Vida de Humboldt
Extractos de sus diarios

Índice

- Fin del viaje de Cuba hacía la Colombia de hoy
- Puerto de Cartagena
- Estadía en Cartagena y Turbaco
- Viaje a Turbaco
- Volcanes de aire de Turbaco
- Viaje por el río de la Magdalena (hasta Mompox)
- Sobre los Bogas y Remeros
- Llegada a Mompox
- De Mompox a Honda
- Experiencias sobre la respiración del Cocodrilo
- Comercio en el Río Magdalena
- Mapa del río de la Magdalena
- Arribo a Honda
- De Honda a Santa Fe
- Arribo a Santa Fe
- Descubrimiento de la Quina cerca de Santa Fe
- Cerveza de Quina
- Educación en Santa Fe
- Ciudad de Santa Fe
- Viaje al Cerro de Guadalupe cerca de Santa Fe
- Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe
- Materiales para conformar el plano topográfico de la Sabana de Bogotá
- Viaje por el Meta desde Carichana hasta Santa Fe
- Viaje a Zipaquirá y a la Laguna de Guatavita
- Viaje al Salto del Tequendama
- Viaje de Santa Fe a Popayán
- Estadía en Pandi y camino a Ibagué
- Ibagué
- Medición del Tolima
- Volcán de Puracé
- Materiales para hacer el plano de Popayán
- Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julumito
- Viaje de Popayán a Almaguer
- Chocó
- Entrada a Santa Fe
- Viaje por la cordillera de los Andes
- Santa Ana
- Sobre el barniz de Pasto
- Volcán de Pasto
- Vegetación Ideas
- Viaje de Pasto a Quito

 

Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julimito

Popayán esta localizado en un sitio sumamente simpático y encantador. La misma ciudad está miserablemente construida, casi peor que Mompós apenas cuenta con unos 9.000 habitantes. La gran plaza, la Plaza Mayor, cuyo adorno sirve de criterio para apreciar la prosperidad de una ciudad, está apenas en dos tercios rodeada por casas, creciendo ahí césped tan espeso como en Buga, Cartago o cualquier aldea. La Catedral reposa en escombros, la casa del gobernador es una miserable choza, y la casa de la Moneda, (*) que apenas se puede creer que en una casita como esa se acuñan cada año 1.000.000 pesos en oro (con 20 obreros, resultando unos 50-60 000 pesos de ganancia). La localización de la ciudad resulta tan pintoresca que, de pronto, se consuela uno por la miserable construcción de las casas. ¡Cómo es posible la arquitectura en un país, donde de lejos traen la madera y donde el Thermes (Comején) que todo enmugra y devora, se come las casas casi antes de que sean construidas. Por lo tanto, se erigió una cruz en el [falta texto] con la exhortación de rezar ahí algunas plegarias, “que Dios nos libere del comején”. La ciudad queda demasiado cerca a la alta cordillera. Hubieran podido utilizar excelentes llanuras al lado del Cauca. Sin embargo, utilizaron la vieja ciudad india, residencia de los caciques. Para el país, seria lo más ventajoso, si la capital se hubiera fundado en el bajo valle del Llano Grande o Cali. La localización de Quito, Santa Fé y Popayán, en la alta montaña, tiene dañosas consecuencias políticas y morales; necesitan suministros desde lejos, por la aspereza del clima. De ahí que muchos centenares de hombres están únicamente ocupados en el transporte de los víveres y perdidos para la producción en un pobre y menesteroso país. De ahí el amor a la “vagabundería”, por una vida nómada. En la capital, obviamente, están concentradas las familias más ricas. En la fecunda llanura de Buga y Cali, establecieron haciendas, dedicándose a la agricultura. En la altiplanicie y el clima severo de Santa Fé se van esas ganas por si mismo. Fincas lejanas traen poca ventaja en las Indias. Así, las actuales capitales encarecen desmesuradamente los víveres, obstaculizando el cultivo de la tierra. Pero ellas mismas no producen nada, que ni saben tornear las mechas de las espermas de sebo, importándolas de Quito. Esa pereza general, en Popayán, aún más reprensible que en Santa Fé debido a que tierra y clima son allí más acogedores, pero donde la minería y la búsqueda de oro sustrayeron a los habitantes aún más la habilidad para la agricultura. Toda la provincia de Popayán es un potrero, una dehesa; casi en ninguna parte se ve tierra cultivada (aparte de los pequeños cañaverales alrededor de Buga), encontrándose el ganado tan miserable en estos inmensos campos de pastoreo que en tiempos de guerra resulta más barata la carne en La Habana y otras islas; ahí vale la arroba de carne salada 3 pesos, mientras que en La Habana, en tiempos de paz, vale 9 - 12 reales. Popayán vive del ganado del Valle del Magdalena, de los llanos de Neiva. Popayán, igual que Buga, Cali y Cartago, compra su harina de Pasto, puesto que el trigo de Puracé y Sotará que da el séptimo-décimo grano y nunca más (en la mayoría de los casos el sextoséptimo, existe en pocas cuantías. (En Pasto, vale la carga de harina floreada de 10 arrobas, 6-8 pesos, en Popayán, siendo el flete solamente de 5 pesos, 14-22 pesos). La provincia de Popayán, igual que Chocó y Antioquia, no alcanza a producir su demanda en cacao, si bien que las orillas del San Juan en el Chocó, las del Cauca en Antioquia y Popayán, sobretodo entre Cali y Buga, debieran estar llenas de cacao tales en vez de los oleaginosos burilicos (Uvaria) que sirven de alimento para cerdos. Popayán tiene únicamente cacao en Roldanillo, al Oeste de Cartago, y una cuantía menor en el Valle de Patía, donde aire y suelo invitan a cultivar. Pero la importación principal del cacao en Popayán proviene de la provincia de Neiva, de la jurisdicción de Timaná. De ahí que el precio de esa fruta, según más o menos se importe, alterna tanto, siendo siempre elevado, a saber 1 ct. antes a 25 pesos, hoy hasta a 40 pesos, es decir, ¡¡más caro que en Europa!! En Buga y Cali empieza a prosperar cierta industria alentada por el actual gobernador Don Diego Nieto. Allí se tejen telas de algodón, se ven muchos telares para cinta, estando ocupadas todas las chicas del teñido en plantas domésticas. Pero, en conjunto, todo lo que se llama ropa, es comercio pasivo, en parte de mercancías europeas y de las Indias Orientales, ropas de Castilla (el contrabando de Santa Marta las introduce vía Mompós y Santa Fé), en parte telas crudas, ropas de Quito. Aumentando el lujo, la necesidad ajena, pero no la minería; la provincia empobrece cada día más, puesto que el oro que los esclavos sacan de la tierra, no es suficiente para pagar tantas necesidades ajenas. El inconveniente principal consiste en la falta de gente libre, de los cuales viven muchas más en el Valle del Magdalena. En aquél valle menos gente blanca se acobarda ante el trabajo. De ahí la gran necesidad de esclavos. La pro­vincia de Antioquia comercia en esclavos, manda los allí nacidos a Popayán los cuales no acostumbrados al clima que es más frío, escapan. También llegan muchos refugiados del Chocó, donde se trata a los esclavos como a bestias, por eso, en Palacé siempre hay un palenque.

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[Nota marginal, a la derecha: pag. 172]
Moneda. Véase más arriba. El rey ordenó que se fundiese toda la moneda macuquina que llega a las cojas reales, pero no sucede así, porque hay pérdida. Raro que esa moneda esquinada no se pierde más rápido, conteniendo oro, mezclado con pesadisimos trozos, y muy buscada por ingleses y holandeses. Sería una operación útil para el rey, si se introdujese un tipo monetario mas bajo, una Moneda provincial que promovería mucho la industria. Puesto que en un país donde apenas existen cuartillos y donde toca dar al mendigo un medio = 1 ½ groschen resultan las manufacturas imposibles. La Moneda de platino se debiera introducir desde los principios, a saber, grandes piezas a 100 piastras; dando al platino el décuplo del valor del oro. El engaño fácilmente se descubriría por pesadas y el platino es siempre más agradable que los vales. Así se hubiera aumentado la riqueza nacional y entonces se hubieran buscado minas los cuales dieran 20-30 por ciento de platino. - El Reino de Nueva Granada produce anualmente unos 4-5 millones de oro y, sin embargo, la cuantía de metales ahí no aumenta nada; comercio pasivo. (Río Magdalena casi pudiera producir tanto cacao. Puesto que Caracas aporta 180-200 000 fanegas de cacao a 20 pesos, o sea 4 millones de piastras. Pero, ¡qué comercio pasivo realiza toda Europa! América envía anualmente 40 millones de pesos en oro y plata a Europa, aumentando poco la cuantía de oro y plata; todo lo devora el Oriente, y los metales preciosos van en contra de la corriente marítima del Oeste hacia el Este.

