Vida de Humboldt
Extractos de sus diarios

Índice

- Fin del viaje de Cuba hacía la Colombia de hoy
- Puerto de Cartagena
- Estadía en Cartagena y Turbaco
- Viaje a Turbaco
- Volcanes de aire de Turbaco
- Viaje por el río de la Magdalena (hasta Mompox)
- Sobre los Bogas y Remeros
- Llegada a Mompox
- De Mompox a Honda
- Experiencias sobre la respiración del Cocodrilo
- Comercio en el Río Magdalena
- Mapa del río de la Magdalena
- Arribo a Honda
- De Honda a Santa Fe
- Arribo a Santa Fe
- Descubrimiento de la Quina cerca de Santa Fe
- Cerveza de Quina
- Educación en Santa Fe
- Ciudad de Santa Fe
- Viaje al Cerro de Guadalupe cerca de Santa Fe
- Viaje a Monserrate cerca de Santa Fe
- Materiales para conformar el plano topográfico de la Sabana de Bogotá
- Viaje por el Meta desde Carichana hasta Santa Fe
- Viaje a Zipaquirá y a la Laguna de Guatavita
- Viaje al Salto del Tequendama
- Viaje de Santa Fe a Popayán
- Estadía en Pandi y camino a Ibagué
- Ibagué
- Medición del Tolima
- Volcán de Puracé
- Materiales para hacer el plano de Popayán
- Viaje al Volcán de Puracé y la tetilla de Julumito
- Viaje de Popayán a Almaguer
- Chocó
- Entrada a Santa Fe
- Viaje por la cordillera de los Andes
- Santa Ana
- Sobre el barniz de Pasto
- Volcán de Pasto
- Vegetación Ideas
- Viaje de Pasto a Quito

 

Continuación del capítulo 36

Ya que desde Honda hasta Ibagué habíamos visto de cerca el declive oriental de los Andes, y desde Cartago hasta Popayán el declive occidental, estuve sumamente atento a la fisonomía de la más vieja y elevada cadena montañosa del mundo. Esta atención es tanto más natural, cuanto en ese viaje la imaginación es lisonjeada, y no sólo un poco, con la idea de haber visto lo más grande y elevado de esta tierra. ¡Montañas de la luna y de venus! Cuándo realizaremos ese viaje, propagando nuestra cultura por otros planetas, es decir la mezcla de nuestros vicios y prejuicios, desvastándolos como los europeos han despoblado y saqueado ambas Indias.

Ver mi empezada composición sobre la fisonomía de las montañas en de Haeftens. la cadena de los Andes tiene la misma forma que todas las montañas de granito de otras partes del mundo. Esféricas, cumbres como segmentos esféricos, contornos suavemente redondeados... Así, los Cárpatos vistos desde Cracovia, así el Riesengebirge, el Thüringer Waldgebirge, Harz, Fichtelberg, la cadena de los Alpes, Pirineos, la cordillera de Toledo, la cordillera de Caracas y todas las cadenas de granito que yo había visto en el viejo y nuevo continente. Esta forma seguramente se origina por la altura y la edad de aquellas cumbres que los eleva encima del escenario de posteriores corrientes, destrozos, tumultuosas hazañas de la creación, por la falta de estratificación que en micacitas forma cantos y dientes pizarrosos porque los estratos se rajan y resbalan; y por la falta de un tejido filamentoso y la falta de una atmósfera calmada en las alturas con acción uniforme y paulatina, mas disgregando que destruyendo.

