Vida de Humboldt
Extractos de sus diarios

Índice

- Fin del viaje de Cuba hacía la Colombia de hoy
- Puerto de Cartagena
- Estadía en Cartagena y Turbaco
- Viaje a Turbaco
- Volcanes de aire de Turbaco
- Viaje por el río de la Magdalena (hasta Mompox)
- Sobre los Bogas y Remeros
- Llegada a Mompox
- De Mompox a Honda
- Experiencias sobre la respiración del Cocodrilo
- Comercio en el Río Magdalena
- Mapa del río de la Magdalena
- Arribo a Honda
- De Honda a Santa Fe
- Arribo a Santa Fe
- Descubrimiento de la Quina cerca de Santa Fe
- Cerveza de Quina
- Educación en Santa Fe
- Ciudad de Santa Fe
- Viaje al Cerro de Guadalupe cerca de Santa Fe
- Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe
- Materiales para conformar el plano topográfico de la Sabana de Bogotá
- Viaje por el Meta desde Carichana hasta Santa Fe
- Viaje a Zipaquirá y a la Laguna de Guatavita
- Viaje al Salto del Tequendama
- Viaje de Santa Fe a Popayán
- Estadía en Pandi y camino a Ibagué
- Ibagué
- Medición del Tolima
- Volcán de Puracé
- Materiales para hacer el plano de Popayán
- Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julumito
- Viaje de Popayán a Almaguer
- Chocó
- Entrada a Santa Fe
- Viaje por la cordillera de los Andes
- Santa Ana
- Sobre el barniz de Pasto
- Volcán de Pasto
- Vegetación Ideas
- Viaje de Pasto a Quito

 

Viaje de Pasto a Quito

La cordillera de Pasto, desde Meneses hasta Pasto, apenas tienen 1 1/2 leguas de largo; es una cordillera con espeso bosque —pero la más terrible de todas las montañas - está formada de micacita con enor­mes capas de arcilla (porque la formación de pórfido se dirige al occidente del Tablón, pasando por Buesaco hacia Yenoi y el volcán de Pasto).

Lodo sin fondo y angosturas de 30 pies de profundidad, tan angostas que apenas puede pasar por allí el cuerpo de un caballo inclinado a 60°. Las mulas resbalan hacia abajo y todo recuerda a la forma como se desciende a la mina de sal de Halle. A eso hay que añadir los árboles caídos que cierran el camino. En Europa se quita el árbol del camino. Aquí se cambia el camino, y sin tener la disculpa de otras zonas tropicales donde los árboles son tan monstruosamente gruesos que sus trocos no se lograría cortarlos en 8 días. – Esta montaña es terriblemente fría y en muchos lugares se ven cruces que representan a personas congeladas, sorprendidas por la noche. Especialmente se nos contó la historia sentimental de dos hermanos. El más fuerte tomó el más débil entre las piernas para calentarlo y salvarlo. Ambos murieron. Los arrieros muchas veces se quedan 4 - 6 días en la montaña, junto con el equipaje; en ese transcurso las mulas caen cada 50 pasos. Ahora se dice que el camino es bastante bueno. Nosotros lo cruzamos en 4 - 5 horas. Del Alto de Aranda, donde se sale del bosque, se puede apreciar un espectáculo divino. Se ve un precipicio en una ancha planicie verde, en cuyo centro emerge graciosamente la ciudad de Pasto con sus muchos monasterios. El campo de los alrededores está cuidadosamente sembrado con trigo, papas y repollo. El rastrojo amarillo constrasta hermosamente con las sementeras negras, recién aradas (productos volcánicos erosionados). Se cree ver un paisaje europeo. También nuestro Raphanus Raphanistrum aquí se ha vuelto aborigen, y completos surcos brillan debido a sus flores intensamente amarillas. Hacia el oriente y occidente se encuentran la planicie (un viejo lecho marino) que limita con los Andes escarpados. Hacia el oriente está el páramo de la Laguna y mas al sur el dentado Funes, desprovisto de vegetación y a trechos llenos de nieve. Hacia el occidente está el volcán del que salen columnas de humo, visibles en días claros, semejante al fuego de un sacrificio.

