la atencion de los viajeros acerca de los fenómenos naturales; cuentos que se deben menos á la supersticion de los Indios que á la de los blancos, mestizos y esclavos africanos, y que toman con el tiempo el carácter de tradiciones historicas, no siendo sino ensueños de algunos individuos que razonan sobre los cambios progresivos de la superficie del globo. Sin que creyéramos en la existencia de ese terreno antiguamente inflamado, hicimos que nos condujeran los Indios á los Volcancitos de Turbaco, y esta excursion nos ofreció el estudio de fenómenos mucho mas importantes de lo que podríamos esperar.

Hállanse situados los Volcancitos á 6,000 metros al Este de Turbaco, en un espeso bosque donde abunda el Tolú la Gustavia de flores de ninfea y la Cavanillesia mocundo, cuyos frutos membranosos y trasparentes parecen linternas suspendidas de la extremidad de las ramas. Elévase gradualmente el terreno á 40 ó 50 metros sobre Turbaco; pero el suelo, cubierto por todas partes de vegetacion, impide que se conozca la naturaleza de las rocas superpuestas al calizo conchífero.

En el centro de una vasta llanura adornada de Bromelia karatas, levántanse 18 ó 20 pequeños conos, cuya altura no pasa de 7 á 8 metros, formados de arcilla gris oscura y que presentan en su cima una abertura llena de agua. Oyese un ruido sordo bastante fuerte al acercarse á estos pequeños cráteres, precursor en 15 á 18 segundos, de un gran desprendimiento de aire, que á juzgar por la fuerza con que se eleva sobre la superficie del agua sufre una presion considerable en el interior de la tierra. En dos minutos he contado 5 explosiones y acómpaña á este fenómeno generalmente una eyeccion fangosa. Aseguran los Indios que en muchos años no cambia la forma de los conos, si bien la fuerza de ascension del gas y la frecuencia de las explosiones varían al parecer segun las estaciones. Tengo observada por análisis hechos con gas nitroso y fósforo, que el aire desprendido no contiene un medio centésimo de oxígeno. Es un gas ázoe mas puro que el preparado generalmente en los laboratorios. En la Relaçion de mi Viaje al interior del Nuevo-Continente se explica la causa física de este fenómeno (1).


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