Así, la forma del granito común y corrientemente no estratificado. Pero en el granito mismo se elevan masas individuales en las que en el afloramiento se encuentra el propio granito con grandes cristales de feldespato y esteatita; en parte sobre el granito sienita y sienita en forma de pórfido, en cerros cónicos. Así el Dru, en el valle de Chamonix, y el Drachenfels, cerca de Bonn; así el Picacho del Diablo, cerca de Cura, en la Cordillera de Caracas, tiene masas de granito estratificadas, en las que las capas están erigidas según prodigiosas leyes de atracción, hasta que convergen en pirámides. Esas masas más raras de granito se distinguen particularmente frente a las formas esféricas del resto de los granitos. Tienen casi la forma grotesca de los esquistos de pórfido, pero siempre en contornos medianos y dientes medianos, de estilo más simple, dirigido más hacia uno que según varios puntos. En los Andes no había visto estas estratificaciones de granito. Las más altas cumbres, nevados, aquí se distinguen mediante figuras en forma de torres y castillos, y casi siempre por conos enormemente truncados; así el Tolima, Quindío y Ruiz; a lo lejos aparecen como conos truncados, como pirámides, y así es la vista de las cadenas de los Andes desde Santa Fé, desde el Monserrate, desde Honda, tan grotescas que yo creí ver la montaña de Euganei desde la torre de Marcus, cerca de Venecia; hay que esforzarse para considerar todo eso como granito. Mientras más cerca de Melgar, de Cartago, de Ibagué, lo grotesco cambia, pero los nevados siempre aparecen como masas en formas de torres y casas (por eso arquitectónicas) de construcción sencilla. Ya que la condición desamparada de ese mundo indígena me impide, debido al aire enrarecido alcanzar las cumbres de esos nevados, y debido a que uno no puede acercarse a los nevados demasiado para darse en su cercanía una idea clara de su forma, así sólo se puede juzgar sobre sus masas montañosas, a raíz de las piedras y los detritos arrastrados por el agua nieve. Esos cantos rodados los he visto muy parecidos en los puntos más distantes; en el río Gualí que baja del Ruiz y Páramo de Herveo; en los ríos Luisa y Combeima que bajan del nevado del Tolima; cerca de los nevados del Quindío y San Juan, en el paso de la cordillera; así también en los ríos que bajan del nevado Barragán —de tal manera que casi no cabe duda de que todos los nevados, todas esas formas arquitectónicas están construidas de la misma clase montañosa. Esa clase de montaña es difícil de denominar; es análoga la del Drachenfels y Siebengebirge, cerca de Bonn, y es en parte verdadera sienita Werner, siendo mezcla de, 1) mucho feldespato de grano fino, cristalizado, con brillo de concha perla y muchas veces más fibroso que foliado, gris-rojizo como el feldespato del Vesubio y los que he visto en el pérfido del Pico de Teide. 2) de poco cuarzo, cristalizado, blancogrisáceo. 3) muy poca mica negra cristalizada en láminas, pero acumulada en columnas de mica caucásica pero cuidado para que no se confunda mica con horn­blenda. 4) de mucha hornblenda cristalizada negro-verdosa, con superficie fibrosa y rayada —toda la mezcla es más fibrosa que granulada—, en parte sienita porfidiácea (así prefiero llamarlo, en vez de pórfido de sienita de Nose, según la analogía del granito porfidiáceo); la misma sienita arriba descrita, pero con menor cantidad de feldespato, casi ningún cuarzo, más hornblenda y todos esos fósiles (fenocristales) apretados en una masa fundamental [pasta] arcilifera de color, ora blancorrojizo, ora gris amarillento. Estas clases mas nuevas de rocas, análogas el granito, son sin discusión los elementos que dan a los nevados la forma arquitectónica extravagante. Que provienen de gran altura y no de sitios más bajos lo demuestra el hecho de que sólo se los encuentra en ríos que nacen muy alto en el nevado, o en aquellos en los que entran esas aguasnieves. Así, aquella sienita se halla en grandes cantidades en el río Magdalena, cerca de Neiva y entre Honda y Carare, porque los ríos de la Plata y el Gualí las arrastran al Río Grande. Entre Honda y Carare se ven los pórfidos de sienita con cantos rodados de verdadero esquisto anfibólico. El último viene por el río Negro, que rompe la montaña de esquisto anfibólico de Muzo y del Otromundo, mezclando sus cantos rodados con la sienita del Guali. La altura de la formación de sienita se demuestra también por la circunstancia de que nosotros habíamos visto aquellos materiales rodados de roca sienítica y solamente rodados, no rocas in situ, en el paso de la cordillera del Quindío primero a la altura de 1600 toesas, en las ahora secas hondonadas que en anteriores épocas, y aún hoy en tiempos de grandes deshielos, estaban llenos de agua: la formación de sienita tiene que encontrarse, consecuentemente aún a mayor altura que las 1600 toesas