El camino del Alto de Aranda es terrible; se llega rápidamente al Ejido de Pasto, una parte de pradera que conserva cada población en sus alrededores para los juegos de la juventud, competencias atléticas, riña de gallos a caballo... Allí nos esperaba el magistrado y los próceres, los caballos adornados con estribos de plata, sillas con cojines. Personas que andan a pie y ni siquiera tienen 300 pesos son dueños de estribos de plata y un jarro de plata. Sobre Pasto mismo está el volcán. Ver Libro Amarillo del Magdalena, p.

El 22 de diciembre viaje de salida, en parte para no presenciar la fiesta de Pasto, en parte porque se nos dio a entender que debíamos irnos, ¡porque las comodidades con que se nos atendía producían gastos demasiado elevados! El camino pasa por el volcán, de tal manera que también lo vimos del lado occidental. Don Sánchez, de Quito, y el pequeño administrador del aguardiente de Loja, ambos personas agradables, nos acompañaron el trecho más largo, entre Obonuco y Yacanquer, el bosque La Montañuela, sólo bosque y poca montaña, pero también un camino horrible, un lodo profundo, como para enterrarse. Pasto está rodeado por todos los lados de montañas. De noche en Teindala. Hasta allí y hasta Guáitara, donde empieza la provincia de Pasto; cultivos de trigo y no más; a pesar del cuidadoso cultivo sólo da del 5 – 7%; de Guáitara hasta Carchi, donde la tierra tiene grandes elevaciones, sólo siembran cebada que apenas da el 6% de producción, porque esa provincia sufre de frecuentes heladas. Nosotros mismos encontramos en el camino, entre Chilianquer y Guachucal, toda la hierba con escarcha; las hojas de los árboles encogidas por la helada. La Barnadesia parece resistir óptimamente el frío. El 23, de Teindala a Santa Rosa. Se gasta todo el día en cruzar el valle (más bien el desfiladero rocoso) del Guáitara. El valle del Guáitara es uno de los más grandes y hermosisimas escenas naturales que hemos visto. El valle tiene 2.800 pies de profundidad, casi tan profundo como el Brokken sobre el nivel del mar. Desde la vegetación más espesa de los páramos, uva camerona, Vacciniuim, Befaria, se baja paulatinamente a la región caliente de los Croton y Paullinias. Poco antes de llegar al puente se goza de un panorama maravilloso que sólo pueden brindar los Andes. En una cordillera tan enorme todo es proporcional, la forma, masas, tamaño de los contornos, profundidad de los valles, cantidad de agua, altura de las caídas, su sonido tronante; todo es más grande y majestuoso que en los Alpes suizos, en los Pirineos, en los Cárpatos, en los Apeninos y otras montañas que he visto. En el punto mencionado, a la izquierda se ve una planicie amplia, elevada sobre él río aproximadamente a 1.000 pies, en la que se intercalan campos de trigo con lindas praderas. El amable verde del guayacán (nov. genus n.), mimosas que constituyen grupos independientes en la llanura. Toros manchados de colores descansan en su sombra. Estos y las manadas (de ovejas) balantes no temen al oso andino de frente blanca (ursus niger fronte et naso albo maculato). La oveja madre despreocupadamente ve pasar las manadas de osos. La naturaleza ha asignado a cada uno su alimentación. Achupallas con hojas de áloe (Purretia Fl. Peruv) hay desde las cumbres nevadas hasta el clima de la Cinchona. Las hojas tiernas de la corona atraen más a los osos que las ovejas y reses, y sólo en caso de excesivo hambre son un peligro para el ganado. Así, en los trópicos todo toma formas y costumbres más suaves, más pacíficas. ¡Solamente el hombre sigue siendo en todo el planeta igual, persiguiendo y odiando a su propia especie! —esa linda planicie dividida en pastos y sembradíos, está separada del río por una pared rocosa perpendicular y escarpada—, En esa pared, por todas partes sobresalen enormes masas de pórfido amasadas con arcilla floja. Esas masas recuerdan a las conmociones que sacudieron la tierra en el pasado, cuando las rocas se precipitaban dando lugar a aquel conglomerado de grandes masas. En los abismos, en la escarpada pared rocosa, sentaron sus raíces las achupallas, y su tronco arrastrándose negro y escamoso contrasta raramente con la verde cobija del musgo. Uno se sorprende cuando ve el camino que lleva hacia el puente, lleno de curvas pronunciadas; el puente tiene 40 pies de largo, y el valle casi 3.000 de profundidad. Esa sola medida puede servir de marco a la fantasía, lo espantoso de la garganta por donde se precipita el río espumante, desde la peña rocosa. En la pared de pórfido, al frente, se precipitan perpendicularmente, a 2.000 pies de profundidad, 3 cascadas. Las más elevadas cataratas que nosotros hemos visto; de gran caudal, pero no en una sola caída sino en 5 - 6 saltos. Cada escalón incrementa el miedo. Muchas veces el pie de la cascada está tapado por pedazos de roca, y la cuenca rebozante, rodeada de árboles frondosos y Gunnera de grandes hojas, aparece como un nuevo manantial que nace de la roca como de una gruta. La parte inferior de las cascadas es de una belleza primorosa; allí se divide en varios brazos cubiertos de vaporosa espuma; el caudal interno del agua parece tener miles de collares de perlas. La cascada intermedia extiende sus aguas, en la desembocadura del río, sobre un enorme peñasco, expandiendo su nivel de agua en forma de abanico, lo que hace aparecer pobrísimas las afectaciones de nuestros jardines de recreo. Esas tres cascadas son de gran riqueza fluvial, pero si se mira el peñasco, hacia el noreste, donde se acerca al cráter del volcán, se cree estar viendo la linterna mágica. Al valle bajan riachuelos de todas partes, ora perpendiculares disolviéndose en espuma, ora manteniendo sus aguas de evaporación y enviándolas de escalón en escalón. Debido a la distancia, la anchura de la cascada es imperceptible; se cree ver una pared tejida con hilos de plata. Como el hostil hombre primitivo en el alto Orinoco (al occidente del Alto Maguaca y Duida) busca su vivienda en cuevas y angosturas montañosas, en la soledad del bosque prepara sus flechas venenosas (Guajibos y Guaicas), así el rey de las aves de rapiña, el cóndor sediento de sangre, vuela ininterrumpidamente sobre el abismo rocoso. En su lento vuelo se le ve brillar como un espejo la pluma blanca de la amplia espalda, reflejando los rayos solares del mediodía. Pero bajo él, en la pared rocosa cubierta de musgo, se arrastra su sombra larga, anunciando al tímido ciervo del altiplano (Cervus mexicanus) la terrible cercanía del enemigo sediento de sangre. Pero ningún matorral puede cubrir la presa para el aguzado ojo del cóndor; se aleja astutamente con rápido batir de alas por las alturas de aire enrarecido. Pero repentinamente plega sus alas y se precipita seguro sobre la indefensa presa, de la que come con voluptuosa avidez la lengua y los ojos. Muchas veces el asustado animal, dándose cuenta del peligro, salta al espumoso torrente del río, donde la caída del agua rugiente destroza sus delicados miembros. Un espectáculo así nos proporciona el valle del Guáitara antes de descender al puente. Del puente mismo, hacia el oriente a través de la pared rocosa, se ve una parte del páramo de Siquita. Masa montañosa de forma rara, desprovista de vegetación; un enorme pico espeluznante y junto a él, tres dientes angostos, situados uno al lado del otro.

