Las películas de Andy Warhol no son tan bien conocidas y no han circulado tan extensamente como sus pinturas, pero son igualmente importantes e innovadoras. Las películas amplían y profundizan los temas de sus pinturas: el sexo, la muerte, la belleza, el narcisismo, la enajenación, y el poder se exploran y se presentan en su totalidad. Al favorecer la presentación y la actitud sobre la verosimilitud y la actuación, y al usar actores no profesionales entresacados de su gente en The Factory, Warhol cuestionó los preceptos fundamentales del cine. La idea radical de la no interferencia iba en contra de la visión dominante del cineasta underground como un visionario romántico, y sin embargo allí puede ser reconocida de modo inmediato la sensibilidad de Warhol. Sus innovaciones formales - el uso de tomas en cámara fija, la ausencia casi total de edición, y (en las primeras películas) el uso de la velocidad de película muda de 16 cuadros por segundo para proyectar películas rodadas en 24 cuadros por segundo - eran tan simples como radicales. La influencia de sus películas en autores tan diversos como Jonas Mekas, Gus Van Sant, y Pedro Almodóvar es indiscutible.
El concepto detrás de esta selección es la intersección entre la cultura popular y la cultura política en los Estados Unidos. Cada una de las películas del programa toca, directa u oblicuamente, los cambios en la vida social y cultural americana en los años 60: el ascenso de la cultura popular, el dominio completo del espectro alcanzado por la televisión, la colonización de la vida psíquica del individuo por la publicidad y el mercadeo, y el amenazante colapso de las esferas pública y privada. En algunas películas, tales como Vinyl (Vinilo) o My Hustler (Mi Puto), el sujeto humano se reduce a puro material, a un artículo de mero valor de intercambio en el mercado, o a un delincuente juvenil sometido a formas extremas de castigo y rehabilitación. En otros, por ejemplo Poor Little Rich Girl (Pobre Niñita Rica) o Lupe, el ojo voyeurístico de la cámara de Warhol captura el exhibicionismo, el narcisismo, y la autocompasión de la juventud de su tiempo. Beauty #2 (Belleza #2) presenta los polémicos e inhumanos métodos con los cuales Warhol a menudo alcanzó sus triunfos más grandes, utilizando la ridiculización, la crueldad y el sadismo para forzar una exhibición de la descompostura emocional de su actriz principal (Edie Sedgwick en este caso). En su épica underground, The Chelsea Girls (Las Chicas del Chelsea) –probablemente su trabajo más importante, y ciertamente el más ambicioso – se destilan las frágiles ironías, las pretensiones y las desilusiones tanto de la utopía como de la bohemia. Lonesome Cowboys (Los Vaqueros Solitarios) son una revisión camp del género Western y una parodia de la imagen idealizada de la frontera, mientras que en Nude Restaurant (El Restaurante nudista) se regodea en la insustancial auto exhibición, aunque se haga pasar por una crítica de la guerra de Vietnam.
Como sus más grandes pinturas, las películas de Warhol son cápsulas del tiempo de una era de la vida sociopolítica americana. Un verdadero espejo de su tiempo, su neutralidad le dio un mayor permiso para explorar temáticas consideradas hasta entonces tabú. En su tiempo sus películas fueron consideradas provocadoras, de mal gusto, materialistas, abstractas, broma o poesía. En nuestra era, la de Youtube y de los realities de televisión, cuando los actos ridículos de auto exhibición dan un giro ambiguo a su famoso axioma de que “en el futuro todos serán famosos por quince minutos”, las películas de Andy Warhol parecen proféticas.