Vida de Humboldt
Extractos de sus diarios

Índice

- Fin del viaje de Cuba hacía la Colombia de hoy
- Puerto de Cartagena
- Estadía en Cartagena y Turbaco
- Viaje a Turbaco
- Volcanes de aire de Turbaco
- Viaje por el río de la Magdalena (hasta Mompox)
- Sobre los Bogas y Remeros
- Llegada a Mompox
- De Mompox a Honda
- Experiencias sobre la respiración del Cocodrilo
- Comercio en el Río Magdalena
- Mapa del río de la Magdalena
- Arribo a Honda
- De Honda a Santa Fe
- Arribo a Santa Fe
- Descubrimiento de la Quina cerca de Santa Fe
- Cerveza de Quina
- Educación en Santa Fe
- Ciudad de Santa Fe
- Viaje al Cerro de Guadalupe cerca de Santa Fe
- Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe
- Materiales para conformar el plano topográfico de la Sabana de Bogotá
- Viaje por el Meta desde Carichana hasta Santa Fe
- Viaje a Zipaquirá y a la Laguna de Guatavita
- Viaje al Salto del Tequendama
- Viaje de Santa Fe a Popayán
- Estadía en Pandi y camino a Ibagué
- Ibagué
- Medición del Tolima
- Volcán de Puracé
- Materiales para hacer el plano de Popayán
- Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julumito
- Viaje de Popayán a Almaguer
- Chocó
- Entrada a Santa Fe
- Viaje por la cordillera de los Andes
- Santa Ana
- Sobre el barniz de Pasto
- Volcán de Pasto
- Vegetación Ideas
- Viaje de Pasto a Quito

 

Viaje de Santa Fe a Popayán

Después de una permanencia en Santa Fé durante dos meses ocasionada por una fiebre de Bonpland, iniciamos por fin el viaje a Quito el ocho de septiembre de 1801. Los últimos días en Santa Fé fueron terribles.

Nosotros entramos en contacto con tantas personas, yo tuve que dejarle al Virrey las extensas memorias sobre Zipaquirá. . . Yo tuve que comenzar a calcular el eclipso de Sol del siete de septiembre y encontré, que el eclipse no sería visible en Santa Fé. Sin embargo no estaba seguro de ello. El siete de septiembre observaba el Sol cada media hora. El eclipse no so presentó, yo noté, que las manchas, aquellas que habían aparecido el cuatro de septiembre sobre el largo disco desprovisto de manchas, durante el primer tercio de su recorrido ya habían desaparecido en parte... La despedida en la casa de Mutis fue en realidad conmovedora.

El anciano nos había acumulado de bienes y bondades, nos entregó provisiones en tal cantidad, que casi no podían cargar las tres mulas robustas; nos obsequió además una gran cantidad de especímenes secos de su flora en Bogotá; más de 60 dibujos de plantas en hermosos colores, realizadas por sus mejores pintores Matiz, Rizo, Cortés p... Nosotros regalamos todo aquello al Instituto Nacional y por ello le dejamos dos cartas a Mutis, las cuales deben salir a París con dos cajas. El día de nuestra partida recibí la primera carta de Emparán, primera en llegar a mis manos. El describe su preocupación, si la caída de Urquijo no podría ser obstáculo para mi viaje. Esta idea produjo otras en mi, las cuales podían hacerme dudar sobre mi suerte. Deseo ahora doblemente, no equivocar y encontrar al Capitán Baudin!

Nuestra salida de Santa Fé fue casi tan brillante como nuestra llegada. En fuerte compañía llegamos hasta el puente de Bosa. Después solamente nos acompañó José Ayala. De todas partes se nos ofreció dinero; Don Ignacio Quesada, otras veces Mutis, quien seriamente envió 100 cuadrúpedos grandes de a 16 pesos, a la casa.