Considerada geognósticamente, esta angostura del valle del Guáitara es muy curiosa; confirma lo que ya he observado en tantas otras formaciones de valles, a saber, que antes de una angostura siempre hay el antecedente de una gran, gran anchura. Los ríos acumulan sus aguas antes de romper el dique. Mediante ese acumulamiento se forma una laguna. La masa concentrada de agua se vuelve suficientemente poderosa como para romper el dique. Cuando se desagua la laguna se forma una planicie alrededor del lecho del río. Tal el caso de Reussthal de Gotthard hacia abajo, un camino que hice tres veces a pie. Siempre planicies (viejos lechos lacustres), y a las grandes planicies sigue un estrecho canal fluvial. Así, el monasterio de los capuchinos hasta el valle de Ursula, 3 lagunas, y el valle de Urser es una amplísima laguna porque aquí las aguas se quedaron largamente, hasta que hicieron una abertura en Urser. Precisamente esas anchuras tenemos al sur de las cataratas (raudales) de Atures y Maipures, en el Orinoco; también antes de la angostura del Carare, en el río Magdalena. Aquí, en Guáitara, llama mucho la atención ese mismo fenómeno. Las masas montañosas de Tacuaga hasta la desembocadura del río Bramadero, han presentado larga resistencia. Por eso se formó, desde Guarchu o Santa Rosa hasta el noreste de Tacuaga, otro lecho lacustre, las agradables campiñas que se ven al descender de Teindala hacia el puente del Guáitara (el puente es de guayacán, una clase de madera que dura 100 años). Sólo conozco algo más resistente: la madera de Cactus septemangularis en Nueva Barcelona, de la que las puertas duran 200 años o más). Esas huellas de antiguas lagunas (suelo totalmente horizontal, como en Hasslithal y llano de Santa Fé, una horizontalidad que sólo se produce por la larga permanencia de agua estancada), no se observa en Quilcacé, San Pedro, Guachicón, pero se las encuentra viajando desde Popayán hasta Quito, desde el río Mayo en adelante, y en el Mayo en Juanambú y Guáitara. Todos esos valles demuestran un desagüe paulatino.

