La caricatura en Colombia a partir de la independencia

Curaduría
Beatríz Gonzáles Aranda

Casa Republicana

diciembre 2
2009

junio 15
2010

Señales de caricatura en Colombia

Por Beatriz González Aranda

La obra cumbre de fray Jerónimo Benito Feijoo (1676-1764), El teatro crítico universal, llegó al Nuevo Reino de Granada durante la Ilustración. En el tomo segundo el autor se refiere al carácter de los pueblos, influido por el clima. Su obra fue muy difundida en América e inspiró una serie de grabados y pinturas en los que se enmarcan virtualmente los defectos y cualidades de cada pueblo.

En 1856 José María Quijano le dedicó y obsequió al dibujante de costumbres, pintor y caricaturista Ramón Torres Méndez (1809-1885), la obra de Johann Caspar Lavater (1741-1801), La physiognomonie, ou l`art de connaître les hommes d`aprés les traits de leur physionomie. Algunos grabados de esa obra fueron reproducidos y conocidos en la Nueva Granada en 1849 a través del Teatro social del siglo XIX, primer libro ilustrado en el país, que coincidencialmente es de caricaturas. El autor de este libro fue el periodista e historiador español, Modesto Lafuente (1806-1866), quien firmaba con el seudónimo de fray Gerundio. El libro salió a luz en España, en 1846, y fue reproducido tres años después por grabadores venezolanos y colombianos para el periódico El Neogranadino, de Bogotá. El texto del frontispicio está dedicado a la risa: “Casi siempre riendo/ pocas veces llorando/ corregir las costumbres deleitando”.

También se reimprimió en Bogotá, con grabados copiados por artistas colombianos, La risa. Enciclopedia de extravagancias obra clásico romántica, de costumbres de literatura de sana moral de gastronomía y de consejos... en prosa y en verso. Por varios poetas de buen humor i un... locuras.

Le Charivari, de Charles Phillipon, republicano, editor, caricaturista, litógrafo y fundador de distintos periódicos satíricos, fue mencionado varias veces en la prensa bogotana. El nombre proviene del término francés con el que se denomina el ruido que hace los cencerros de la cabras; tuvo una inmensa difusión, tanto que es el padre del Punch inglés —el London Charivari—, del Berliner Charivari y del New York Charivari.

En la Nueva Granada se imprimió el Charivari Bogotano. Sus editores se sentían parientes de sus homólogos y hablaban de “nuestro querido primo el Charivari de Nueva York” o “nuestro primo, como todos los Charivaris”5. Con alguna frecuencia aparecen alusiones a “nuestro cofrade el Charivari de Londres” 6.

La Histoire de la Caricature Antique, de Champfleury, fue adquirida en París por el dibujante, caricaturista y editor Alberto Urdaneta (1845-1887). Al regreso de su primer viaje a Europa trajo también, en su Álbum de autógrafos, las firmas y dedicatorias de dos importantes caricaturistas franceses Paul Gavarni (Sulpice Guillaume Chevalier, 1804-1866) y de Alfred Grévin (1827-1892).

En el siglo XX, el caricaturista bogotano Pepe Gómez (1892-1936) y Adolfo Samper (1900-1991) aprendieron el estilo modernista de la revista La vie Parisienne. A su regreso al país, en 1936, el pintor Ignacio Gómez Jaramillo (1910-1976) se interesó por la caricatura moderna; había adquirido en España, en 1928, la obra de José Francés, El arte que sonríe y que castiga (Humoristas contemporáneos).

La fama de La Codorniz. La revista más audaz para el lector más inteligente, publicación española de humor, se debe a su actividad durante la dictadura de Francisco Franco, entre 1936 y 1975. Entre sus colaboradores gráficos estaba Antonio Mingote (1919) acompañado de tantos otros que tomaron al general Franco, su familia y sus ministros como motivos de sátira. Cuando murió el dictador la revista se cerró por la competencia que significaba el llamado “destape” español. El caricaturista colombiano Pepón (José María López Prieto, 1939) trabajó en La Codorniz hacia 1959.

5 El Charivari Bogotano, nº 12, Bogotá, 17 de diciembre de 1848.

6 Ibíd., nº 6, Bogotá, 5 de noviembre de 1848.