Por suerte nosotros no necesitábamos nada. Tomamos el atajo por Fusagasugá, para apreciar el así llamado puente natural de Pandi. Nosotros teníamos once mulas de carga, tres de estas con viandas, mesa de campo, bacenilla, dos con camas..., así crecía nuestro lujo y en el Orinoco teníamos dos petacas. No alcanzamos a llegar a Sibaté al final del Llano de Bogotá, lugar donde debíamos pernoctar. Por lo cual pasamos la noche en Puerta Grande, en esa parte del llano, que en forma de abismos se prolonga hacia el sur de Canoas sobre el Tequendama. El nueve de septiembre a través del bosque, sobre San Fortunato, hacia Fusagasugá; un hermoso bosque sin fin, al comienzo monte arriba, por San Fortunato muy alto, después de descenso, hermosa Espeletia (Frailejón) y un espeso arbusto lleno de Polipodium Arboreum, a menudo de 30-40 pies de altura, lleno de Aralia, Melastoma, Escalonia, Quercus, Ficus (Metapalo).. El camino, de menos de 10 pulgadas de ancho, quizás más terrible que él de Honda a Santa Fé en aquel entonces tan fiero, que se empleaban de 4 - 5 días de Fusagasugá a Santa Fé, inclusive 7 días con cargas. El camino siempre sobre arenisca al pie de una alta sierra rocosa que se extiende de Usme hasta el Sumapaz (así se denomina una región montañosa 10 leguas al sur de Santa Fé, completamente deshabitada y tierra incógnita, de la cual surge el río Ariari, que cae al Guaviare. El Páramo de Sumapaz es muy alto, a juzgar por pruebas de lavado, sorprendentemente rico en oro.