A pesar de ser tan quebrados, en ellos aún se reconocen los valles horizontales que están colocados en forma de escalones, uno debajo de otro. Se encuentra el a, b, c más lejos de i, e; más lejano f, g, cayendo exactamente en la superficie horizontal; en puntos más distantes se han confirmado, hecho singular, las mediciones barométricas en grandes planicies. Se ven cumbres rocosas, recortadas en forma de tabla y cuya cima esta a la misma altura. Cómo se puede resistir a la suposición de que esas cimas alguna vez formaban parte de una superficie horizontal, divida posteriormente en profundos surcos por las conmociones naturales. La colocación de esas superficies, una sobre otra, en pisos, seguramente se produjo debido al paulatino rompimiento de la angostura, al paulatino desagüe de la laguna.

Si las aguas primero rompieron el dique de la línea m-n, en las lagunas precedentes bajaba el nivel hasta esa altura. Un segundo rompimiento se produjo según la línea p-q... en el valle de Mayo; menor en el valle de Tajumbina; en el valle de Juanambú esas planicies, una tras otra, son las más llamativas. El mismo río Mayo forma un profundo surco, con paredes rocosas perpendiculares por todas partes. Si los valles de los ríos europeos se observan detenidamente, se encuentran las mismas huellas de viejos lechos fluviales. Las actuales lagunas de los ríos sólo son algunas gotas en comparación las que aquí habían antiguamente. Así, constan en mis papeles geognósticos, en la Europa la formación del Rhin, mis observaciones sobre el Orinoco... Las más elevadas planicies, naturalmente son aquellas que se secaron más pronto. La laguna de Funza (llano de Bogotá) se desaguó más pronto que la laguna del valle del Magdalena, el que rompió cerca de Honda. Un rompimiento seguramente ocasionó el otro, tal como la vieja leyenda entre los griegos según la cual la formación del Helesponto rompió las columnas de Hércules. A esas elevadas lagunas pertenecen el Mayo y Juanambú, el llano de Socondonoy, entre Guáitara y Carchi, una gran parte de la provincia de los Pastos, las planicies pantanosas que se arrastran desde el Azufral, Picacho de Mallamo, el volcán Cumbal y Chiles, hacia los páramos de Pupiales e Ipiales, una superficie que es más elevada que el llano de Bogotá, y cuyo desagüe se debe a un grande y viejo rompimiento de la montaña de pórfido de Tasnaque, Tacuaga y Consacá. La enorme cantidad de agua que se precipita desde El Roble (al sur de Popayán hasta el río Boro e Ipiales, 45’ al norte de Ecuador), de la cordillera de los Andes, disminuye en el río Patía por medio de 6 cauces principales; Quilcacé, Guachicón, San Jorge, Mayo, Juanambú y Guáitara. Antes de que se produjera la apertura por la que se precipitó el Patía a través de la cordillera de la Costa, toda la zona alrededor de Ascensión, Pancitará, Almaguer, Patía, pueblo de La Cruz, Mercaderes, Pasto, Túquerres y Tulcán eran necesariamente una laguna, de la que sobresalían en forma de islas la Teta de Mazamorras, el páramo de Puntaurcú y otras elevadas montañas. Pero parece que esa enorme laguna, excepto el llano del Patía, fue de corta duración porque sólo en aquel valle se ha formado un terreno lacustre horizontal. En el trecho restante en ninguna parte se encuentran huellas de antiguas planicies, huellas que el erosionamiento del río no puede haber borrado totalmente. La falta de esos rastros me hace creer, por lo tanto, que los valles de Mayo, Juanambú y la gran planicie de la provincia de Pasto provienen de lagunas parciales, las que permanecieron mayor tiempo que las grandes extensiones de agua.

