Vida de Humboldt
Extractos de sus diarios

Índice

- Fin del viaje de Cuba hacía la Colombia de hoy
- Puerto de Cartagena
- Estadía en Cartagena y Turbaco
- Viaje a Turbaco
- Volcanes de aire de Turbaco
- Viaje por el río de la Magdalena (hasta Mompox)
- Sobre los Bogas y Remeros
- Llegada a Mompox
- De Mompox a Honda
- Experiencias sobre la respiración del Cocodrilo
- Comercio en el Río Magdalena
- Mapa del río de la Magdalena
- Arribo a Honda
- De Honda a Santa Fe
- Arribo a Santa Fe
- Descubrimiento de la Quina cerca de Santa Fe
- Cerveza de Quina
- Educación en Santa Fe
- Ciudad de Santa Fe
- Viaje al Cerro de Guadalupe cerca de Santa Fe
- Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe
- Materiales para conformar el plano topográfico de la Sabana de Bogotá
- Viaje por el Meta desde Carichana hasta Santa Fe
- Viaje a Zipaquirá y a la Laguna de Guatavita
- Viaje al Salto del Tequendama
- Viaje de Santa Fe a Popayán
- Estadía en Pandi y camino a Ibagué
- Ibagué
- Medición del Tolima
- Volcán de Puracé
- Materiales para hacer el plano de Popayán
- Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julumito
- Viaje de Popayán a Almaguer
- Chocó
- Entrada a Santa Fe
- Viaje por la cordillera de los Andes
- Santa Ana
- Sobre el barniz de Pasto
- Volcán de Pasto
- Vegetación Ideas
- Viaje de Pasto a Quito

 

Estadía en Pandí y camino a Ibagué

En Pandi subimos donde el párroco don Juan Porras, pariente de la monja portera. Aquel nos recibió amablemente y tiene el mérito de haber fundado el actual pueblecito. El hecho de que tuviéramos que admirar todas las tallas de su iglesia, los ídolos lacados... en un pajar (una especie de granero) es cosa obvia. El templo del sol, en Sugamuxi, podría ser aún más extraño. El párroco nos acompañó hasta el puente de Pandi, al suroeste del actual pueblo que lleva el nombre de Pandi o Mercadillo. Este puente es ciertamente un espectáculo particular. El torrente del bosque del Sumapaz corre a 2.000 t. de distancia, de oriente hacia occidente, por un abismo rocoso, ora 50, ora 80 t. de profundidad. En el lugar donde el río cae a ese abismo, (se forman dos cascadas, dejando este sitio se dirige a Melgar). Probablemente ese abismo escalonado fue formado por un terremoto. El puente de Pandi es una masa rocosa que tiene, más o menos, 8 pies de espesor, 40 pies de ancho, y 45 pies de largo. El camino en dirección a Melgar y Cunday pasa por esa masa rocosa que cruza el abismo. Esa masa rocosa no fue desplazada por antiguos movimientos de la tierra, sino que es continuación de la roca que está junto. La piedra arenisca, de la cual está compuesta toda la montaña desde Pandi hasta Zipaquirá, presenta aquí capas alternas de arenisca pizarrosa y delgada, y de arenisca casi sin pizarra. Un banco de la última descansa sobre aquella; una es piedra arenisca de cuarzo sobre la arenisca de pizarra arcillosa y el puente es continuación de aquella masa de cuarzo. Los indígenas han dispuesto a lo largo de la piedra una barandilla ligera, por medio de la cual se aplaca lo horrible del abismo. La vista se asemeja a la de una mina derruida y el agua parece negra ya que la sombra del estrecho abismo la cubre. Se oye un ruido sordo, que al principio tiende a atribuirse a las aguas que caen, pero investigando más de cerca percibe uno que el ruido es causado por una especie de pájaro nocturno que habita en el abismo y el cual se espanta con piedras que se arrojan. Se les ve revolotear por centenares igual a bandadas de murciélagos. Debido a que no se elevan son difíciles de cazar y aún más difíciles de alcanzarlos con disparos. Luego de arrojar buscapiés, que iluminan el abismo, reconoce uno que esos pájaros no parecen sor Caprimulgus, sino que pertenecen a la especie de las lechuzas, con ojos muy grandes, pico curvo, de color gris-pardo y del tamaño de una gallina. Se les llama Cacas. El graznido es muy semejante al grito de la lechuza.