Se cree que Belalcazar llegó al llano de Bogotá por el Sumapaz, y que se pueda encontrar un camino a través de esa región montañosa hasta Andaquíes. Por mis conocimientos geográficos, y por aquello que observé en el Orinoco, que Sumapaz incluye las fuentes del Vichada, Zama y del Guaviare, y, que, desde Maypure y San Fernando de Atabapo, viajando siempre al occidente se podría llegar hasta allí. ¡Y una región tan cerca de la capital permanece inexplorada! (Sin embargo tampoco se sabe en Santo Tomás de Angostura, quién vive a lo largo de la alta cadena de granito, que se puede ver al sur...) El camino va al lado del riachuelo Fusagasugá, una corriente del bosque realmente rauda que forma una cascada. Por suerte se ha abierto allí un puente hamaca, 50 pies de alto sobre el valle. La vista sobre el puente de bambús bamboleante es realmente romántica. Nosotros fuimos tan poco precavidos, de no dormir en la casa junto al puente. La noche entró y todavía teníamos que recorrer una legua en espeso bosque, sin poder reconocer objeto alguno de la noche oscura. Además el camino seguía sobre un suelo arcilloso, en descenso y tan tortuoso, que las mulas quedaban sentadas después de resbalar monte abajo. Nosotros procuramos seguir a pie. Pero caímos tan dolorosa y frecuentemente, que resultaba aconsejable, seguir la cordura de las mulas, cuyo juego de orejas todo lo anuncian también, aquello que acontece en su interior. Los animales de carga (mulas de carga) no nos seguían. El indígena con el barómetro era tan cuidadoso, que prefería dormir en medio del bos­que con el instrumento, porque temía caer a cada instante con el instrumento. Que indiferencia indígena pasar una noche bajo 6-7°R., sin fuego y sin alimentos, sentado sobre piedras húmedas, pacientemente... Nosotros llegamos a Fusagasugá a las ocho de la noche. El poblado so encuentra al oriente del final de un llano, cuya lisa terraza señala que fue antiguamente plataforma marina. Este llano se relaciona con la Mesa de Limones, éste con Llano Grande y éste finalmente con el valle del Magdalena; claramente tres depósitos de agua, en forma de terraza sobrepuestas una sobre la otra, relacionadas por precipicios recorridos por las corrientes. En el Valle de Fusagasugá, en las cercanías del Río Pericón, se fundó en los tiempos de la Primera Conquista, la ciudad de Alta Gracia. Los indios Panches, los más guerreros de todos los indígenas, los cuales fueron combatidos por el propio Quesada, inquietaban tanto a la ciudad, que sus habitantes se dispersaron. Sus descendientes se establecieron en el Peñon, en las cercanías de Fusagasugá y así surgió la parroquia de hoy, de 1500 almas; en su totalidad blancos pues la mezcla de indígenas con españoles resulta casi totalmente blanca. La mayoría de las casas son o están dispersas y esa dispersión hace que América aparente estar más habitada que Europa. Se viaja por las consabidas provincias, (a excepción de los Llanos, que están tan desiertos como el mar), no más de una hora, sin dejar de encontrar casas. Así cómo ahora la ciudad de Alta Gracia es una maleza (bosque) espesa, así tampoco quedo huella de la Nación poderosa de los Panches. No existe ya ningún indio panche, todos han sido exterminados, y se ha dejado simplemente sus viejas viviendas al pie del Cerro de los Panches, una colina de arenisca de forma aventurada, parecida al Rigi de Lucerna, pero de una arenisca de grano más fino, la cual puede sor confundido fácilmente con cuarzo. Contra el nororiente se precipita la montaña repentinamente contra el Cerro San Lorenzo, situado junto a Tibacui, y contra el noroccidente forma una veta de arenisca, que se precipita con rumbo de 3 - 4 horas, hacia el noroccidente, en una pendiente de 60 – 70°. Esta superficie está cubierta de hierba, pastos y es quizás más peligrosa que el duro abismo al subir a Tibacui. La dificultad de la comunicación con Santa Fé hace que los terrenos en el clima suave de Fusagasugá tengan poca demanda tanto que Jorge Lozano compró más de 6 millas cuadradas por 500 piastras, increíble, pues en los llanos de Caracas, en las cercanías del despoblado Orinoco, cuesta una milla cuadrada ya de 4 - 500 pesos. Nosotros vivimos en la casa de Lozano, donde nos atendió el factorista de tabaco José Azula, un hombre amable, sencillo y joven... el cultivo de tabaco (Estanco) está limitado en la Nueva Granada a los siguientes Distritos: Valle de Fusagasugá, Girón, Zapatoca, Villa de San Cristóbal, Ambalema, Casanare y en la Provincia de Popayán y la Candelaria. El tabaco de más renombre es el de Girón y Ambalema. El último lugar suministra a la Provincia de Antioquia, Santa Marta, Riohacha y otros países ubicados al norte de Honda. El Rey paga (y por eso se oponen cada vez más los habi­tantes a cultivar tabaco) solamente con 14 reales (siempre 1 peso igual a 8 reales) al plantador por arroba y revende esta arroba en los países al sur de Honda por 6 pesos, 2 reales; al norte de Honda por 12 pesos 4 reales. En el Valle de Fusagasugá cultivan solamente tabaco Fusagasugá, Pandi y Cunday, pero todos los tres lugares en conjunto tienen tan pocas ganas de cultivar tabaco, dado que la ventaja es tan mínima, que ellas no alcanzan nunca más de 600 arrobas. [(En el año 1800 compró el Virrey en la Provincia de Santa Fé (es decir sin Popayán), tabaco por 80.000 pesos, cerca de 20.000 arrobas. Y tras el descuento de los altísimos costos de administración (salarios, rondas...) tenía el Virrey una ganancia de 1.200 pesos. La nación es torturada por nada)]. El indígena que pasó una noche infeliz en el bosque, dejo que entrase aire en el barómetro. Durante la limpieza yo mismo lo partí; me había servido desde Mompós y había sobrevivido felizmente los viajes a Honda, Guaduas, Guadalupe, Monserrate Salto de Tequendama... Yo llené el 10 de septiembre uno nuevo en Fusagasugá que resalté por ser muy bello, muy bueno, por su vacío de aire. ¡Cuánto tiempo ha de durar! El 12 de septiembre iniciamos el viaje a Ibagué. En la noche, después de haber cruzado las corrientes del bosque Río de la Isla, y el río del Pericón, ya en Hato del Quemado. Estos así como el río de la Legía (con agua amarillo vino) y el río Negro, los cuales pasan entre el Hato y Pandi, forman estrechos valles, cayendo monte abajo desde el páramo de Sumapaz. El camino es espantoso, nos fijamos con interés en la cadena montañosa norteña, la que limita el Valle de Fusagasugá; debido a que cada día dejábamos atrás la vegetación del Llano de Bogotá y nos recibían nuevos lugares; atendíamos á la geografía de las plantas en la altura de cada lugar. Con excepción de Quito y el Perú no hay con seguridad un país parecido al Reino de la Nueva Granada, en donde con el termómetro en la mano, sin tener que viajar más de 10 millas, se puede escoger cualquier clima apropiado (se desciende sobre una terraza), donde la vegetación de los sitios calientes se mezcla densamente a la limitante de la zona fría...