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Hay pocas ciudades que ofrezcan tanta variedad de pintorescos objetos como la de Popayán. El bajo Valle del Cauca, el viejo suelo marítimo, propiamente dicho, se cierra ya en Quilichao y Quina mayor, pero también más al sur, si bien que está unas 500 toesas mas alto, siempre se reconoce la continuación de aquel Valle, pero cuyo suelo es ahí un terreno quebrado. Esas bajas colinas, interrumpidas por pequeñas llanuras (Llanos del Cauca cerca de Julumito, Cajibio y Calibio, que separan aquí siempre las altas cordilleras de los Andes y de la Costa. Cerca de aquella cadena de montañas está la ciudad. De una colina porfídica en cuya forma la poco poética fantasía de los primeros conquistadores reconoció una letra, Cerro de la Eme, de la triplemente estriada colina (el escudo de la ciudad) se eleva el macizo como un anfiteatro sobre Poblazón, los basaltos de Pisojé, Santa Bárbara y Coconuco hasta los nevados volcanes de Puracé y Sotará. Estos volcanes tienen un carácter muy distinto. Sotará en el sureste de Popayán aparece como cono truncado, cuya cumbre está cubierta de poca nieve. Su negrura y curiosa forma de ruina le atribuyen algo tremendamente grande. En su pie hay piedra pómez nacida de pórfido quemado de sienita y lavas de distintos tipos. También existe la leyenda que, poco antes de la conquista, había vomitado fuego, desvastando el terreno alrededor, botando su cumbre cónica en la erupción. Yo pienso que eso, lo de poco antes de la conquista, no hay que entenderlo literalmente. Todos los eventos naturales estaban heredados en la mitología de los indios. Los indios que guardaban en la tradición los más antiguos acontecimientos, contaban a los españoles lo que han escuchado de sus padres, pareciendo todo eso nuevo a aquellos, de tiempos recién pasados, por malentendido del idioma. Quizás contuviese la tradición india cosas que estaban más allá de toda tradición, sucesos mas viejos que la raza humana. El simple aspecto del Llano de Bogotá y del Salto de Tequendama podría haber creado la idea de un antiguo lago, que se escurrió por el Salto. El mito del Bochica, tal vez se haya formado localmente p. 74. En Cumaná corre la leyenda que el Golfo de Cariaco se había formado poco antes de la conquista por un terremoto. Tal vez tuviese lugar ese terremoto antes del género humano, y el aspecto del golfo y la frecuencia de los temblores produjeron entre los indios una hipótesis que se comenzó a tratar como hecho histórico, lo mismo como la rotura de las columnas de Hércules y el diluvio ogígico o la leyenda sacerdotal de la antigua posición del eje terrestre que son hipótesis geológicas y astronómicas que han ido penetrando en la historia y los mitos. Lo mismo, quizás, pueda haber ocurrido con la erupción en la que el Sotará tiró su cumbre. El aspecto del cerro, su forma descabezada, indica lo que le hace falta y quién, con indios, que lejos de los españoles viven entre si, ambulaba por las selvas (como nosotros), se habrá dado cuenta de su gran talento, de su pura observación de la naturaleza y su infinita atención respecto a fenómenos naturales (**). Mientras que el Sotará, de apenas 2400 toesas de alto, tiene un carácter serio y lúgubre, el volcán de Puracé, en cambio, aparece más simpático y más solemnemente adornado. Su base es mucho más ancha, su cumbre menos aguda, más en forma de techo, si bien igualmente forma un cono truncado. Su cantidad de nieve lo hace contrastar curiosamente con las rocas negras y sin vegetación, que en los dos lados lo rodean como picos redondos. Estando el cielo azul y sereno, brilla la nieve de un encantador color de rosa, viéndose subir desde los cráteres las columnas de vapores sulfurosos parecidos a fuegos de sacrificio. Más hacia el Noreste sigue en la cordillera del Cerro Pusma, detrás del cual sale en forma grotesca el porta-niños uniñegatuna. ‘‘Tuna” significa en el idioma Puracé, que es propio de los indios de Coconuco, Pulindará, Totorá y Guambia, y muy distinto de la lengua del inca o sea inga (***), cerro, y “uniñega” llevar un niño en los hombros, cargan el hijo sobre las espaldas.