Anidan en hoyos hechos en el abismo, pues la piedra arenisca tiene en todas las cercanías circundantes cuevas que no parecen haber sido formadas por el agua, sino que son indicio de una primitiva porosidad (un fluido elástico y dilatable). Una pequeña trocha conduce hacia un segundo puente en la ladera del abismo y que se encuentra 5 toesas más profundo que el primero. Ese puente está maravillosamente conformado por 3 piedras sueltas, cuya piedra central forma una verdadera clave de bóveda. Junto a este puente de más abajo un montón de guijarros forman un dique el cual no le confiaría uno la vida si se pudiese observar su construcción desde abajo. En eso dique hay un hoyo de 2 toesas, a través del cual, como en un pozo, se ve el fondo del abismo. En este punto dejamos caer piedras. Emplearon 4” - 4”, 5, y como ese dique está 5 toesas más abajo del puente superior, parece entonces que la última altura es de 312 pies. Don Jorge Lozano, con ayuda de la plomada midió 112 varas hasta la superficie del agua, y 6 varas de profundidad del agua. El río Sumapaz desagua en el río Fusagasugá. En Pandi es muy famosa la cascada de la Quebrada de la Chorrera, un arroyo que cae en el río Sumapaz por una empinada pared rocosa. El valle es muy inaccesible; comparando, la altura de la cascada parece de 40 toesas y el volumen de agua es muy escaso, pero por causa del abismo estrecho todo el conjunto ofrece un espectáculo espantoso y hermoso. En el Sumapaz había en otros tiempos 4 poblaciones: Sumapaz Fría, arriba en al páramo; Sumapaz Caliente (un poco mas tibia que la otra, pero no caliente); Tumby y Doa. La población indígena disminuyó debido a la crueldad con que se les trataba hasta el siglo XVII: se les llevaba a las minas de Mariquita y Santa Ana, enfermos de pústulas, utilizados como animales de carga; y en general como un mal gobierno siempre oprime más duramente a los más pobres y desamparados, el rey dio la horrible orden de que todas aquellas poblaciones que no tuvieren un determinado número de indios fueran destruidas, obligando así a los indígenas a abandonar su tierra y a unirse con otros. Se olvidó cuán grande es el odio entre una y otra tribu indígena y cuán útil son las solitarias viviendas en parajes áridos y despoblados.