Todas las mañanas fueron interminablemente hermosas y claras. La lluvia no se producía casi nunca antes de las 11 de la mañana. Desde Santa Rosa, un sitio que divide la Quebrada del Bramadero, durante la mañana, gozamos de una maravillosa vista de la falda suroeste del volcán de Pasto. Un fresco viento oriental empujaba el humo hacia el valle. A pesar de que estuvimos a una distancia de 4 leguas del volcán, hasta nosotros llegaba la ceniza. Durante la gran erupción del Cotopaxi, escuchada hasta en Honda, llegó ceniza hasta Tulcán y Guachucal en la provincia de Pasto.

El 24, de Santa Rosa a Chillanquer, por Sapuyes. Al norte de Sapuyes hay una pared rocosa, rumbo st. 3; capas de diabasa de pórfido de ¼ de longitud; aproximadamente 1.000 pies de altura; como esculpido a cincel es el despeñadero perpendicular denominado La Chorrera a causa de una hermosa cascada que se precipita por la pared perpendicular. Hay tantas cascadas como esa que el aire siempre está lleno de sus voces; de ahí que en los Andes ya no se las cuente puesto que el mismo hombre, lastimosamente, se acostumbra a las más grandes y bellas escenas de la naturaleza. Pasamos la noche en Chillanquer, donde un caballero cuya familia toda caminaba descalza según antiguas costumbres, sin tomar en cuenta que él trabajaba una mina de oro, en Juanambú, con un catalán ignorante. En otros tiempos debían producirse 6.000 pesos, pero como el camino se borró de oriente a occidente, ahora casi vive en la mendicidad. Simpleza, costumbres españolas en este país. En efecto, la raza blanca más distinguida, cuando son gente de campo, siempre van descalzos, a pesar del frío.

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(Al margen):
Garcilaso, 1, p. 9, llama al Mayo el límite más nórdico del Reino de los Incas, antes Angasmayu, y asegura que por ahí pasa la línea ecuatorial. Angasmayu significa río azul; ese río es muy pintoresco, de profundo cauce vertiginoso. En el valle hay mucha piedra pómez de aluvión.
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La casa de campo, (como en todo el Reino de la Nueva Granada) casi siempre consiste en una sala y una alcoba. Sólo para el padre y la madre hay un armazón de cama (lo cual significa un marco revestido con un cuero como un tambor); los niños y domésticos duermen en trojas; eso significa en bancas, que en vez de ser hechas de tablas, lo son de ramas de árboles, casi siempre formadas por ramas nudosas. Sobre esas varas, al empezar la noche, se coloca en cuero; la ruana sirve como cobija, y en una habitación duermen 10- 12 personas; muchas veces esas trojas están colocadas, con bastante peligro, en el desván. Por la mañana tuvimos una bella vista de Chillanquer, Azufral y de los nevados Cumbal y Chiles, tres elevados colosos montañosos que se extienden de norte a sur y limitan la parte plana de la provincia de los Pastos, hacia el occidente. El Azufral, recostado al oriente del pueblo Sapuyes y Guachucal, rara vez tiene nieve; su dentada falda montañosa se pierde suavemente hacia el norte y sur, y simétricamente en la planicie. La similitud de ese aplanamiento parece demostrar que el Azufral es un volcán que arrojó, al igual que el Sotará, su cima, antiguamente aguda. Su actual cumbre anteriormente fue su interior. De ahí las enormes masas de azufre natural que aquí se obtiene en los regulares restos de pórfido de diabasa. En la cumbre del Azufral hay varios pequeños cráteres, cuyo humo no se puede distinguir desde la lejanía (como el humo del Cumbal). Una de estas bocas es una charca hirviente de azufre, parecida al de Puracé, de furioso estrépito. Los vapores de azufre se escapan, además, de la tierra húmeda arcillosa y arrojan el lodo a lo alto, como si fuesen cañones. Erupción de polvo, o volcán de aire como el de Girgenti, y aquel que examinamos cerca de Turbaco. De las bocas irrumpen llamas, pero rara vez; esas llamas inflaman el pajonal, la hierba en los contornos. Los habitantes de los alrededores tienen más preocupaciones del Azufral que del mucho más elevado y humeante Cumbal. El volcán Cumbal está conectado con el Chiles mediante un espinazo montañoso. Esa cuchilla es tan elevada que cuando cae mucha nieve, el Cumbal y el Chiles forman una cadena nevada ininterrumpida. Fueron infructuosos todos los intentos de medir esas montañas. Las nubes descubren sus cumbres sólo durante pocos minutos. El Cumbal parece, a juzgar por su cantidad de nieve, un poco más alto que el Puracé, pero más bajo que el Chiles. El volcán tiene cerca de la cumbre varias aperturas pequeñas y una muy profunda, cerca de la zona con vegetación; todas expelen mucho humo y eso en cualquier época del año. Cuando cabalgábamos de Guachucal a Carlosama, el volcán se descubrió totalmente durante un cuarto de hora y vimos subir una columna de humo entre las puntas de los picachos; ascendía seguramente un tercio más alto que toda la montaña. Repentinamente se presentó una tempestad en la elevada región. Los nubarrones subían y bajaban, giraban alrededor de la cumbre, y el humo que inicialmente ascendía tranquilo y encolumnado, formó negras y crespas volutas descendiendo sobre el valle. Ninguna tradición cuenta que el Cumbal haya tenido alguna erupción. Sólo se ve el humo y su cantidad siempre es la misma. El Chiles es una montaña nevada de gran volumen, pues en Tulcán y Mayasquer se cree verlo igualmente cerca, y ya que el páramo del Angel también pertenece a su vertiente sur, se extiende hasta el valle del Chota. Algunos habitantes de Tulcán afirman que también el Chiles de vez en cuando humea; la mayor parte tiene la opinión contraria. Probablemente no es un volcán, a pesar de que su pórfido es totalmente parecido al de los volcanes de aquí.