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(Notas marginales a la izquierda: pag. 173]

En 1801, Popayán tiene apenas más de 9.000 habitantes Buga y Cali, al máximo por ahí de 4-5.000 habitantes, Almaguer 5-600 habitantes.

Volcán ¿Qué es eso que antiguo volcán cerca de Tunja?
“in vicinia Vulcanus visitur qui saxorum nimbos crabro ejaculatur’’, Lact., p. 383.

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El Cerro Pusma que en Popayán sobretodo se llama Vinagre, es el barómetro de la ciudad. Estando sin nubes y sereno, se puede esperar con certeza un lindo día. Pero, cuando en cambio el Pusma aparece nublado y el Páramo de Puracé con nieve brillante, resulta que esa transparencia del aire es de poca duración. El permanente cambio de nubes en este inmenso macizo deja muy raras veces gozar por días enteros el magnífico espectáculo de los volcanes en Popayán. La Cordillera Occidental, la del Chocó o de la Costa, es de poco excelente forma, midiendo probablemente apenas unas 1800 toesas. Desde su pico, del Alto del Río Chisquío y Cerro de la Carpintería, se abarca el silencioso mar, dando esta sola idea, la de la cercanía del océano, interés a esta cordillera. Hacia el norte se abre el valle, mirando uno al viejo suelo de mar del Valle del Cauca, desde Quiichao hasta el Santo de San Antonio.

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[Nota marginal a la derecha; pag. 174]
R. Vinagre: los moluscos se mueren también por aguas acidudas Beudant, An. T. II, 1816, p. 34.
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Puracé, propiamente dicho, forma una pirámide truncada de cuatro lados. Desde Popayán se ven en perspectiva dos lados.

Esta llanura mide más de 60 leguas de largo; por eso, la planicie, por la curvatura terrestre, limita el horizonte, creyendo uno descubrir el mar en lejanía azul. Hacia el oriente se levantan, parecidos a un promontorio los altos Cerros de Munchique y el Cerro Gordo sobre Quilichao y Caloto, desde puntos de vista más altos, como del pueblo del Tambo, luce la propia nieve del Páramo de Tierradentro o Nevado de Páez, en forma de castillo. Hacia el Oeste, pasa al Valle, también como promontorio el redondeado cerro cónico de basalto del Playón (p. 166), elevándose al norte de éste los venteados farallones de Cali, dentellados y a veces separados del suelo por refracción, nadando al aire. Cerca del Cerro de Munchique, un poco al oeste de Dominguillo, está situada una colina porfídica como antigua isla en el centro del viejo valle lacustre. Así la región de los alrededores lejanos de Popayán. En la cercanía un terreno de altas colinas con Weimnannia, Clusia, Hypericum baccatum, Cinchona amarilla y roja, Melastoma y todos los productos de los climas moderados, lindamente adornado. El Cauca baja serpenteando por valles abismales (llegando del extremo sureste del Páramo de las Papas) cerca de Pisojé de la alta cordillera, formando al norte de la ciudad una ancha y pintoresca pradera, sigue hacia el sur, y, rodeando la tetilla, detrás de Julumito, sigue continuamente hacia el norte y luego siempre más cerca a la Cordillera del Chocó que a la de los altos Andes. Una legua al norte de la ciudad, se construyó sobre el río un hermoso puente de piedra, obra que se debe al patriotismo de dos ciudadanos que anticiparon ese dinero (unos 60.000 pesos) sin intereses, bajo la condición de que se amortizase por el peaje que luego fuera propiedad del Cabildo de la ciudad, constituyendo casi su única riqueza. Ese puente resulta efectivamente muy bonito, comparable con los más grandes de ciudades europeas (en Suramérica con seguridad el más grande), pero el puente queda tieso, sin ninguna agradable curvatura (1). Más abajo del puente, en el camino de Popayán a las Uvales, el Cauca se estrecha otra vez en peñascos con apenas 30 pies de ancho (2). Hacia el Oeste, a partir de Popayán, en el centro de la ondulada planicie del valle, se levanta como una isla una aislada cumbre de basalto, la Tetilla de Julumito, una larga cresta en cuyos dos extremos pequeños hay cerros agudos y en el centro la Tetilla, un cono redondo. Acercándonos a Popayán, ya se agitaba nuestra curiosidad, reconociendo en la grotesca forma, en la regularidad teatral del todo una legítima formación de basalto.