Así, pues, Pandi, Icononzo y las cuatro poblaciones anteriormente descritas fueron destruidas. Muchos indígenas gritaron fuerte en contra de la cruel ley. Se detuvo la destrucción (fue al comienzo del siglo XVIII) y el rey ordenó devolver a los indígenas sus antiguos lugares de vivienda. Sin embargo el peor mal ya estaba hecho. Se decide entonces en el Manzanares sobre la suerte residencial de los Muyscas del Ariari... Pandi es reconstruido, pero los indígenas, y todo el pueblo indígena, huye de las aldeas y prefieren vivir desperdigados en la selva. Que puede estimular a la sociabilidad en un país en donde las circunstancias estatales ordenan sacrificarlo todo y no conceden ninguna, pero ningún beneficio. Cuando el 14 de septiembre (día de mi cumpleaños) alcanzamos la altura de Icononzo al otro lado del puente, vimos allí más casas destrozadas de las que pudo reunir en Pandi la acción del buen párroco. Temprano en la mañana nos volvimos una vez mas a recrear con el maravilloso espectáculo del puente natural. De nuevo descendí por el abismo rocoso a lo largo de una cornisa de apenas 16 pulgadas de ancho. Se comprende más fácilmente cómo 3 piedras pueden caer tan maravillosamente, de tal manera que la del medio es sostenida por las laterales, de la misma forma como el puente superior puede ser continuación de la misma roca que está junto. Y con todo, esto es verídico. El abismo parece formado por un terre­moto. El banco superior de arenisca gruesa y pizarrosa está separado por todas partes. ¿Cómo ha podido resistir adherida en una punta a la fuerza separadora? Luego el valle no parece bañado por una corriente de agua. Barómetro: Pandi pueblo 305,2 líneas, 7h en la tarde. termómetro 19° sobre el puente 310 líneas, 10h en la mañana, termómetro, 20°. A la altura de Icononzo hay una cueva natural, semejante a una cueva de ladrones. Se desconoce a donde llega, se cree que va en dirección al abismo del puente, en la arenisca. Su entrada es muy particular y está semicubierta por una enorme roca que cayó desde arriba. El camino baja siempre de la montaña. Antes de Melgar se levanta una vez más el estrato de arenisca hasta una altura considerable en Portachuelo, Bar. 283 líneas. Por el ca­mino, a causa de los escalones, deben las mulas descender penosamente, cosa peligrosa para los instrumentos. A partir de Icononzo la arenisca se vuelve cada vez más gruesa; en Llano Grande (así se llama una parte del Valle del Magdalena desde Espinal hasta Contreras) se encuentra ya toda la arenisca de grano grueso, semejante a la de Honda, por tanto sin duda es la arenisca (pág. 110) del Llano de Santa Fé, Zipaquirá y Honda, la misma formación, una formación que sobrepasa las 1.900 t. y cuyas capas superiores son más finas que las inferiores, más casi todas no petrificadas. ¿Existe en Europa ejemplo de un espesor similar en una única formación de estrato? de ninguna manera.

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[Nota marginal a la derecha de la pág. 158]
En Pandi sopla regularmente el viento desde el mediodía hasta la medianoche proveniente del occidente, del páramo del Tolima y de la medianoche hasta el mediodía, viniendo de oriente, del páramo de Sumapaz. ¡Este último con mayor fuerza!
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En el Portachuelo descubrimos yacimientos de arcilla que se alternan allí con la arenisca semejante a cañitas de paja, masas cocidas. Al microscopio hallamos que se trataba de pequeñas y microscópicas petrificaciones de conchas calcáreas (Más abajo, casi al nivel de Honda se presentan, cerca de Tocaima, amonitas en piedra calcárea, las primeras amonitas que vi en América, en donde el menos deberían ser muy raras!). Un poco al norte de Portachuelo en el Paramito (Bar. 415 líneas), mucha Cinchona Longiflora en florecencia y hacia el sur, particularmente en cercanías a Melgar y Cualamaná, una enorme cantidad de quina roja, tan candente, como el clima cálido al cual desciende (Bar. 32), ya que todas las demás especies de quina prefieren más los parajes fríos: la C. Lancoifolia soporta hasta 2 grados R. de frío. Aquí cerca de Melgar la quina tampoco forma arbustos (como es usual), no, la hallamos en forma de árboles de dos pies de ancho por treinta a cuarenta pies de alto. A partir de Portachuelo, se comienza a descender al Valle del Magdalena o Llano Grande. El camino en la cuesta montañosa de Cualamaná es terriblemente malo, un chaparral lleno (característico de los Llanos del Orinoco, Cumaná y Calabozo) de Curatella americana y de la muy pintoresca Uvaria zeilanica. Esta última de gran altura con ramas colgantes y hojas gachas, casi dobladas y como con crestas, semejantes a un ciprés, soberbia, adornada con bayas de rojo púrpura y sin embargo melancólica, una característica peculiar, y más bella aquí, en crecimiento y fortaleza, que en los raudales de Atures y cerca a Santa Ana. La entrada al calor nos contrarió durante esos días. Bonpland fue atacado por una violenta fiebre que nos obligó a buscar penosamente una choza en el pico de la cuesta de Cualamaná (Bar. 324,5 lineas, 9h en la mañana) yo fui atacado por una martirizante erupción cutánea, unos abcesos como turupes y duros como piedra... En efecto, el paso de un aire enrarecido de 248 líneas, a 423 líneas, es demasiado grande; de un frío de 6 a 7 grados a 23 grados R. (Así permaneció el termómetro toda la noche en Cualamaná) es también demasiado. Un viaje de Europa a los trópicos no puede atacar más la constitución física, hasta Quito, descendiendo del helado llano de Bogotá al calor tropical del Valle del Magdalena, nos espera nuevamente el frío de Quindío, luego ese ardiente valle del Patía, la nieve del Pichincha... ¡cuán maravillosamente la naturaleza humana resiste estos cambios de presión y calor!