Medición Barómetro rectificado a nivel; pero no reducido al de Bouguer

Teindala a 8 ½ horas: 251,5 Th. 15°
Valle y Puente de Guáitara, 11 h: 283,7 18°
Río Sapuyes, 2 horas 247,0 16°
Santa Rosa de Cuarchu 254,5 15°
Chillanquer, 6 h. en la mañana: 240,0
Guachelcal, 9 horas 237,0
Tulcán, 8 horas 241,0 14°
Páramo de Boliche, cerca a Puente de Tierra, 3 horas 229,0 12°
Chumbán, 8 horas 247,5 11°
Tusa, 2 horas 244.0 14°
Cuesaca, 8 horas 250,5 16°
Alto de Pucará: 238,2 14°

Véanse las otras alturas, desde Santa Fé, por Melgar. Ibagué, Quindío, Buga, Popayán, Almaguer y Pueblo de la Cruz a Pasto, en el libro amarillo del Magdalena. p.

Debido a que de cada nevado y volcán, por cuyas faldas pasábamos, descienden cantidades de quebradas por las cuales bajan rocas, mediante las cuales se pueden juzgar aquellas montañas sin subir a sus cumbres lo cual es imposible antes del mes de junio. La mayor parte de la provincia de los Pastos es una elevada planicie, menos horizontal, que la del llano de Bogotá, ondulada, poco escabrosa, encerrada hacia el norte por el volcán de Pasto, cerca de Consacá (y si se quiere, añadir a eso el pequeño llano de Pasto y Obonuco, del Alto de Aranda); hacia el occidente, por las montañas de Guachares ricas en plata y oro (micacita), por el Azufral, Cumbal y Chiles. Hacia el oriente están el páramo de Siquita, Funes, ¡lis e Ipiales; hacia el sur de Boliche y páramo de Puente de Tierra, entre Tulcán y Guaca. Este páramo envía agua hacia el Guáitara y el Mira.