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es muy buena prueba de que lo mismo que el pórfi­do de transición de Popayán pasa a Traquita hay también sienitas con cuarzo [pertenecientes] a ese pórfído de transición que pierden su cuarzo y pasan a traquita. Hay traquita andina sienitica, fibrosa, porfiritica y de masa fundamental [?], granitica, granulada.
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Formas cónicas y contornos arquitectónicos son, por lo demás, propios de la sienita con feldespato vidrioso, fibroso o nacarado, en todas partes del mundo. Recuérdese la prodigiosa forma del Siebengebirges, cerca de Bonn; la montaña Euganei, cerca de Abano; el Vesubio y el Etna... Tanto de esa forma... ¿No será también de granito o de sienita el cerro Torrá, ampliamente famoso por su forma cónica, en el Chocó; entre el río San Agustín y el Dagua?

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i.e. donde no arden volcanes, como en Quito, Popayán, Pasto, ningún granito, ¡todo pórfido! y diabasa,
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Los componentes de los Andes son como las de todas las elevadas cadenas de granito, granito porfídico, gneis y micacita. Dolomieu me dijo en Ginebra que Werner no tiene razón para separar las formaciones de granito, gneis y micacita; en Italia y Suiza esas tres clases montañosas siempre se presentan juntas, casi nunca la una sin la otra, y no se pueden definir cuál es más vieja. Desde entonces he visitado a Suiza dos veces, una gran parte de Italia el sur de Francia, los Pirineos y casi toda España, y he puesto mucho atención, en Europa y América, al dictamen de un observador tan exce­lente y cuidadoso. Es cierto que en las cadenas montañosas más elevadas del mundo, en los Pirineos, Alpes Suizos, en la cordillera del Reino de Nueva Granada, en la de la costa de Caracas y en los Andes se camina, en el término de pocas horas, varias veces sobre granito, gneis, micacita y se observan cambios en la clase de roca, los que muy poco se conocen en Alemania especialmente en Sajonia, donde granito y gneis forman entre si masas montañosas uniformes y totalmente separadas la una de la otra. Pero esta vecindad no decide nada frente a la edad relativa.

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(Anotaciones al margen izquierdo): granito incrustado con fragmentos de granito más viejo, el que es tan común en Chamonix, costa de Caracas (ver mi Tableau de l’Amerique Tableau de l’Amerique Meridionale).

[Adicción posterior]
no había visto hasta ahora (escrito en Alegría, 2 de noviembre de 1801), en la elevada cadena de los Andes; ahora acaso, cerca de Acapulco.

Si se sale del granito en d hacia f sucesivamente al gneis en a b, al esquisto micáceo en un trayecto más bajo b c y ascendiendo de nuevo al granito en c. t, no se debe concluir por eso que aquí el granito esté superpuesto sobre micacita, de la misma manera que éste sobre el gneis. No hay que olvidar que d a g f fue la vieja superficie del valle de granito y que sobre esa se ha depositado gneis y micacita. Yo no había visto, en ambos continentes, ningún esquisto micáceo metido en granito, pero si, en varios puntos de los Andes y en los Alpes Suizos, gneis en granito, y yaciendo el granito sobre gneis, totalmente parecido al granito que ha sido sobrepuesto por gneis. Aquí la precipitación parecía contemporánea al presentarse la mezcla de feldespato, cuarzo y mica en la erupción, con estructura maciza granular, ora granulado, ora fibroso. Este caso, propio de la cadena más elevada del mundo, no se debe confundir con aquel donde granito de menor edad y de diferentes componentes se ha sobrepuesto sobre el gneis, como en el Erzgebirge, Freiesleben.