Cómo los habitantes de la Mesa de Juan Díaz y los de la caliente Tocaima, entre 28 y 29 grados R., caminan semanalmente y sin peligro hasta Santa Fé, en donde al pernoctar al aire libre o en un cobertizo, padecen 0 grados...! A partir de Melgar, en Llano Grande, hay solamente sabanas y pastos hasta el paso de Fusagasugá, alternándose con matorrales, pero desde allí hacia el occidente ni un árbol. Aquí, entre los matorrales, como en Contreras, una gran cantidad de Cocos butyracea, Palma de Cuesco o Palma real o Palma de Vino; el fruto es un excelente alimento para los marranos, con un olor a manzanas muy maduras, muy diferentes a la Palma Real de la Habana, pero idéntica a la Palma Real que hemos descrito en el río Sinú. El Perispermum produce mucho aceite.

Es la palma más robusta que conozco, generalmente de 40 a 50 pies de alto por 28 pulgadas de grueso, con frecuencia las hojas tienen 20 pies de largo y por eso son excelentes para cubrir techos, cuelgan a modo de anzuelos, encrespadas en la punta. Las pinnas [¿piñas?] ¡en una superficie vertical! Es esta palma, la que hace la gran belleza del río Magdalena, más arriba de Badillas; llamada en el Orinoco Jagua y adorna las preciosisimas islas rocosas y las orillas graníticas en las cataratas del Orinoco. La hallamos floresciente en San Luis, en donde forma bosques enteros. El valle del Magdalena forma, como todos los valles fluviales, una llanura escalonada, en medio una verdadera sabana de pastos, barómetro. 327 líneas. A ambos lados, al oriente en dirección a Melgar y al occidente en dirección a San Luis y Contreras, barómetro, 820 líneas, el valle es poco plano, con colinas, ascendiendo, y dividido en pequeños valles laterales; la sabana con palmas arbustos e interrumpida por Anarcadium Caracoli, Nectandra. . . Por uno que otro lado se encuentra en el valle de Llano Grande (casi como en el llano de Bogotá) yeso, en Chaparral, y cal, cerca de Contreras. Sobre la naturaleza de éste último todavía estoy en incertidumbre. No parece casi dispersa, yace en grandes bloques sueltos sobre arenisca y pasa visiblemente a un grano fino, gris parda, mezclada con pirita que es mucho más dura que la cal, pasando precisamente a una superficie como de concha, muy cortante, atravesada con pedazos de Kalzedon. Esta masa crecida de color pardo oscuro y con frecuencia ver­de oscura, se disuelve lentamente con ácidos. ¿Será Hornstein mezclada estrechamente con cal? la cal de los alrededores contiene granos de cuarzo. Todo esto demuestra que esa piedra caliza pertenece a la estratificación, a la formación intermedia. ¡Pero la mayoría es granulosa...! En Jura, en los alrededores de Aarau, ví también piedra caliza granulosa con petrificaciones y con Hornstein, alternándose en la montaña estratificada con piedra caliza gruesa.

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[Nota al margen izquierdo pag. 159:]
La administración de Tabaco en Popayán (que abarca las provincias de Popayán, Chocó y Antioquia) produce, en años ventajosos, un excedente neto de 100.000 P. ______________

El día quince por la noche lo pasamos, bajo un cobertizo, Tambo, en el Paso de Fusagasugá, sin alimento, durmiendo en hamacas bajo el húmedo rocío, y con unos turupes dolorosismos.