Hacia el occidente es más elevada esa cordillera circundante, el Cumbal y Chiles en eterna cadena nevada; en la cadena oriental, el páramo de Funes e ¡les están nevados sólo a veces. Los volcanes están en un meridiano más occidental que el volcán de Pasto, pero de todos modos siempre en la cadena occidental, más cerca del mar, queda distante cordillera principal, que envía agua al Marañon. Esa cadena principal tiene micacita casi siempre con mica parda, y por eso la gran fama del Dorado del Sur, asimismo en Tumbaga, en el Alto de Aranda, al norte del Yenoi, alrededor del volcán Pasto, hay pérfido a mucha profundidad y micacita en el interior del cerro de Guáchares. El Azufral, Cumbal, Chiles y Boliche tienen pórfidos de diabasa con enormes formaciones de arcilla gredosa. Basalto, verdadero basalto (como en la Tetilla de Popayán) no aflora por ninguna parte; tampoco aquí hay la famosa obsidiana, piedras del rayo, como en los alrededores de Popayán. Pero en la planicie se encuentran elevadas capas de piedra pómez, de 10 a 15 toesas, en parte pedazos de pulgada, en parte entremezclada con la masa basica de arcilla gredosa, como en el Mayo y en Andernacher Trass. En la provincia de los Pastos, esa piedra pómez se encuentra solamente entre Sapuyes y Chillanquer (donde se sube hacia el último terraplén); la trama de las capas es visible, y la altura a la que se eleva (más de 200 varas), demuestran lo poderoso de esas capas. En las partes restantes está cubierto de tierra fangosa y negra; la piedra pómez es incompleta, fibrosa, en pórfido descolorido perforado, en el que se reconoce al feldespato vidrioso. ¿Fue esa masa realmente arrojada desde uno de los volcanes de esta región? La formación de piedra pómez en Tenerife es de obsidiana; aquí de pórfido. Su transición a pórfido poroso, su alcalinidad de origen vegetal, que seguramente no se halla ni en la obsidiana ni en el pórfido, me vuelve confuso e inseguro. ¡Tal vez el Cotopaxi, tan cerca del cual me encuentro actualmente, me dará una explicación satisfactoria! Toda ésta es una planicie llena de ciénagas y lodo; por ello se pierde mucho el cultivo además, la tierra es poco fértil y expuesta a las heladas; el aire generalmente es demasiado frío; la vegetación pobre, formada sólo por hierba, sin árboles; todo tiene aspecto de páramo —pero a esto, mucho más bello crecimiento de la hierba, mucho mejor pasto—. Aquí y allá se encuentran huellas de que el llano, así como el de Bogotá, ha estado cubierto con formaciones secundarias. Eso demuestra, no digo que tanto, la calcita blanco-grisácea en el declive oriental del nevado de Chiles y cerca de San Judas, en el Carchi, no muy lejos de Nuestra Señora de las Lajas, o la calcita cerca de Túquerres (estoy inseguro si esa calcita no es primaria); lo demuestra totalmente el yeso espático alrededor de Mayas­quer, al pie de la montaña Tres Picos, de San Lorenzo. Desde Cartago, donde hay yeso, no he visto ninguna petrificación; el yeso de Mayasquer probablemente es de la misma formación que la Teta de Mazamorras, pero dividida. La provincia es muy poblada, enorme, muchos pueblos por cuanto los conquistadores de la época de los Incas construyeron muchos poblados; pero han muerto muchos indios. Es muy probable que los pueblos de Guaca, Tusa, Tulcán, anteriormente tenían de 8.000 a 12.000 indios. En todas partes se ven huellas de antiguas viviendas, especialmente redon­das como se acostumbraba en tiempos de los Incas, y ahora en Gachancipá se afirma que la viruela y el sarampión diezmaron especialmente a los indios. Creo que todo lo que se indica como causa de la disminución de los indios es falso. No se debe cul­par esa disminución ni a la minería ni a la viruela.

[Al margen:] Entre Azufral y Cumbal aparece, semejante a un dedo, el Picacho de Mallamo, seguramente también de ­pórfido debido a su forma grotesca.

Un pórfido blanco como la nieve, casi parecido al granito, con masa básica fibrosa de piedra pómez y mica cristalizada, hermosa y negra, y feldespato vidrioso. El feldespato no alterado atestigua el carácter no volcánico de esa masa básica de piedra pómez. En Quito se encuentra calcita, en el Cotacache yeso, así como en el río Chota y Guallabamba.

Los indios constituyen la clase humana más pobre y más aplastada, y un mal gobierno como el de aquí, aplasta lo más pesadamente a la clase más pobre e indefensa. Ese es el verdadero motivo. Donde viven pocos indios entre muchos blancos, la presión es mayor. Entonces se trata de aniquilarlos totalmente, se los empuja hacia la región menos fértil y más fría, como el Coconuco y Puracé; se apoderan (y a pesar de todas las leyes de Indias eso es fácil en un país donde la justicia es venal) de sus bienes... Los curas, a los que los indios no pagan nada por el bautizo, y los corregidores desean librarse totalmente de los indios. Ellos saben hacer valer una vieja ley irracional y cruel consistente en que si no se vive en un pueblo determinado número de indios, a esos pocos hay que incluirlos en otro pueblo; así se expulsa a los indios de su tierra natal.