En la Cordillera de los Andes no he encontrado hasta ahora el granito con grandes cristales de feldespato, el que había visto cerca de Karlsbad, Buchwald en Silesia, en el Rhin, cerca de Seissen, en el Fichtelgebirge de Franconia, en el Canigou y cerca de Bellagarde en los Pirineos, en Cataluña, en Guadarrama, España, y en el cerro de Mariaña, en la costa de Caracas, América del Sur. Me encuentro más inclinado a considerar el granito finamente granulado como más viejo. Ese es el que ya al pie de los Andes, en la parte occidental del Magdalena y partes orientales del valle del Cauca, se encuentra en todas partes en la superficie; así, cerca de Ibagué, en el río Combeima y en la planicie donde medí la base para el Tolima, también cerca de Quilichao. El Muerto y Caloto, en el camino de Buga a Popayán. Ese granito tiene una mica blanco-plateada, feldespato blanco-amarillento y un poco de cuarzo amarillo-grisáceo, y mayor cantidad de feldespato. Todos los componentes casi siempre están cristalizados, pero en cristales pequeños. Se vadea (porque está muy meteorizado) en el Paso del Quindío, Pie de la Cuesta; barómetro 292 lín., hasta la Palmilla B. 267. Desde ahí hasta la altura del páramo de San Juan ya no se ve más granito en la superficie, sino alternativamente depósitos de gneis y micacita en algunas transiciones; el primero es ora nudoso, ora en forma de tallo, pero no ondulado (la erupción se hizo tranquilamente); el último siempre está sin granates. En la región gnéisica se encuentran poderosos yacimientos de caolín (yacimiento de feldespato alterado); también arcilla, con mucha magnesia. La disgregación del gneis hacia la magnesia y el acumulamiento de esta en el gneis son los filones de Freiberg, señales de enriquecimiento del filón. ¿La magnesia se forma del gneis, o se trata sólo de varias condiciones y composiciones de materias, lo que llamamos diferentes clases de tierras, mezcladas con más o menos oxigeno y nitrógeno, formándose así, por meteorización, es decir en el vaivén de las fuerzas químicas?

La micacita, siempre sin granates, en los Andes del Quindio, Tolima... cubre el granito y en las faldas oriental y occidental, especialmente en la región del Moral, quebradas del Azufral y Aguas Calientes, en torno a Toche, en el Alto de Tres Cruces (donde se erigió una plancha de micacita, muy curiosa y bonita, orientada de oeste a este como recuerdo de que allí celebró misa el arzobispo de Popayán), los Gallegos (barómetro 2,7 lin), y alrededor de Boquía y Portachuelo; es decir existe una poderosa capa de micacita de más de 600 toesas. En esta micacita de los Andes hay cuarzo detrítico con pirita entremezclada y a ella probablemente se debe el origen del azufre natural en la Quebrada del Azufral. Las aguas de esa quebrada vienen del Tolima, saturadas de ácido sulfhídrico gaseoso un poco blanco lechoso. No sólo en el Tolima las aguas se saturan con ese gas, sino también a todo lo largo del camino. Con bastante peligro, colgados de ramas descendimos al abismo, donde se arranca el azufre de las rocas; al norte de la Quebrada del Azufral donde el barómetro marca 272 lin., aire, 16,5 R, encontramos una especie de cueva de la que brotaba vapor de azufre (38°, 2 R). Estando agachado, el gas de azufre me produjo mareos, a pesar de que mantuve el termómetro sólo pocos minutos en el hueco. La quebradita de azufre apenas tiene 23°,3 porque está mezclada con agua nieve. La familia blanca que vive en Moral se ocupa únicamente en la minería de azufre. Ellos recogen en parte arcilla gredosa mezclada con azufre natural en micacita descompuesta, en parte azufre mismo, desprendido con barras de la roca firme. Aquí se encuentran grietas y pasadizos llenos de azufre natural amarillo-claro. Por lo mismo, son filones de azufre, probablemente (igual a los yacimientos naturales de alumbre del Chuparipari, cerca de Cumaná) de origen muy nuevo con azufre separado del hierro de la recalentada pirita (***) y, quien sabe por qué misteriosos procesos por vía húmeda precipitado en las grietas abiertas en la micacita por terremotos. O la naturaleza tiene aún otras vías de producir azufre a partir de distintas clases de tierra, así como se forma el azufre en el cuerno humano y en gran cantidad en algunas plantas, presuponiendo ¡que el azufre no sea un elemento! ¡Para la teoría de los volcanes, el conocimiento de esas vías, de esos procesos, seria inmensamente importante! Parecidos filones de azufre y azufre natural, en grandes cantidades, se conocen en el nevado del Quindío, Barragán, Puracé..., prueba ésta de la uniformidad con que está formada la cordillera de los Andes.