La noche del dieciséis en el Espinal donde un viejo párroco tenía un coto tan grande como su cabeza. Era de Mariquita y su coto lo delataba sin que lo dijera. Hay una curiosa variedad de cotos, unas veces abotargados, otras como una bolsa o como dos girones. La raza blanca tiene una gran predisposición al coto. Los negros también pero en menor grado y su coto es siempre pequeño, más abotargado. Entre los indígenas el coto es casi desconocido. Su piel tirante resiste cualquier distensión. Es también curioso que en parajes donde todas los demás razas padecen horriblemente por las llagas (en el río Magdalena), de carate (Neiva) y de bubas, los indígenas permanecen libres de todo eso. Con todo esa resistencia de los indígenas a las enfermedades cutáneas hace que estos tengan unas terribles pústulas. Entre el Tambo y el Espinal atravesamos el río Magdalena, arriba de la desembocadura del Fusagasugá (dos leguas más abajo se encuentra la desembocadura del río Bogotá), el cual es también llamado río del Colegio y de Tocaima. El río Magdalena bordea aquí rumbo norte-noroeste es apenas tan ancho, bien, un cuarto más angosto que en Angostura de Carare. En el río el termómetro estaba en 18°,4 R. Las mulas nadan a través del agua, un indígena monta sobre una de ellas, pero para no cansarla nada el mismo con una mano y ambos pies agarrándose solamente de la crin. Es curioso que los cocodrilos nunca persiguen a las mulas cuando están sin jinete, pero si a éste. Muchos bestias se ahogan aquí. El paso se llama de la Guayacana, barómetro 328,7 líneas, 9h en la mañana. El transporte del equipaje iba lento en una canoa de 16 pulgadas de ancho. ¿Por qué no una balsa? Hacia San Luis los cerros de San Lorenzo delimitan el valle de Llano Grande al occidente. Esos cerros forman como un muro circular y desnudo de una milla de largo y sin ningún rastro de vegetación y tierra, como si apenas hubiese sido dejado ayer por el agua. La arenisca, aquí, rumbo de oeste-noroeste, cae con 70°. El río Luisa atraviesa ese muro rocoso; un torrente del monte, que es muy peligroso de vadear a causa de las piedras que arrastra. En este punto hallamos el mismo pórfido, una masa de ardilla llena de hornablenda y cristales vidriosos de feldespato que describí en Gualí cerca de Honda. ¿De dónde ese aluvión?

Del 17 al 20 de septiembre en Contreras, la nueva hacienda azucarera de Don Luis Caicedo, hermano del honorable clérigo Don Fernando Caicedo rector del Colegio del Rosario. Aquí hice algunos experimentos (ver pág. 130). Curioso que el barómetro varió aquí 2 líneas en dos días. El 17 de septiembre, desde las 7h 318,6 líneas despejado; el 18 9h en la mañana, despejado, 319,7; el 19, 11h en la mañana, nublado, lluvia, 320,6 líneas. Don Luis Caicedo, persona inteligente, activa y observa­dora, afirma que en los climas fríos la caña de azúcar es más dulce (pág. 55). El zumo de azúcar es como una cambiante fuente de sal, a saber, más ricas en sal, o azúcar según la tierra, clima, edad, estación y cultura.

En el valle de Cáqueza, al oriente de Usme, en el camino hacia Cabuyaro y Meta, en el magnifico valle donde la temperatura es generalmente de 16°, y en donde las frutas de las zonas cálidas crecen con la misma excelencia, al lado de aquellas de las zonas frías, de una botija (27 botijas = 1 vara cúbica) de zumo de caña de azúcar, de zumo crudo y molido, una arroba de guarapo, 3 lb. de miel (pues sólo un 1/3 se vuelve azúcar) o 9 lb. de azúcar blanca. En Contreras, donde el termómetro marca 23° a 29° R, 624 botijas de zumo dan 90 arrobas de miel o 30 arrobas de azúcar o una botija de zumo produce aquí apenas 1 - 2 lb. de azúcar. En los climas fríos casi todo el zumo se vuelve miel. ¿Procesa más la planta el zumo en la vegetación lenta, o se forma más agua en los climas cálidos? ¿Se acerca el hidrógeno, que con el carbono y el oxigeno forma azúcar, al oxígeno a temperaturas elevadas? Difícil de decidir, ya que en el zumo de azúcar no existe conformada ni azúcar ni ácidos de azúcar. ¡Pero la experiencia es cierta! Debido a que en el Nuevo Reino de Granada el rey sólo fabrica aguardiente, las haciendas azucareras son aquí poco ventajosas, ¡ya que la miel se pierde casi toda, no se puede usar miel! en Contreras un almud de tierra (o sea, 113 x 113 varas = 12769 varas cuadradas), da 200 arrobas de azúcar.