En el pueblo de La Cruz se trata de expulsar a los indios con ese pretexto. Los indios hubiesen sido eliminados más rápidamente si los matrimonios no tuvieran una tremenda fertilidad. Sé que en algunos pueblos alrededor de Sibundoy hay en algunos años 200 nacimientos y apenas 7 casos de muerte. La disminución de los indios tampoco es general. Donde viven numerosos indios y son más protegidos, como en Caracas, Nueva Barcelona, Cumaná... ellos aumentan. Eso es muy llamativo en las misiones del Caribe. Pero allí el caso es diferente. En Pasto, Quito, Perú, los indios han cambiado un excelente gobierno, como el de los Incas, por uno miserable, el español. En Nueva Barcelona, al contrario, se asentó el hombre del bosque y según todo lo que observé acerca de los indios salvajes, estoy seguro que el rudo estado natural (como lo vemos en el Orinoco), donde se ahorca a los niños y se envenenan mutuamente, donde la naturaleza es tan tremenda para el hombre que vive aislado, que (digo yo) ese rudo estado natural no es ventajoso para la proliferación, y aumento del género humano. Qué pequeñas y de poco número son las hordas del Ventuari, Pao...

En los alrededores mismos de Pasto, en Almaguer, en la provincia de los Pastos, sí, desde el río Quilcacé hasta el valle del Mira, al oriente de la cordillera de la costa, no hay ningún negro, y por eso tampoco mulatos; solamente blancos (y muchos) y mestizos. Escasez de víveres en la provincia de Pasto. En Pasto mismo no pudimos comprar pan porque toda la harina se envía a Popayán; así, en la provincia de los Pastos hay escasez de carne porque todo va a Barbacoas. Sólo se cultiva maíz, cebada, papas y ullucos, a los que se denomina engendradores por cuanto se afirma que sus raíces despiertan tremendamente al apetito sexual, volviendo aptas para la concepción a las mujeres más viejas. ¿Por qué no se lleva ese vegetal a Europa ya que resiste excelentemente al frío? Aquí como en Quito el alimento principal es Solán tuberosum, cuyos tubérculos individuales tienen diámetros de 14 - 16 pulgadas. Aquí se muele en piedras el trigo y la cebada y se comen los granos sin convertirlos en harina, como el maíz triturado que se hierve con agua da una colada babosa, muy nutritiva. ¿Por qué no se limita en Europa donde muchas veces por falta de agua se carece de harina? La población campesina de la provincia de Pasto es famosa, con derecho, por su rudeza, grosería y salvajismo. Esto se debe a que una gran parte sólo trabaja como cargueros pasando la montaña por cualquier cosa hacia Barbacoas; así se han acostumbrado a la vida salvaje y vagabunda. También disminuye la población debido a esa costumbre. Los cargueros hechos al frío se enferman en la costa; empiezan el camino de regreso y mueren desamparados en la montaña. Ahora en 1801, hay máxima indigencia; por eso se prohibió la exportación de víveres. Debido a la enorme cantidad de lluvia, general desde Cumaná a Quito, se dañaron todas las siembras; faltó especialmente maíz, y si no hay éste en Suramérica falta todo porque hombres y animales viven de él. Las gallinas no ponen huevos sin maíz. Nosotros mismos sufrimos mucho por la falta de víveres durante nuestro largo, largo viaje a través del Reino de Nueva Granada. En este año se congeló todo en la provincia de Pasto; por eso el pueblo está sumido en la desesperación, y en esos casos se recurre a las achupallas. La gente vive como los osos. Recorren los páramos y desmochan la Pouretia. El corazón es parecido al palmiche, a las hojas tiernas de E Etiolirten; se lo come crudo y cocinado; con él se alimenta a los marranos y también se hace aguardiente... Pero ahora la necesidad es tan grande que a pesar de la enorme cantidad de achupallas ya se consumió todo lo que había en los páramos distantes. La achupalla a la que el ganado haya comido la punta de las hojas, produce mejor cogollo. Los osos se vengan porque el hombre ha consumido lo que la naturaleza sembró para ellos. Ahora atacan al ganado. Pero lo que más ha distinguido a esa provincia es la discordia que domina en esa distante esquina del mundo. Todo está desunido; en cada pueblo hay 2 - 3 curas coadjutores y clérigos sueltos que soliviantan a un sector del pueblo contra otro; además están los tenientes... Un nuevo ejemplo de tosquedad y odio.