Hasta ahora no he visto en los Andes arcilla pizarrosa, ni siquiera micacita, la que se transforma en arcilla pizarrosa.

El gneis y la micacita, que empieza a cubrir el granito desde una altura de 267 lin., parece no elevarse mucho más que hasta 230 lin. Más arriba de la Ceja de los Volcancitos y de la Guarida del paramo del Quindío, hoy granito nuevamente en la superficie, de grano más fino pero libre de pórfidos. El gneis y la micacita forman, por consiguiente, hoy en día.

en una altura media, c d, una especie de abrigo alrededor de la montaña de granito a b c un abrigo que no alcanza ni al pie, ni a la cumbre; al primero porque seguramente fue destruido por transformaciones posteriores; y a la cumbre porque ya sobresalía sobre el mar caótico cundo se formaba la micacita. Sobre el granito de la cumbre, tal vez de origen más reciente que la micacita (porque sin discusión el pérfido de sienita, incluso la sienita con feldespato vidrioso, fibroso, zeolítico, es de origen mucho más nuevo que la sienita del Scharfenberg), está superpuesta la singular roca de sienita, ya descrita. p. 24.

A juzgar por la falta de cantos rodados de granito en la parte occidental de la cuenca del Magdalena, y su frecuente ocurrencia en la parte oriental del valle del Cauca (especialmente en la ensenada del valle, entre el río Desbaratado y Caloto), parece que la presencia de micacita pertenece más a la vertiente oriental que a la occidental de los Andes. En la falda occidental aparece más granito descubierto; las aguas bajan más impetuosamente; todo anuncia más destrucción en la falda occidental. El declive occidental es más tirante que el oriental y a esa destrucción hay que atribuir que la falda occidental sea más rica en oro en polvo, el que es acarreado por las corrientes rápidas de agua. Cerca de Caloto y especialmente cerca de Quilichao y Alegría, en el curato de Quina Mayor, todo el valle oriental del Cauca está lleno de arcilla gredosa (barro colorado), ferruginosa, café rojiza y debajo de este se encuentra un horizonte de guijarros y cantos rodados de diabasa, con oro en hojuelas (arenilla), y en grano (puntas)

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[Anotaciones al margen derecho): En sitios meridionales al sur de los Andes, por ejemplo en el cerro Munchique, al este de Cascabel, se presenta sobre el granito sienita antigua sin feldespato vítreo o nacarado, sino una combinación granulada de feldespato común cristalizado, blanco-rojizo, en menor cantidad de hornblenda negro-verdosa, muy poquito cuarzo blanco y ninguna mica, parecida a la antigua sienita que encontré en la isla de Cuba, cerca de la Regla, que está superpuesta a la roca de serpentina de Guanabacoa rica en plata, y atravesada por venitas de Calcedonia.

Ese horizonte con oro en polvo parece existir a través de todo el valle porque al oriente de la cordillera del Chocó también se le conoce, junto a Quiebralomo y Marmato, en la orilla occidental del Cauca. El hecho de que no se conoce el hori­zonte aurífero en Cartago, Buga y Cali, y que allí solamente pueden lavar oro en los actuales ríos, se debe en parte a las destrucciones ocasionadas por el Cauca en el Valle de su nombre, y en parte a estratos estériles depositados sobre el granito; faltando estos estratos en el terminal sur meridional de la Cuenca del Cauca, hacia Quilichao y Alegría, faltan esos yacimientos estratificados. Un importante examen consistiría en determinar si el conglomerado cercano a los Andes no es aurífero en ninguna parte, habida cuenta que contiene los mismos fósiles que se encuentran en los lavaderos, de oro. Ya que el conglomerado fue destruido muchas veces y en sus erosiones no se encuentran granos de oro, casi se debería pensar que esa vieja formación de arenisca no contiene oro. Eso por lo menos demuestra que no es simultánea sino más nueva, o más vieja que el oro en polvo (así llamo abreviadamente a la formación montañosa de aluvión que contiene cantos rodados de cuarzo, mica o juan-blanco... platino...). Creo que es más vieja, porque si fuese muy nueva habría penetrado el oro en polvo en el conglomerado, y sobre la objeción de que en ninguna parte se encuentra oro en polvo encima del conglomerado, se puede contestar que en ninguna parte se ve la superficie del conglomerado, que antiguamente, sin duda, fue cubierto por calcita, yeso..., y que ahora está descubierta en la mayoría de los puntos F