El eclipse del 22 de septiembre nos obligó a abandonar más temprano a Contreras, cosa que no deseábamos, pág. 198. Por la noche dormimos en la Mesa de Coello. Don Luis Caicedo y sus queridos hijitos, Don Domingo, el clérigo, y Andrés, (el terrateniente) nos acompañaron hasta el otro lado del río Luisa en cuyas cabeceras, no lejos del Sapo, se encuentra el famoso cerro del Imán (un yacimiento de piedra magnética). Una mula se perdió; la incertidumbre si era la que llevaba los manuscritos, nos hizo pasar una noche intranquila. En la mañana del 21 de septiembre vadeamos el río Coello, que nace en el páramo de Quindío y el cuál pasaríamos por allí mismo de nuevo (véase mi copia del mapa del Quindío, de [Ignacio] Buenaventura). Un valle de 200 pies de profundidad, impresionante y romántico, en el que espesos matorrales y palmas de Cuesco rodean al Coello, aparece entre formaciones rocosas. Las crecientes de este río son tan sorpresivas y terribles, que a veces se corre peligro, pues las aguas llegan desatadas, cuando se está en medio de la corriente. Todo aquel que desde Tocaima (Santa Fé) deba ir a Ibagué y Popayán, tiene que atravesar el río y a menudo, esperar inmovilizado por 5 - 6 días. El uso de una balsa parece en todo caso imposible, pero más lo sería un puente, pues en las inmedia­ciones del Pasto de Angostura no existen estratos rocosos en el medio del río, sobre los que se apo­yara el arco. El principal peligro radica en el engaño. Debe vadearse el río oblicuamente y cuando se está a unas 5 toesas de la ribera occidental, volverse rápidamente a la derecha. De omitirse este cambio de dirección y pretender alcanzar la ribera directamente, se ahogaría uno sin lugar a dudas (la terrible equivocación es tanto más fácil, por cuanto el matorral ha sido allí podado y someja el punto final de un vado). El río tiene allí, con aguas bajas, más de 14 - 15 pies de profundidad. El negro nos condujo tan diestramente a través del Coello, que apenas si mojamos los estribos y a 3 pies del caballo se zambulló tan profundamente, que el brazo extendido no alcanzó la superficie del agua. Del otro lado del Coello [hay una] gran planicie (Llano), más alta que la otra, la Mesa de Combeima. Finalmente so llega a un pequeño valle, de oeste a este, formado por los ríos Combeima y Chipalo. En el extremo occidental de este valle, [está] la ciudad de Ibagué, barómetro 293,4 líneas, a las 9 de la mañana. La ciudad de Ibagué fue construida al comienzo de la conquista en una alta cuesta del Páramo de Quindio, cuando menos a 1500 t. de altura. La gran riqueza en oro, parte en filones, parte oro de aluvión, motivó esa aventurada posición, alejada de todo humano tráfico. Los belicosos indios Pijaos, ahora completamente aniquilados, destruyeron esta ciudad a los 20 años de su fundación. Se construyó nueva Ibagué, entre Chipalo y Combeima, pero en los siguientes 30 años la destruyeron los Pijaos una vez más, y de esta fecha en adelante la ciudad nunca más ha tenido alguna importancia. En la cordillera, entre Herveo, Páramo de Ruiz, Tolima, San Juan y Quindío, (cuatro montañas cubiertas eternamente de nieve; sólo Herveo no tiene nieve permanentemente) existe casi la seguridad de no poder encontrar indios salvajes (se dice mejor independientes) Pero al ser del Quindio, en las fuentes del río Saldaña, viven todavía indios libres en apartadas cordilleras. No han visto hombres blancos, pues ellos rehuyen todo trato con europeos. Pero los indios que viven en los pueblos de Natagaima y Coyaima, bajo régimen español, tienen relaciones secretas con aquellos indios, probablemente sobrevivientes de la nación Pijao. Ellos llevan herramientas de hierro, cuchillos.., y hacen permutas contra algunas pepitas de oro. Por la índole secreta, masónica, propia de todas las tribus indígenas, ha sido imposible hasta ahora recibir de los Coyaimas, informaciones más concretas sobre estos desconocidos y encerrados habitantes de las montañas; y si no se mira la inaccesible naturaleza andina con los propios ojos, parece imposible comprender como pueden existir algunas tribus indígenas independientes, a una distancia de 12 a 15 millas, de Neiva y Timaná, entre dos valles habitados y cultivados. Pero no sólo lo inaccesible de los valles de las montañas sino también la incuria de los españoles es la razón de la falta absoluta de conocimiento. Los españoles no tienen la curiosidad de otras naciones.