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[nota marginal a la izquierda; pag. 175:]
Las columnas pentagonales y septagonales de Pisojé no son de basalto, sino de granito parecido a pórfido (como en la montaña Euganéica), una masa de sílice verdoso con feldespato común de color rojizo amarillo y mica negra y menos hornablenda.

Vientos desde la alta cordillera y los páramos del Sur y del Este traen buen tiempo y sequía son vientos de Quilquacé, Sotará y Puracé. Vientos del Oeste y del Norte, a menudo del Mar del Sur y del Mar del Norte, sobretodo los primeros, traen lluvia, son vientos de Chesquiler y Cali. De ahí que éstos trinan en el invierno o en la temporada de la lluvia.

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Al llegar a la ciudad, vimos en todas las partes magníficas y delgadas columnas pentagonales y heptagonales de basalto (como supimos más tarde) de Pisojé al rio Cauca - las primeras columnas de basalto, sí, el primer basalto legitimo que vimos en América, puesto que cerca de Villa de Cura y San Juan en el Llano del Orinoco existen roca imigdaloide y diabasa. Por la cercanía de los volcanes resulta muy interesante investigar esos basaltos minuciosamente. Por lo tanto, nos apuramos dos días seguidos a emprender excursiones a la Tetilla, con un tiempo muy malo y húmedo. Don Antonio Varela nos hospedó en su cercana finca de las Uvales, de donde proviene un espeso basalto (3) gris oscuro, sin cualquier mezcla de olivino (que en Quilichao aparece tan común y en la diabasa en aglomerados, no en trozos incluidos) y sin hornablenda; el basalto más puro y terroso que jamas vi. Siendo el manual de Kirwan (repartido por orden real) aquí tan conocido como la nueva nomenclatura, nunca se había pronunciado el nombre de basalto, y cierto que en las disputas acerca del basalto hubiera gustado reiterar que también en los Andes el basalto acompaña los volcanes. En la Tetilla y su respectiva cresta en ninguna parte queda el basalto en forma de columnas o bolas y, lo que es muy curioso, examinado por el aparato de Haüy es que, por lo general, no exita el imán si, bien es muy rico en hierro como lo comprueba su peso. Unicamente algunos trozos sueltos, sacados cerca de Uvales, tienen polos, a saber, un bloque de 9 pies tiene precisamente 2 polos diferentes en los extremos. Trozos cortados casi no agitan el imán; la causa está puesta en la coordinación de los corpúsculos. Otros bloques al lado, más grandes y de la misma forma y masa no tienen ningún magnetismo. El basalto parece puesto sobre pórfido de sienita o más bien sobre sienita porfídica. Encima de la capa de basalto sigue igual que en Sajonia una inmensa formación de barro colorado, probablemente no totalmente formado por erosión de basalto, sino también por sedimentación simultánea. Una capa tan inconmensurable de arcilla - lama (Letten) existe también en los Cerrillos, al Oeste de la Teta, donde también hay arcilla para porcelana y otros usos, tierras aluminosas mezcladas con magnesia, aguas saladas, aguas que contienen sulfato de hierro disuelto. Nos decían muchas maravillas de estos Cerrillos y los visitamos por las piedras de rayos. Fuimos engañados, encontrando que estas piedras de rayo aparecen solamente como cantos rodados, es decir en toda la llanura del valle (no en la cordillera, cerca del volcán) disipadas en la superficie, parecidas a nuestros pedernales. El pueblo cree que esas piedras caen del cielo y aparecen con frecuencia cerca de la Tetilla, porque allí caen con mucha frecuencia rayos. Los eruditos de Popayán creen que el rayo vitrifica la arena, naciendo ella así... Pero son legitimas obsidianas, más parecidas a las húngaras que a las islandesas en fragmentos concoideos y con cantos agudos, de color gris de humo y verdoso, gris oscuro, en parte blanco claro... en parte flameado, y cinteado, en la mayoría completamente transparente.