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Porque solamente una superficie tan fácilmente cambiable, como la arcilla gredosa (letten) y montañas de aluvión no han cambiado.
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Pero lo que más demuestra que el polvo de oro se ha originado en una muy, muy nueva evolución geológica es la importantísima circunstancia para el lavador de oro consistente en que la mayor cantidad de ese metal se encuentra en terrenos bajos y en collados o en gargantas secas principalmente en aquellas donde convergen varios barrancos secundarios. ¡Qué nueva debe ser una transformación del terreno, ya que no ha cambiado la actual superficie de la tierra, es decir una superficie tan fácilmente variable de arcilla gredosa y terrenos aluviales!

Sobre la sienita yace principalmente en la vertiente occidental de los Andes una muy rara formación afín a la sienita porfidiácea, una diabasa primitiva. (Urtrapp). El parecido de esta con el basalto y basalto diabásico filoniano (como con el del Dransfeld, cerca de (Göttingen) es tan grande que uno puede equivocarse fácilmente.

Pero la comparación de la construcción de los Andes con la de la Cordillera de Caracas, Cordillera de Parima, con la del Fichtelgebirge de Franconia y otras cadenas de granito, elimina totalmente las dudas sobre la existencia del Urtrapp primitivo. En el Fichtelgebirge de Bayreuth, la diabasa forma mantos en el gneis y sienita, asimismo forma mantos en granito, en la cordillera de Caracas. En los elevados Andes, en ninguna parte he encontrado el Urtrapp entre rocas primitivas; pero su distancia de otras formaciones filonianas, su reposo inmediato sobre sienita y gneis, así como su iden­tidad exterior con la indudable y primitiva diabasa de Caracas, me afirma que pertenece a una formación de transición y no a la filoniana. Esa diabasa se encuentra en la superficie, en el páramo de Barragán, entre Iraca y páramo de Chinche, y en el terminal sudoriental de la antigua cuenca del Cauca, donde en larga loma forma la antigua orilla, descendiendo profundamente en el valle, en el curato de Quina Mayor y en los manantiales de Mandiva y Páez. Esa diabasa es negra-verde, fibrosa debido a la hornblenda; el feldespato está íntimamente mezclado con la hornblenda que apenas se lo reconoce a través de una lupa, en la mayoría de las veces no contiene fósiles (fenocristales) incrustados y es fácilmente confundible con el esquisto anfibólico; a veces también contiene (como cerca de Quilichao) grandes y (especial­mente y en gran cantidad) de olivina (1) verde espárrago, en delgadas zonas. Nunca es pizarroso; tiene estratificaciones en lajas de 12-14 pulgadas; no intranquiliza en absoluto al imán; contiene mucha pirita (maciza) entremezclada y se descompone en la superficie como el basalto, en arcilla de color amarillo-ocre, y (especialmente) en los afloramientos está conglomerado a bolas casi siempre de 18 - 20 pulgadas, con capas cascarosas separadas. En el curato de Quina Mayor y Quilichao, esa diabasa primitiva forma la peña donde están directamente superpuesta por el horizonte de oro en polvo que también comprende los cantos rodados de la diabasa. La arcilla gredosa café-rojizo y café-amarillenta que, desde el río Fraile, llena la parte suroriental de la cuenca del Cauca, probablemente en gran parte debe su origen a la descomposición de la diabasa, de la misma manera que en la cordillera central de Bohemia la tierra negra se debe al basalto. Digo, en gran parte, puesto que es propio de las formaciones de diabasa y trapp (Werner), que con ella se han precipitado grandes formaciones de arcilla y arcilla gredosa (letten). La arcilla gredosa cubre en grandes cantidades la región situada alrededor de Tetilla de Julumito, cerca de Popayán (Los Cerillos); el camino de Popayán