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(Anotación al margen izquierdo de la pág. 161]
Este farallón se divisa al tiempo con las llamadas Tetas de Doima, desde Santa Ana y hasta Natagaima.

En el Nuevo Reino de Granada, existe una caña de la cual en la Habana y en Caracas se obtiene 1/3 más de azúcar, todavía completamente desconocida.

Páramo de Tolima

Desde el punto a tiene Tolima 28° al oeste, con el norte magnético Ibagué está a 25° al este. La distancia ab es de 1500 varas.

* Indicaciones de magnetización en las piedras pintadas de Bache, tres leguas al norte norte-noroeste de Neiva.

Piedra interior blanco, Bouguer, Figure de la Terre, p. LXXXIII

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[Nota al margen derecho de la pag. 162:]
Hemos tomado nuestro almuerzo en la Mesa de Combeima, en una choza de indios donde hemos visto una pobre niña, de casi dos años de edad tenía horribles heridas de nuche en la cabeza, (Oestrus humanus). En un quiste muy grande estaban a la vista todavía varias larvas. El nuche es muy común en Doima. Se trata de una larva de casi una pulgada de longitud, muy parecida a mosca común. No se siente cuando la mosca pica y coloca sus huevos en la carne. Es muy probable que las chozas de los indios, al sur del nevado del Quindío, han sido construidas con troncos de Iatropha, los que lleva el río Quindio hacia Cartago. Con respecto a la campana de Santa Lucía, de la que se dice se ha escuchado al oeste del Cerro de las Sepulturas, véase abajo. __________________

A doce millas de distancia de Santa Fé, se encuentra la región montañosa del Páramo de Sumapaz la cual no ha sido explorada por nadie. En la capital de la Guayana española, Santo Tomás de Angostura, viven indígenas, no so sabe si detrás de la cadena de granito, la cual se orienta hacia el sur a una distancia de 6 millas. En Maypures, una de las cataratas del Orinoco, el misionero ve todas las tardes, cuando el sol muere, la montaña cónica Culamitamini con rojo resplandor de fuego. Algunos dicen que es un volcán; otros que es un enorme desprendimiento en el esquisto micáceo y que la montaña, como un espejo, refleja el espectáculo del sol poniente. El monje franciscano que ha visto desde su cabaña este espectáculo durante 15 años, no ha sentido jamás la curiosidad de acercarse a la montaña. Con excepción del oculto tráfico de los indígenas de Coyaima y Natagaima con aquellos vecinos a las fuentes del Saldaña, y de los testimonios de algunos niños a quienes su padre ha llevado a los escondidos valles de aquellas montañas, que aseguran, a la manera indígena, haber visto allí un Almud (fanega) de parientes (todos los indígenas se dicen parientes, como los germanos, hermanos); además de este tráfico y de esta declaración se tienen aún otras pruebas de la existencia de aquellos pijaos. En los grandes entrantes del río Saldaña observan troncos de plátanos y de yuca hundiéndose, una segura señal de viviendas humanas en los manantiales de aquel cauce del bosque.