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Ganado: como en Casanare parece usual. Nuevos paspallum para cultivar. Sílaba. Semanario II, p. 3, 4, 12. En regiones frías donde antes del amane­cer 10°R p. 4. _______________

[Nota marginal a la izquierda en la pág. 155:]
El paréntesis doble es falso! La ganancia de 1200 pesos es seguramente una mentira. Otros dicen que el Rey gana 200.000 pesos, pregunta Don Ignacio. En Ibagué, aseguran, que el exceso de tabaco en Honda es solamente 400.000 pesos; en todo el país 1 millón de pesos.
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En San Fortunato, el barómetro en 241 líneas, el termómetro, 9° R. Frailejón (Espeletia Mut.) y Quercus y Befaria. De allí hasta Fusagasugá (donde el barómetro marcó 278,5 líneas, el termómetro, 15 – 22°), ya hay Ficus Metapalo, Gunnera, algunas palmas, Pothós, pero a la vez todavía mezcladas con la que las alturas envían desde Alströmeriis, Calceolarias, Fuchsia, Escalonias mystelloides, Loranthus arborea, Quercus y Uva camarona y un ejército de altísimos troncos Polypod, arbórea, como el Lyhrum (Cuphea), de gran hoja. En Fusagasugá ya hay Musa camburg, Plátanos no.

Desde Fusagasugá hasta Hato del Quemado (donde el barómetro marcó 289.4 líneas, el termómetro 17 – 24°) ningún Quercus, ninguna otra Escallonia, ni aquí ni allá alguna Uva Camarona, pero si Paulinias, y un bosque de Clusia Alba y Clusia rosea, Quina roxa, Camacha (¿Celsia?) la Petrea arborea, Macrocnemum. Del Hato del Quemado hasta Pandi (donde el Barómetro 305,2 lineas, el termómetro, 18° - 36°) muchas Mimosas, Cactus Phyllanthus, C. Hexangularis, Piper emerginatum, Bauhinias, ningún otro Polypod. arboreum. Sobre la altura del Río de la Legia disfrutamos nosotros en la mañana de una vista perfecta sobre la cima nevada Tolima y sobre otros colosos de los altos Andes, los cuales contrastan maravillosamente contra la pared verde del Cerro de los Panches. Una manada de monos (Simia Geniculus), las madres con los jóvenes sobre las espaldas, cruzan a modo de procesión sobre el Río, donde el tronco de un árbol forma un puente. Así supo unir la naturaleza en un sólo pedazo de tierra a todas las zonas, y la magia completa está fundamentada en el valle sin planicies, en las profundidades del mar, de la atmósfera...

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de Pandi hasta Melgar (824 líneas) Uvaria Zeklunica, Curatella; de Melgar a la Guayacana, (barómetro 327 lineas) Anacordium Caracoly.
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