a Almaguer, en todo el trecho donde se encuentra verdadero basalto (Tetilla), pórfido de sienita (Puracé) y granito porfidiáceo en forma de columnas aisladas. Ésas masas de arcilla gredosa (letten) que acompañan a las formaciones trapp, no sólo hacen el camino a través de la cordillera de los Andes tan inaguantablemente resbaladizo y casi insuperable, sino que también tienen una triste influencia sobre ciertos sucesos naturales. Los volcanes andinos actúan en la formación de diabasa - trapp y vomitan (porque en volcanes tan elevados la roca fundida, lava, no puede llegar a la boca del cráter) sólo vapores y agua azufrada. Las colinas de arcilla gredosa (letten) de los alrededores se reblandecen y se deslizan... Así ocurre en Riobamba y en el Tunguragua. Además, la arcilla gredosa actúa por si misma mediante su enorme afinidad con el oxigeno (ver mi Mémoire sur les terre), y de este modo se originan, creo, fácilmente incendios en las montañas, cuyas rocas contienen mucha alumina todo explica la ocurrencia en los volcanes de diabasa, sienita, sienita de obsidiana y basalto, pórfido...
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(Anotaciones al margen derecho:) no dolerita sino diabasa de transición, como la calcita negra de cubertura, sobre pórfido de transición, demuestra que se transforma en traquitica, p. 39 y 24.
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A 2° - 3° de latitud, alrededor de Popayán, una formación trapp ampliamente extendida, ver libro Amarillo, viaje a Puracé. De Quilichao hasta Sotará, en 50 millas cuadradas, no se ve ningún granito; sólo cerca de Timbío, en los manantiales del río, de Las Piedras, hay micacita en la superficie; por lo demás, todo esta cubierto con sienita, sienita porfidiácea, y en las grandes alturas con obsidiana de pórfido (Cascajal del Volcán Puracé). Todas estas rocas con mucha hornblenda y con feldespatos vítreos, toman aquí la forma exterior de columnas de basalto. En todas partes se ven, alrededor de Popayán, conos truncados, cumbres redondas como una bola, tetas, montañas gemelas, contornos que hacen recordar los de Bonn y Bilin. Así son las montañas en forma de cono hacia Jelima y Cali; así es el alta Chisquío, desde donde se ve el mar meridional con dos tetillas arriba, sobre la inmensa loma; así es el Broncaso, recortado en forma tabloide, cerca del Alto de las Piedras; así es el inmenso Pan de Azúcar de la Mazamorra y muchas otras montañas del Chocó, las que se ven desde Buga y Quilichao; así es la Tetilla de Julumito. Al principio se está dispuesto a considerar todo eso como si fuese basalto o diabasa, y las formas columnares de las partes engañan todavía más. Pero no, la mayoría de esas montañas cónicas son sienita porfidiácea, diabasa porfidiácea con gran cantidad de feldespato nacarado-brillante (parecida a la del Vesubio). Verdadero basalto (2) sólo he visto en la Tetilla, al occidente de Julumito, y precisamente ésa carece de fragmentos columnares separados. Las columnas, excelentes, muchas veces de 18 pies de largo, de 5- 7 lados, columnas muy regulares de Pisojé, ni siquiera son diabasa-pórfido sino granito porfldiáceo con feldespato común, mica negra y muy poca hornblenda. Esa región es según eso, más análoga al monte Eugenei (el “Graniti Colonnari” descrito por Strange), al cual vi en el Abano, que a los basaltos de Bohemia. Esas columnas de Pisojé, en la orilla del Cauca, declive occidental del Puracé, son en parte verticales, en parte están paradas perpendicularmente sobre horizontales. Es curioso que el verdadero basalto de la Tetilla se encuentra en pleno valle, talvez un indicio de cuanto más nuevo es que la diabasa de Quilichao, Caloto, y más nuevo que los granitos porfidiáceos de Pisojé, el cual es diabasa porfidiácea y pórfido de sienita del volcán Puracé y Sotará