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[Notas marginales a la derecha; pag. 176]
La misteriosa fama de los primores y maravillas de los Cerillos nace de una venturosa leyenda de un tesoro ahí enterrado. Se arresta a un encomendero por motivo de deudas. Los indios de Julumito dicen, mujer (de familia Valencia) triste, que se consuele, la llevan con los ojos vendados, de noche, a la guaca, ella recoge oro ahí, deshace el rosario para reconocer el camino, pero los indios recogen las perlas y las devuelven. - Por eso alrededor de la Tetilla hay tanta cavadura de guacas en forma de apiques. Admirable que el indio mueva inmensas masas de basalto, para cubrir su tumba.

En los Cerillos aparece también piedra caliza descubierta, utilizada en Popayán, aunque la mayoría de la caliza proviene de Cali, donde hay hornos de cal.
(interpolación posterior:)
Véase sobre carbono en las calcáreas el MSS del Quindio, p. 38,39.

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parecido a cascos de vidrio verde, en parte del ta­maño del puño, que rara vez se convierte en calcedonia, pero sí en sílex córneo en los pedazos opacos, blanco-lechosos, apenas algo transparentes en los cantos. Ahí, donde se reconoce la vieja superficie, se observa que ésta siempre es redonda, mate, sin brillo de vidrio y con porosidades. Tengo algunas bolas individuales completas de ½ pulgadas que se parecen a gotas de vidrio fundido, también con la superficie porosa y además una columna completa de 5 lados, muy regular, con una altura de 1 ½ pulgadas y 7 líneas de ancho, que juzgando según la superficie de los lados, de ninguna manera es un fragmento sino cristal. Hermann Karsten, en Berlín, rompió conmigo una obsidiana de Hungría en completos dodecaedros. ¿De donde proviene todo esto? ¿Se trata de vidrio volcánico, o de bolas de masas fundidas, arrojadas por el volcán y dispersadas? Yo lo dudo. ¿Será la formación de obsidiana análoga a la de calcedonias anhídricas y otros minerales redondos en rocas amigdaloides, enraizada ésta en cierto tipo de montañas que esperamos descubrir en los Andes? ¿Tal vez de masas más puras y completas de pórfido-obsidiano con componentes grandes separables? El Pic de Teyde, en gran parte, es un cerro de pérfido-obsidiana, sobre el que actué el fuego volcánico convirtiendo a la obsidiana en piedra pómez; aquí no se tienen vestigios de éste fenómeno por cuanto la piedra pómez de Sotará son pérfidos de sienita quemados, O, ¿forma la obsidiana acaso un yacimiento en alguna parte de los Andes? (¿hasta donde está estudiada esta inmensa cordillera por geólogos?) ¿o en rocas primitivas bajo condiciones parecidas que convirtieron sílex córneo en calcedonia en arenisca (cerca de Bayreuth)? Lo último es tanto más probable por cuanto en el volcán Puracé, a una altura de 2.100 t., encontramos obsidiana azul-grisácea, con feldespato vítreo, transparente en los bordes y micro concóide. Hallamos que dicha obsidiana no es producida ni ha sido afectada por el fuego. También el pérfido-obsidiano tiene partes alargadas como columnas paralelas separadas entre sí. Desde el 16 de noviem­bre nos quedamos en el pueblo indígena de Puracé para examinar el volcán. El pie de la cordillera, especialmente por Santa Bárbara, es de granito, rico en mica; en ese (4) sienita, encima pérfido de sienita y pérfido común, y en la máxima cumbre pérfido de obsidiana. Alrededor de la montaña y arrimada a ella, colocada sobre pórfido de sienita, a 1.000 t., se encuentra una extensa formación de basalto, y en Pisojé, en las orillas del Cauca, una serie de rocas de basalto con excelentes columnas del mismo material de 10 - 14 pulgadas de espesor, 15 - 18 pies de altura, 5 - 7 lados, antiguamente verticales, aquí y allá divergentes. Los indios, y hay que admirar nuevamente su paciencia, [no] tienen instrumentos de metal para trabajar el basalto más duro.