Addenda para el viaje a Puracé, ver Libro Amarillo. Es un hecho seguro y confirmado por todos los viejos habitantes que el páramo de Puracé ha cambiado su cumbre desde hace 30 - 40 años. Antiguamente este volcán era puntiagudo y cónico. Poco a poco se volvió romo y actualmente parece una meseta. Este cambio es demasiado considerable y regular como parte atribuírselo a cambios producidos por la nieve. También los indios aseguran que hoy en día se observa en la cima del Puracé una suave depresión. Por consiguiente, el fuego ha ahondado el interior del volcán, el cual está precipitándose, hundiéndose como un edifico al cual le faltan los cimientos; una tremenda idea que llena la inspiración al pensar en la enorme masa de piedras en él volcán andino.- En el valle, al occidente de la Tetilla, en los Cerillos, así como en otros puntos, la calcita está superpuesta sobre el pórfido, pasando del denso al finamente granu­lado muy veteado por calcita blanca, sin petrificaciones, pasando de color gris-ahumado a negro-grisaceo, desprendiéndose y descascarándose. La modi­ficación negra tiñe los desprendimientos, un verda­dero carbón negro en polvo!; por consiguiente, en el mar caótico se precipitó aparte del ácido carbónico también caliza.
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bien que, p. 25 pórfido de transición. Pisojé puede ser tranquita - ¿Dónde limita? ¿Dónde detenerse? pero Pisojé, feldespato común, p. 37. Seguramente, UP? Santa Fé p. 175.
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No debe confundirse esta formación calcárea con la que llena la parte honda del valle del Cauca, es decir el antiguo lago de Quilichao hasta el salto de San Antonio. Ese lecho marítimo, así como el del Valle del Magdalena y Santa Fé, se llenó de arenisca arcillosa, que se apoya sobre los Andes y sube, como en las cercanías de la [Macana], piedra molar en el declive occidental del Quindío. Sobre esa arenisca, en muchos puntos, hay caliza compacta, especialmente cerca de Cali (desde donde va hasta Popayán), y encima de la caliza aquí y allá, yeso, pero la caliza y el yeso fueron arrastrados en el pasado por antiguas avenidas del agua; por consiguiente en la cuenca del Cauca se lo encuentra escasamente como ocurre en la laguna de Funza (Santa Fé). La formación de yeso (3) sube hacia la parte alta de los Andes, hasta Barragán, donde hay fuentes saladas en el sitio San Miguel, al este de Tuluá...

La cuenca del Magdalena tiene la misma formación de estratos. Cerca de Neiva y Timaná se encuentra limonita parda densa y esférica, dentro de la arenisca, como cerca de Maracaibo y Tarnowitz; cerca de Timaná, cal y yeso. En San Joaquín se encuentra madera petrificada, convertida en semiópalo y resinita; seguramente todo esto hay en la arenisca igual a la de los Llanos de Caracas y Orinoco, y al Totenliegenden de Turingia.

(Comentario marginal, adición posterior a la derecha:) Esa calcita negra (calcita de transición) demuestra que una parte de esa sienita porfidiácea no es verdadera traquita sino pórfido de transición y cuarzo, p. 24 y feldespato común, p. 37, pórfido de transición que se acerca a la traquita. Eso mismo demuestra la cobertura de diabasa de transición, p. 34.

(Anotaciones al margen): Cerca de Cali, en Pereira, cerca de la cadena del Chocó, hace 3 -4 años un trecho de tierra empezó a arrojar humo y se formó un pequeño crater; en las inmediaciones desenterraron bolas de pirita de 7 - 8 pulgadas de diámetro, las que en contacto con el acero producen tantas chispas como nunca he visto en ninguna parte. Se taparon algunos huecos con tierra y aparecieron otros. La ciudad estaba aterrada. Finalmente, mediante tierra, todo se apaciguó.

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En el nevado de Barragán hay auténtico pórfido de retinita, del que he encontrado pedazos en los ríos. En el Chocó hay glosopetren de 4 pulgas de ancho.

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(Adición posterior): Cerca de Santa Ana hay Sangre de Dragón (crotonhi­biscifol, Nov. Sep.) n. 1782, de Croton sanguilf, Cumanaoua, diferente.
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(3) ¿En yeso de transición? (Regresar a 3)